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Un montón de sal en las manos de una mujer

Los sustitutos ideales para dejar de lado la sal y reducir el riesgo para la salud

Estos son los mejores sustitutos del sodio para llevar una dieta saludable

El consumo excesivo de sal es uno de los grandes problemas de la época actual. A pesar de que existen ciertos alimentos que se reconocen fácilmente por sus altas cantidades de sodio, lo cierto es que hay otros que no saltan a la vista y tienen incluso más.

Algunos ejemplos los encontramos en los platos preparados, cada vez más comunes debido al frenético ritmo con el que vivimos. Sin embargo, aunque puedan parecer inofensivos, lo cierto es que llevar una dieta alta en sal conlleva varios riesgos para la salud.

En particular, aumenta las probabilidades de sufrir a lo largo de la vida un infarto de miocardio. También está relacionada con el aumento de las posibilidades de sufrir un ictus, así como cualquier otra enfermedad cardiovascular en general.

El peligro de llevar una dieta demasiado rica en sal

Por todos los motivos anteriores, son muchos los investigadores que se dedican a estudiar cuáles son los mejores sustitutos de la sal. En concreto, un grupo de expertos ha publicado un estudio en la revista Hearst donde los exponen.

Plano de pinchos o tapas en un bar
Los platos preparados tienen una gran cantidad de sal | Getty Images

Esto tiene una gran importancia debido a que las enfermedades cardiovasculares son la mayor causa de muerte en el mundo. Por otro lado, la hipertensión arterial aumenta el riesgo de muerte prematura. Y todo ello está asociado con llevar una dieta rica en sal.

Estudios anteriores ya habían demostrado que llevar una alimentación rica en sodio y pobre en potasio incrementa la presión arterial. Esta vez, no obstante, han añadido más pruebas con el objetivo de ofrecer soluciones. Estas soluciones pasan por descubrir los mejores sustitutos de la sal para reducir el riesgo de padecer un infarto de miocardio y cualquier otra enfermedad relacionada.

Estos son los mejores sustitutos de la sal en tu dieta

Según la investigación, para promover la reducción de la presión arterial, el sodio debe sustituirse por cloruro de potasio. Este sería el componente de los mejores sustitutos de la sal en la dieta.

El estudio se llevó a cabo entre un mes y cinco años. En este tiempo, los expertos comprobaron que la proporción de cloruro de sodio en todos los sustitutos de la sal estudiados oscilaba entre el 33 y el 75%.

Cucharada de sal rosa del Himalaya
Los mejores sustitutos de la sal son aquellos ricos en potasio | Getty Images

Por otro lado, la proporción de potasio variaba entre el 25 y el 65%. Gracias a esta comparativa, se llegó a la conclusión que aquellos que tenían un 10% menos de cloruro de sodio eran mejores para la salud. En concreto, se producía un descenso de más de 1,53 mmHg en la presión arterial sistólica y también de un 0,95 en la presión arterial diastólica.

Beneficios de aumentar el potasio en la alimentación

Asimismo, también se descubrió que aumentar el consumo de potasio en la alimentación no conlleva ningún tipo de efecto secundario para la salud. Las pruebas de la investigación se encargaron de esclarecer esto.

Por otra parte, se demostró que los sustitutos de la sal son capaces de reducir el riesgo de muerte prematura en un 11% por cualquier causa. Esta cifra asciende a un 13% si la causa es una enfermedad cardiovascular.

El problema asociado a no consumir suficiente potasio

Como decimos, uno de los principales problemas del mundo actual es el gran consumo de sal que se da en todo el mundo. Sin embargo, parece no suceder lo mismo con el potasio, poco presente en la alimentación de la mayoría de las personas.

Este dato también es muy importante, pues no consumir suficiente potasio sí tiene un efecto negativo en la presión arterial. La razón es que, cuando la cantidad de potasio es insuficiente, el cuerpo lo acumula.

Debido a ello, también se acumula sodio, lo que sí provoca un aumento de la presión arterial. Como resultado, el corazón trabaja más y se incrementa el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.