En España han ido ganando cada vez más terreno los conocidos superalimentos. Se trata de productos con muchísimos más beneficios nutricionales que los alimentos habituales, que los expertos recomiendan incluir en nuestra dieta. Puede que algunos sean muy usados en nuestra gastronomía, como el ajo o el limón, pero muchos otros no suelen ser muy comunes: té matcha, semillas de chía, etc.
Esto nos puede llevar a pensar, erróneamente, que para beneficiarnos de sus propiedades tendremos que gastar una gran cantidad de dinero. O, lo que es peor, adaptarnos a sabores y texturas a los que no estamos nada habituados.
Esto lleva a mucha gente a ignorar los consejos de los nutricionistas, y no hacerles ni caso a estos alimentos. Sin embargo, existe un superalimento que está ganando popularidad, y podríamos considerar tan español como el jamón.
El superalimento español rico en potasio y que combate el cáncer
Hay productos que tanto nosotros como cualquier extranjero que haya visitado España asociamos a nuestro país. Los churros, el tinto de verano o la horchata son ya productos estrella de nuestra gastronomía. De hecho, esta última ha ganado popularidad mucho más allá de nuestras fronteras, y su consumo ya no se limita a la época estival.
La horchata es una bebida que se extrae de la chufa (Cyperus Esculentus), un tubérculo cuyo consumo se remonta a miles de años atrás. Y es precisamente la chufa el superalimento español que contiene una gran cantidad de potasio, fibra y muchísimos beneficios para el organismo. La chufa suma cada año más y más adeptos, y su consumo hace mucho que dejó de limitarse a la refrescante horchata.
La chufa en la Prehistoria y en el Antiguo Egipto
La chufa fue una de las primeras plantas cultivadas en la Prehistoria, y formó parte de la dieta de muchos homínidos. En restos arqueológicos del Antiguo Egipto, concretamente en la zona de Asuán, se han hallado fósiles de raíces de este tubérculo datados del 16.000 a.C.
Es más, en tumbas de hace más de 3.000 años, lo que corresponde al periodo arcaico de la civilización egipcia, se han encontrado hallazgos muy reveladores. Chufas hervidas para preparar cerveza, asadas e incluso endulzadas con miel; está claro que a los egipcios les encantaban.
El uso de la chufa no se limitaba a la gastronomía, sino que también tenía un uso medicinal, sirviendo tanto por vía oral como en forma de ungüento. Está claro que los antiguos egipcios conocían muy bien los beneficios de esta planta y de cómo beneficiarse de ellos.
Los beneficios de la chufa, el superalimento español
Los expertos coinciden en que la chufa contienen beneficios de todo tipo, y recientemente se han descubierto uno que destaca por encima de todos. Se trata de la estimulación de la producción de hormonas sexuales, gracias al aporte de niacina.
Esta última es una vitamina que también ayuda a eliminar del organismo sustancias químicas tóxicas. La niacina también está directamente relacionada con la secreción de hormonas que inducen a la reducción del estrés y la mejora de la vida íntima.
Naturalmente, según explica el nutricionista José Gallardo para El Español, su efecto no es comparable al de un afrodisíaco. "Al final son los nutrientes, sean de la chufa o de los plátanos", matiza el experto. De todas maneras, varios estudios han relacionado la chufa con la preservación del peso testicular, el aumento de la testosterona y la producción de esperma.
Por si esto fuera poco, la chufa contiene muchos otros beneficios nutricionales. Además de una cantidad aceptable de calorías, es muy rica fibra, proteínas, hierro, fósforo y potasio. De hecho, en este último elemento la chufa resulta mucho más beneficiosa que un plátano, ya que contiene mayor cantidad.
Mejora el tránsito intestinal y es anticancerígeno
El tubérculo también es una gran fuente de antioxidantes, que protegen al cuerpo contra el envejecimiento, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Gracias a su alto contenido en fibra, resulta ideal para prevenir el estreñimiento y mejorar el tránsito intestinal.
Y la flora intestinal agradecerá especialmente el aporte de almidón resistente de las chufas, un tipo de fibra muy buena. Las chufas también ayudan a descomponer otros alimentos en el intestino, previenen la diarrea y alivian los gases.
Finalmente, por si todo lo anterior no fuera suficiente, la chufa también resulta muy efectiva en el caso de los diabéticos. Su consumo está relacionado con la reducción de los niveles de azúcar en la sangre y con una mayor sensibilidad a la insulina, gracias a la presencia de arginina, un aminoácido. De todas formas, no hay que abusar de su consumo, ya que las chufas también contienen antinutrientes, lo que dificulta la absorción en el intestino.