La vitamina D es una de las substancias más importantes para la salud de los seres humanos. Su principal problema es que, a diferencia de otras vitaminas, esta no se encuentra con tanta facilidad en los alimentos. El cuerpo tiene otras formas de asimilarla, pero en muchas ocasiones padecemos un claro déficit de vitamina D que debería preocuparnos.
Cuando se produce una clara falta de vitamina D, el organismo tiene formas de advertir de este problema. Si no se saben interpretar sus señales, se corre el riesgo de sufrir enfermedades que pueden resultar letales. A continuación, te desvelamos cuáles son los síntomas reales de la falta de vitamina D.
Los principales síntomas de la falta de vitamina D
1. Cansancio crónico
Cuando el cuerpo humano experimenta una falta de vitamina D, algo muy habitual en invierno, envía señales para avisar del problema. Uno de los síntomas más comunes es una sensación constante de cansancio. Muchas veces, la sensación de fatiga no corresponde a una falta de descanso ni tampoco a una ejercitación exagerada del cuerpo.
Detrás de esta sensación de cansancio se esconde una clara falta de esta sustancia. Ahora bien, el déficit de vitamina D también tienen otras consecuencias, mucho más graves.
2. Depresión y ansiedad
Cuando se produce una falta de vitamina D, el organismo empieza a experimentar una sensación de tristeza y desánimo crónicos. Esto acaba desembocando, si se prolonga en el tiempo, en la aparición de la depresión e incluso de una sensación de ansiedad constante. En aquellas personas que ya enfrentan problemas de este tipo, la situación empeora notablemente.
3. Problemas con la densidad ósea
La vitamina D es esencial para mantener unos niveles de salud óptimos en nuestros huesos. Cuando se produce una falta de esta sustancia, los huesos tienen muchos más problemas para asimilar el calcio, con lo que empeora la densidad ósea. Esta situación preocupa especialmente en el caso de las personas mayores, que ya de por sí tienen huesos más débiles.
A la larga, una mala densidad ósea puede desembocar en fracturas y lesiones, algunas de gravedad. En el caso de los adultos, la falta de vitamina D también puede implicar la aparición de osteomalacia. Esta dolencia se manifiesta mediante una debilidad de los huesos y de los músculos, además de dolores en los huesos.
4. Raquitismo en niños
La falta de vitamina D también puede tener consecuencias en el caso de los niños. La etapa de crecimiento es muy importante, y la falta de esta substancia podría conllevar raquitismo, un trastorno muy grave. Este se manifiesta a través de un debilitamiento de los huesos, que finalmente acaban doblándose.
¿Cómo y dónde conseguir vitamina D?
Una de las principales funciones de la vitamina D es la regulación de los niveles de calcio y fosfato en el organismo. En caso de presentar algunos de los síntomas mencionados arriba, debemos actuar rápidamente. Te explicamos cómo conseguir esta substancia:
Sal a tomar el sol
Está más que comprobado que uno de los métodos más efectivos de asimilar la vitamina D es a través de la luz solar. Esto hace que en verano sea mucho menos probable sufrir de un déficit de esta sustancia. Lo que sí debemos tener claro es que resulta importantísimo usar la protección solar adecuada, para prevenir el cáncer de piel.
Ahora bien, en invierno las horas de Sol de las que disponemos son menores, lo que suele ser un problema sobre todo en los países nórdicos. Es por ello que tenemos que buscar otras formas de conseguir vitamina D.
Los alimentos que deberías comer
Afortunadamente, existen alimentos que contienen cierta cantidad de vitamina D, y que nos ayudarán a asimilar el calcio y reforzar nuestros huesos. Una de las mejores opciones es el pescado azul, que incluye desde boquerones, anchoas y atún hasta sardinas, caballa, anguila o salmón.
También puedes optar por comer más yemas de huevo, o incluso por incluir en tu dieta el aceite de hígado de bacalao. Finalmente, las carnes rojas, la leche fortalecida y el queso también contienen vitamina D que te ayudará a mantener los niveles adecuados de esta sustancia. Eso sí, no deberías abusar del consumo de algunos de estos alimentos, ya que suelen contener también muchas grasas saturadas.
Los suplementos, una alternativa a tener en cuenta
En caso de tener unos niveles de vitamina D muy bajos, también existe la opción de tomar suplementos de esta substancia. Ahora bien, el consumo de este tipo de fármacos debería hacerse siempre con una recomendación de un profesional médico.
Tampoco se recomienda consumir este tipo de suplementos de forma habitual, ya que podemos obtener el efecto contrario. La vitamina D nos ayuda a asimilar el calcio en los huesos, y un exceso de esta substancia puede provocar que se acumule demasiado calcio.