Las torrijas son uno de los postres más populares de la Semana Santa, pero también se pueden disfrutar en cualquier momento del año. Y es que son un dulce tradicional que, además de delicioso, es tremendamente sencillo de elaborar.
De hecho, para prepararlas en casa solo necesitamos unos pocos ingredientes, la mayoría de los cuales —probablemente— los tengamos en la despensa o en la cocina. Mejor aún, es una opción única para aprovechar el pan duro que se nos haya quedado olvidado.
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Y es que se hacen con rebanadas de pan empapadas en leche aromatizada, rebozadas en huevo y fritas en aceite. Para proporcionarle cierto toque dulce, se rebozan en azúcar y canela o miel y almíbar.
Sin embargo, hay otras formas de hacerlas más sencillas y ligeras, como la deliciosa y exquisita propuesta que nos propone el cocinero Karlos Arguiñano en su libro Cocina fácil y rico.
¿Cómo son las torrijas caseras de Karlos Arguiñano para Semana Santa?
Estas torrijas tienen la ventaja de que no necesitan rebozado ni fritura, sino que se cubren con una capa de azúcar quemado que les da un toque crujiente y delicioso. Efectivamente, ese es el exquisito truco que tanto ha gustado a sus lectores.
Además, se pueden hacer con pan de molde, lo que nos ahorra tener que comprar un pan especial o esperar a que se endurezca. Y tampoco llevan huevo, lo que las hace aptas para los alérgicos a este ingrediente y más económicas que las tradicionales.
Ingredientes:
Para hacer las torrijas de Karlos Arguiñano necesitamos: 2 rebanadas gruesas de pan de molde, 500 ml de leche, 2 cucharadas de leche condensada, 1 rama de canela, la corteza de media naranja, corteza de medio limón y 4 cucharadas de azúcar.
También nos propone otros ingredientes opcionales, lo que significa que podemos añadirlos a nuestra elaboración, o no. El helado, por ejemplo, es una opción ideal para acompañar la torrija caliente. Y las hojas de menta son ideales para decorar y aromatizar.
Elaboración:
El primer paso es cortar el pan de molde en trozos grandes y uniformes. Lo ideal es que el pan esté un poco seco, ya que esto ayudará a que absorba mejor la leche. Colocamos los trozos de pan en una fuente y reservamos.
Ahora prepararemos nuestra leche aromatizada. Para ello, ponemos la leche en un cazo y le añadimos la leche condensada, la rama de canela y las cortezas de naranja y limón. Lo llevamos a ebullición y lo dejamos cocer unos 5 minutos a fuego suave.
Luego lo colamos y lo vertemos sobre el pan, procurando que quede bien empapado por ambos lados. Si hace falta, le damos la vuelta con una espátula. Una vez hecho esto, debemos escurrir el pan y dejarlo reposando en la nevera, lo que ayudará a que nuestras rebanadas adquieran una textura adecuada. Es importante que repose al menos una hora en frío para que quede más fresco y compacto.
El toque final de las torrijas de Karlos Arguiñano
Pero, a diferencia de la receta tradicional, Karlos Arguiñano nos ofrece una innovación que seguro te encantará: caramelizar las torrijas, lo que conferirá una textura crujiente y una apariencia únicas.
Para ello, espolvoreamos azúcar sobre la superficie de cada trozo de pan y lo quemamos con un soplete o un quemador eléctrico. Hay que tener cuidado de no quemarlas ni pasarse con el caramelo, ya que esto haría que queden amargas.
Como comentábamos al principio, Arguiñano nos recomienda acompañarlas con una bola de helado y unas hojas de menta, una opción útil para hacerlas más deliciosas, completas y refrescantes.
Las torrijas caramelizadas de Karlos Arguiñano son un postre fácil y rápido de hacer, que nos permite disfrutar de un dulce tradicional con un toque diferente y original. Son ideales para desayunar, merendar o como broche final a una comida especial. Así que, ¿por qué no prepararlas para esta Semana Santa?