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Patatas fritas en un plato

El peligro de las freidoras de aire que probablemente ni te habías planteado

A pesar de sus ventajas, hay que tener especial cuidado a la hora de cocinar algunos alimentos

Las freidoras de aire se han convertido en uno de los electrodomésticos más populares y demandados. Y es que ayudan a cocinar los alimentos con poco o nada de aceite, siendo una opción más saludable. Sin embargo, ¿sabías que las freidoras de aire también pueden tener un riesgo para tu salud?

Es posible que te hayas planteado la posibilidad de comprarte una freidora de aire dentro de poco. Se trata de un electrodoméstico que cada vez cuenta con más adeptos en nuestro país. Y con mucha razón.

Por ejemplo, es una opción excelente para cocinar de manera más saludable. Siempre y cuando, claro está, optemos por recetas sanas. Esto se debe a que nos permite freír alimentos con muy poco aceite.

Pero la realidad es que sus ventajas van mucho más allá, porque ofrece la posibilidad de cocinar un buen número de recetas, incluyendo postres. Sin embargo, algunos expertos advierten de que no es oro todo lo que reluce…

¿Cuál sería el principal riesgo de las freidoras de aire?

Como ha advertido recientemente una usuaria a través de un vídeo publicado en YouTube, hay un riesgo que no debemos menospreciar. Y es que las freidoras de aire es el nivel de acrilamidas que pueden generar en los alimentos. Especialmente durante el proceso de cocción. 

Las acrilamidas son sustancias químicas que se forman cuando se someten a altas temperaturas los alimentos ricos en almidón. Como las patatas, el pan o los cereales. Estas sustancias han sido clasificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como probables cancerígenos para los humanos.

Así, al cocinar estos alimentos con una freidora de aire, aunque usemos menos aceite, el riesgo sería mayor en comparación con las freidoras de aire. Esto se explica porque las freidoras de aire actúan como mini hornos de convección, que combinan la función de grill con aire caliente que circula a gran velocidad. Así, se logra un efecto crujiente y dorado en los alimentos, pero también se propicia la formación de acrilamidas.

Las ACRILAMIDAS, el CÁNCER y la #AIRFRYER | Do It! Laura

Cómo reducir el nivel de acrilamidas al usar las freidoras de aire

Para evitar o reducir el nivel de acrilamidas al usar las freidoras de aire, la OCU recomienda seguir una serie de consejos. Como no cocinar los alimentos a temperaturas superiores a 180 ºC. Tampoco aconsejan cocinar los alimentos más tiempo del necesario o hasta que queden muy tostados o quemados.

Remojar previamente las patatas en agua fría durante unos minutos para eliminar parte del almidón puede ser también muy útil. Además de secar bien los alimentos antes de introducirlos en la freidora para evitar que se peguen o salpiquen. Y usar especias o hierbas aromáticas para dar sabor a los alimentos en lugar de sal u otros condimentos.

Por último, y no menos importante, es sumamente recomendable limpiar bien la freidora después de cada uso para eliminar los restos de alimentos o aceite.

Persona añadiendo aceite a una sartén
Aunque las freidoras de aire utilicen menos aceite, cocinar mucho determinados alimentos pueden suponer un problema para la salud | Getty Images

¿Qué otras desventajas tienen las freidoras de aire según la OCU?

Las freidoras de aire no solo tienen el inconveniente para la salud del nivel de acrilamidas, sino que también presentan otras desventajas que hay que considerar antes de comprar una.

Por un lado, consumen una mayor cantidad de energía eléctrica cuando las comparamos con otras opciones típicas, como las freidoras tradicionales o el horno. Además, en algunas recetas, necesitan más tiempo para cocinar los alimentos.

Por otro lado, su precio es más alto que el de las freidoras de aceite, debido sobre todo a las diferentes funciones avanzadas que incluyen. Y a que, además, están de moda. También hay que decir que algunos modelos pueden ser ruidosos.

En conclusión, hay que tener cuidado con el nivel de acrilamidas que pueden generar estos electrodomésticos y seguir unas pautas para reducirlo. Además, hay que valorar si compensa su precio, su consumo eléctrico y su tiempo de cocción frente a otras opciones como el horno o las freidoras tradicionales.