La siesta es una práctica muy arraigada en la cultura española y mediterránea, que consiste en dormir un rato después de la comida del mediodía. Muchas personas consideran que la siesta es beneficiosa para la salud, el bienestar y el rendimiento, ya que ayuda a relajar, descansar y recuperar energía. Ahora sabemos cuántos minutos debería durar.
Aunque muchas personas duermen la siesta cada día, no todas las siestas son iguales ni tienen los mismos efectos. Según una reciente investigación, la duración de la siesta puede influir en el riesgo de padecer problemas metabólicos y cardiovasculares.
¿Las siestas largas son malas para la salud? Esto es lo que dice un nuevo estudio
Una nueva investigación, realizada por la Universidad de Murcia y el hospital Brigham and Women’s Hospital de Boston, ha analizado los datos de salud de más de 3.000 adultos. ¿El objetivo? Estudiar la correlación entre la duración de la siesta, el índice de masa corporal y el síndrome metabólico.
El síndrome metabólico es un conjunto de factores de riesgo que aumentan las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes. De hecho, incrementa el riesgo de sufrir obesidad abdominal, hipertensión, colesterol alto o resistencia a la insulina.
Según los hallazgos de la investigación, se ha observado que quienes dedican 30 minutos o más a la siesta presentan un índice de masa corporal más alto. También tienen mayor probabilidad de desarrollar síndrome metabólico en comparación con aquellos que no descansan durante el día o que toman siestas más breves.
Además, se ha descubierto que las personas que padecen diabetes e insomnio tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto si optan por siestas prolongadas.
Según los autores del estudio, estos hallazgos sugieren que las siestas largas podrían alterar el ritmo circadiano, es decir, el reloj biológico que regula los ciclos de sueño y vigilia. Así como el metabolismo y las funciones hormonales. Esto podría provocar una mayor inflamación, oxidación y daño en las arterias coronarias, que son las encargadas de llevar sangre al corazón.
Entonces, ¿cuánto debe durar la siesta en general?
A la luz de estos datos, ¿significa que hay que renunciar a la siesta? No necesariamente. La siesta puede tener efectos positivos para la salud, siempre y cuando se haga con moderación y se respeten los hábitos de sueño nocturno.
Según los expertos, la siesta ideal debe durar entre 10 y 20 minutos, y realizarse entre las 14 y las 16 horas. De esta forma, se evita entrar en fases profundas del sueño que podrían causar inercia del sueño (sensación de aturdimiento y desorientación al despertar) o interferir con el sueño nocturno.
Pero no hay duda que una siesta adecuada puede ser muy útil a la hora de reducir el estrés y la ansiedad. Y, con ello, a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
¿Qué otras recomendaciones hay para dormir bien?
Además de controlar la duración de la siesta, hay otras recomendaciones para dormir bien y cuidar la salud metabólica y cardiovascular. Se recomienda dormir entre 7 y 8 horas por noche, respetando los horarios regulares de sueño y vigilia.
Evitar el consumo de cafeína, alcohol o tabaco antes de dormir, ya que pueden alterar el sueño o provocar insomnio. Y el uso de dispositivos electrónicos con luz azul (como móviles, ordenadores o televisores) antes de acostarse, ya que pueden inhibir la producción de melatonina, la hormona del sueño.
La siesta es una costumbre muy arraigada en nuestra cultura y puede tener efectos positivos para la salud. Sin embargo, hay que hacerla con moderación y respetando los hábitos de sueño nocturno. La clave está en encontrar el equilibrio entre el descanso diurno y el nocturno.