Conforme van pasando los años y nos hacemos mayores, nuestro cuerpo empieza a experimentar una serie de cambios (tanto a nivel físico como psíquico). En lo que respecta a las mujeres, existe une etapa transcendental que suele marcar un antes y un después, y es la menopausia.
A pesar de que se trata de un proceso completamente normal y fisiológico, no todas las mujeres lo sobrellevan de la misma forma. Ahora bien, existen situaciones en las que se dan una serie de cambios que, en cualquier caso, deberíamos revisar. A continuación te explicaremos uno de ellos.
El síndrome que cualquier mujer debería vigilar durante la menopausia
La menopausia es un periodo fisiológico que aparece en la vida de toda mujer, el cual suele estar marcado y condicionado principalmente por cambios hormonales. Con la llegada de la menopausia, se da por finalizada la etapa de la menstruación.
Su aparición puede variar de mujer a mujer, aunque por norma general se sitúa en torno a los 50 años. Algunos de los síntomas de la menopausia pueden durar meses, mientras que en otros casos, pueden también permanecer varios años después.
Cuando aparecen estos cambios fisiológicos, lo que ocurre es que el cuerpo de la mujer deja de liberar óvulos. Por lo tanto, al dejar de producir hormonas como el estrógeno y la progesterona, la mujer ya no puede ser madre.
Ahora bien, estos no son los únicos cambios que pueden aparecer. Dentro de todo el abanico de situaciones que pueden darse, existe una que llama la atención. Se trata nada más y nada menos que de un síndrome que, justamente, aparece durante la menopausia.
Hablamos del síndrome genitourinario, y puede llegar a afectar hasta el 47% de las mujeres durante este período de sus vidas. Sin embargo, lo más preocupante de todo es que cerca de un 70% no acuden a la consulta médica, a pesar del impacto que puede generarles en su calidad de vida.
Desde hace aproximadamente unos 10 años, este síndrome se ha catalogado como un conjunto de varios síntomas. Todos ellos son ocasionados a raíz de la caída de estrógenos y otras hormonas sexuales, las cuales se producen durante la menopausia.
Entre las principales molestias que acarrea su aparición, las más destacables suelen ser las que afectan a zonas como la vagina, los genitales externos, la vejiga o la uretra. De hecho, aunque sean síntomas muy molestos, son varias las mujeres que suelen sufrirlos en silencio.
Síntomas principales
Los especialistas de la Sociedad Española de Ginecología (SEGO) consideran necesario que, ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, se acuda cuanto antes a la consulta médica. Estos síntomas pueden variar en función de cada mujer, pero algunos suelen ser muy habituales.
El principal y más característico lo encontramos en la sequedad vaginal, algo muy propio del climaterio. Las pacientes describen esta sensación con mucha molestia e incomodad, y también la asocian a la falta de lubricación durante las relaciones sexuales.
Así mismo, también es posible que aparezca dolor precisamente en esas relaciones, que es lo que se conoce técnicamente como dispareunia. El picor, la irritación, las molestias al orinar, la incontinencia y las infecciones urinarias también suelen ser habituales.
Por lo tanto, ante la más mínima sospecha o aparición de alguno de estos síntomas, lo mejor es acudir al ginecólogo. Establecer un diagnóstico en este tipo de casos puede ayudar a muchas mujeres a tener tratamientos que mejoren su calidad de vida.
Aunque todo dependerá de las pautas que dictamine el profesional, los tratamientos más habituales para este tipo de casos son los geles lubricantes, la terapia hormonal local, el láser vulvovaginal y el uso de ospemifeno.