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Añadiendo sal a la comida

El motivo por el que nunca debes echar sal a la comida después de cocinarla

Lo creas o no, el consumo de sal podría estar poniendo tu salud en grave riesgo

En gustos no hay nada escrito, y si hablamos de la cocina aún mejor. Pues la gastronomía en general es tan versátil que podríamos estar mencionando durante horas los diferentes sabores o texturas que contienen los alimentos.

Y es que, quien más y quién menos, se atreven a experimentar en la cocina. Pues seguramente habrás querido elaborar recetas que habrás degustado fuera de casa que no te han quedado como esperabas.

Condimentar la comida, algo más común de lo que creemos

Probar con diferentes platos y degustar sabores que jamás habías comido, es todo un descubrimiento. Y dependiendo de la gastronomía del país, los sabores, las texturas e incluso los alimentos varían, y se combinan de diferentes maneras.

¿Te gusta añadir sal a las comidas? ¿Cuándo sueles hacerlo, antes o después de la cocción?. Seguramente eres de los que tiene la sal en la despensa de casa para utilizar diariamente. Sin embargo, también puedes utilizar otro tipo de ingredientes como los condimentos o las especias para enfatizar el sabor de tus platos.

Bote de sal
Aunque depende de la persona, lo normal es que la gente no sepa controlar la cantidad de sal que echa en la comida | Getty Images

Aunque los alimentos vienen con su propio sabor determinado, es muy normal que durante la elaboración se le añada sal como último paso de la preparación. Existen alimentos que sin la sal, no sabemos exactamente a qué sabe, o incluso a otros ni siquiera les haría falta.

La manera de utilizar la sal en la cocina varía mucho, pues no todas las personas aprecian los alimentos de igual manera. Algunos prefieren las cosas sosas o insípidas, sin embargo, otras personas prefieren que el sabor destaque por encima de todo.

¿Añades sal a tus comidas?

Para investigar más a fondo el efecto de la sal en las comidas y sus posibles consecuencias, se elaboró un estudio en Reino Unido en el que participaron más de 500.000 personas.

Dichos participantes fueron estudiados durante varios años y antes de comenzar se les preguntó si le añadían sal a las comidas y con qué frecuencia. Aunque saber con exactitud la cantidad de sal que contienen ciertos alimentos de manera innata es bastante difícil, se pudieron obtener unos resultados bastantes significativos.

La población occidental obtiene la sal directamente de los alimentos procesados, en este caso más de un 70% de sodio. Y aun así, dicha población añadía sal a las comidas, pero la otra cara de la moneda está en aquellas personas que no condimentan sus platos o rara vez lo hacen. Pues aquí los datos son bastante alarmantes.

Tomando la tensión arterial
La hipertensión arterial suele ser una consecuencia muy común del exceso de sal | Getty Images

Es más, en nuestro país el consumo de sal suele ser tan común que, en algunas ocasiones, las diferentes autoridades sanitarias han puesto el grito en el cielo. Y apretado el botón de alarma, ya que tendemos a excedernos en el consumo de sal.

Cuidado con los riesgos

Según los resultados del estudio, las personas que añaden sal a las comidas, tienen más predisposición a padecer ciertas enfermedades. En este caso, tienen un 28% más de probabilidades de morir antes de tiempo.

Al parecer, la esperanza de vida se acorta para las personas que tienen este hábito, aunque con una diferencia entre los dos géneros. Para los hombres se acorta hasta los tres años y para las mujeres hasta los dos años. 

Y aún hay más, pues las personas que ya padecen ciertas afecciones, como un peso elevado, fuman, consumen alcohol o incluso manifiestan enfermedades cardíacas, pueden incidir directamente en esos resultados y agravarlos.

Aún teniendo en cuenta la investigación con sus resultados, es inevitable e incluso contraproducente eliminar la sal de la alimentación. Aunque es recomendable ir reduciendo paulatinamente la cantidad que se añade y adaptarnos al sabor neutro de los alimentos. 

Por lo que, si eres de las personas que no añade sal o tu consumo de la misma lo tienes controlado, no debes preocuparte por tu salud o alarmarte. Es más, como hemos mencionado no debes erradicarlo por completo, pero sí saber cuánta cantidad es la mínima indispensable y si consumes demasiado ir reduciendo poco a poco.