¿A quién no le gusta el pan para acompañar los platos de la sobremesa? Es increíble cómo algo tan fácil y tan básico nunca falta en casa para los amantes de dicho alimento. Muchas familias incluso nunca empiezan la sobremesa sin pan. Por lo que el pan, se convierte sin duda en el alimento principal de las familias y sobre todo de la dieta.
Normalmente estamos acostumbrados a comprar el pan en nuestra panadería de confianza, sin embargo cada vez son más las personas que dedican tiempo a elaborarlo en casa.
El pan, el producto tan versátil amado por muchos
Y es que el pan, tiene tantas maneras de elaborarse, gracias a que podemos escoger diferentes ingredientes. Incluso dependiendo de nuestros gustos, podemos prepararlo de diferentes formas y texturas, por lo que se convierte en un alimento imposible de generar algún rechazo.
Además, su precio suele ser de lo más económico. Por lo tanto, se convierte en un producto de fácil adquisición para cualquier persona. Por ello, es común observar cómo siempre ocupa un lugar especial en cualquier despensa.
Asimismo, el pan es un alimento muy versátil: podemos complementar un plato con pan, como el salmorejo, o podemos acompañarlo con otros alimentos para elaborar un buen bocadillo, tanto dulce como salado. Está claro que el pan se podría decir que es el ingrediente más voluble que podemos encontrarnos en la cocina.
En cuanto a la hora de conservar el pan, podemos optar por diferentes consejos y desterrar otros que quizás estés haciendo y lo único que estás consiguiendo es desecharlo antes de lo que crees.
Consejos para que el pan dure más tiempo crujiente
En ocasiones nos vemos con la tesitura de ir a comprar el pan, porque no tenemos para ese día o porque el que teníamos se ha vuelto rancio y duro. Por ello, debemos intentar seguir unos consejos o pautas que ayudarán a conservar el pan que nos queda en la despensa y podamos consumirlo sin problemas.
Uno de ellos tiene que ver con el almacenaje del mismo, y es que el lugar donde guardarlo es fundamental para alargar la vida de los restos que nos quedan. Como cualquier otro alimento, la luz y la humedad son fundamentales. Deberíamos conservar el pan en lugar fresco, alejado de la humedad y del calor que lo pueden degradar.
En cuanto al embalaje, es importante que optes por una panera, si está fabricada con materiales naturales, es aún mejor. Incluso las bolsas de tela, que utilizaban nuestras abuelas, es una manera ideal y que se ha perdido como costumbre.
Sabemos que el verano es una de las épocas donde cualquier alimento, ya sea pan u otro, puede estropearse. Y es aquí, donde tienes que tener en cuenta quizá el proceso de congelación.
Algunos trucos para evitar el desperdicio
Si sabes exactamente cuánto pan consumes al día, solo debes cortarlo y guardarlo en bolsas individuales dependiendo del consumo que hagas de él diariamente. Así que, solo deberás acordarte de sacar el pan un rato antes de consumirlo o descongelarlo al microondas y consumirlo sin problemas.
Puedes probar a volver a hornearlo durante unos minutos en el horno para que vuelva a su textura de origen y así consumirlo como si lo acabaras de comprar. Recuerda que los principales factores que provocan que el pan se deteriore son las temperaturas extremas, frío o calor.
Como última opción, puedes buscar recetas que tengan como ingrediente el pan duro. De este modo, le estarás dando una segunda oportunidad a su consumo. Un claro ejemplo de ello es el pan rallado o el pudin de pan.