La administración está trabajando a toda máquina para aligerar la carga burocrática de la subida de las pensiones. Las pensiones contributivas han aumentado un 8,5%, y un 15% las no contributivas y ayudas como la renta garantizada o el Ingreso Mínimo Vital. Esto ha multiplicado las gestiones en las oficinas.
La Seguridad Social se encuentra además con los problemas de falta de personal que lleva tiempo arrastrando. El aumento de los trámites y la falta de personal lleva a importantes retrasos. El organismo ya ha advertido que algunos pensionistas podrían tardar tres meses en cobrar la pensión mejorada.
Es el caso particular de los nuevos jubilados que están tramitando el retiro estas semanas. Según el programa de Antena 3 Espejo Público, tendrán que esperar un mes y medio para pedir cita, y otros dos meses para que acaben los trámites. La espera podría superar incluso los tres meses.
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Afectará también a las bajas por maternidad
Muchos jubilados no cuentan con acceso a los trámites digitales o prefieren realizar las gestiones de manera presencial. Los que pidan ahora cita en las oficinas de la Seguridad Social pueden encontrarse con esperas de más de un mes. Una vez hecho el papeleo, tendrán que esperar dos meses más.
Una media de tres meses, esto es lo que calcula la entidad para que el personal solucione los trámites de la pensión. Esto sí, aunque cobren tarde la pensión se hará efectiva con carácter retroactivo. Esto significa que en realidad los beneficiarios de la pensión no perderán días de cobro.
Pero atención, porque los retrasos podrían no afectar solamente a las pensiones sino también a las bajas de maternidad. El principal motivo es el colapso en las oficinas de la Seguridad Social por las peticiones del Ingreso Mínimo Vital. Una situación que ya se produjo cuando se aprobó esta ayuda.
Colapso por el Ingreso Mínimo Vital
En el trasfondo de este problema está el problema de personal que viene arrastrando este organismo oficial. La tramitación de las ayudas durante la pandemia o con la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital ya pusieron al descubierto las carencias. Y ahora vuelve a manifestarse con los pensionistas.
Actualmente la edad media de los trabajadores de la Seguridad Social es de 59 años. Lo cual indica que se han ido jubilando funcionarios del organismo y no ha entrado nuevo personal. La precaria situación obliga a cerrar oficinas en muchas ocasiones y dejar a los clientes sin la debida atención.
Las oficinas se encuentran colapsadas por la falta de personal y el aumento de los trámites del Ingreso Mínimo Vital. El aumento del volumen derivado de las pensiones supone también una carga imposible de asumir por estas plantillas bajo mínimos. Esto explica los retrasos en el cobro de algunas pensiones.
La odisea para empezar a cobrar la jubilación
Los trabajadores que se retiran y ya han solventado el papeleo con la empresa se topan con varios problemas. Muchos usuarios no disponen de firma digital o prefieren hacer los trámites en las oficinas. Allí empiezan los obstáculos, ya que muchas veces los teléfonos están colapsados.
Cuando finalmente consiguen hacerlo reciben cita para un mes y medio más tarde. Una vez finalizado el papeleo tendrán que esperar dos meses más para que el personal tramite el expediente. En resultado son tres meses de espera en los que no entra ni un solo centavo en la cuenta del contribuyente.
En diez años la entidad ha perdido 6.500 trabajadores y ha aumentado en exceso el volumen de trabajo por las nuevas ayudas. Este personal tiene que gestionar casi diez millones de pensiones contributivas y miles y miles de subsidios y ayudas. El gran tapón es, sin duda, el Ingreso Mínimo Vital (IMV).