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Varias barras de pan

Llevas toda la vida cometiendo 10 errores con el pan de tu casa sin darte cuenta

Descubre las pifias que cometemos con el pan

El pan es uno de los alimentos más populares  en nuestra dieta. Su versatilidad  permite su consumo de mil formas y en compañía de muchos otros alimentos. Además, el pan cuenta con muy buen sabor y una variedad increíble de texturas y formas.

A pesar de que en los últimos años ha ganado cierta mala fama, sobre todo el pan blanco, lo cierto es que introducirlo en nuestra dieta puede ser muy positivo. Da igual la forma (baguette, chapata, integral, de centeno, etc.), los expertos animan a seguir comiendo pan, siempre con cabeza.

Muchas veces acabamos comprando demasiado pan, mucho más del que necesitamos para consumir durante el día o la semana. Congelarlo es una opción, pero no soluciona todos nuestros problemas. Los expertos del pan reconocen que cometemos pifias realmente imperdonables con nuestro pan.

¿Qué llevas haciendo mal toda la vida con el pan?

A continuación, desvelaremos qué llevas haciendo mal toda la vida con el pan. La mayoría de veces, sin ser conscientes de las repercusiones  que pueden tener.

1. Congelar pan porque es la solución más fácil

Muchas veces creemos que la mejor opción para consumir pan es comprarlo masivamente  y proceder a su congelación. Aunque congelar no es algo negativo, no deberías privar a tus sentidos de comerlo fresco  y recién horneado.

Barras de pan
Rico en hidratos de carbono complejos, vitaminas y minerales, el pan es muy saludable. | Getty Images

2. Esperar a que se atempere

Sea un pan casero o comprado, es importante controlar su temperatura  antes de que lo metamos en el congelador. Lo recomendado es esperar a que se atempere, pero sin que llegue a estar frío totalmente. De esta forma, nos aseguramos de consumirlo en el momento de su máxima calidad.

3. No conocer las diferencias entro el pan de molde y el de barra

Aunque estos dos tipos de pan sean aptos para ser congelados, no cuentan con las mismas propiedades. Los panes, que tienen una corteza crujiente, cuentan con dos contenidos de humedad  diferentes entre sí.

Diferentes tipos de pan
Debemos conocer las diferencias existentes entre los panes que consumimos | Getty Images

La miga, la parte con más humedad, acaba pasándola la corteza y eso resulta contraproducente. El momento de descongelación nos encontraremos con una corteza  fracturada en diferentes zonas o a punto de desprenderse del resto del pan.

4. No proteger el pan en el momento de la congelación

El pan no puede estar en el congelador sin ningún tipo de protección. De esta forma, te arriesgas a que se adhiera el olor  o el sabor  de los alimentos que tenga más cerca. Si no sabes con qué envolverlo, puedes optar por el papel film transparente.

Otra buena opción son las bolsas de plástico  que están especializadas en la congelación  (lo ideal sería que no reutilizar bolsas que ya tienes por casa). Una vez introducido el pan, debes asegurarte de que esté bien cerrado  y aislado.

Pan metido en una bolsa de plástico
Las bolsas de plástico son ideales para el proceso de congelación | Getty Images

5. ¿Cómo se divide el pan?

La respuesta de esta pregunta variará dependiendo de la persona a la que se la preguntes, porque ambas opciones tienen sus pros  y sus contras. Si dividimos la pieza en rebanadas, nos aseguramos de poder ir descongelando las piezas de forma individual, dependiendo de la cantidad que queramos consumir. Además, al ser rebanadas más pequeñas, ahorraremos tiempo tanto para congelar como para descongelarlo.

El problema es que, de esta forma, expones al pan sufrir quemaduras  producidas por el frío o la deshidratación. En el caso de querer congelar la pieza entera, cuentas con la desventaja de la pérdida de tiempo. Además, aunque se preserva más calidad, no hay forma de controlar la cantidad que vayamos a descongelar.

Diferentes rebanadas de pan
Cortar el pan en rebanadas nos permite ahorrar tiempo y dinero | Getty Images

No existe una respuesta correcta a la pregunta de cómo es mejor dividir el pan. Siempre dependerá de lo que el consumidor  considere qué ventajas o desventajas son más importantes.

6. El pan artesanal sí se puede congelar

Existe la creencia de que solo se puede congelar el pan industrial, pero es un rumor falso. Lo fundamental es conocer qué materias primas se han utilizado para su elaboración, si son de calidad, puedes congelar cualquier tipo de pan.

Diferentes tipos de pan sobre un mantel blanco
El pan artesano es igual de válido que el pan industrial | Getty Images

7. El tipo de miga o la corteza sí influye

El tipo de miga  determina en el tiempo necesario para congelarse. Los panes que cuentan con más huecos (denominados alveolos) en su interior tardan mucho menos en congelarse. No sucede lo mismo en los panes con una miga más densa.

La corteza es importante porque, si congelamos el pan con la corteza menos horneada, evitaremos que haya una gran diferencia dentro de la humedad  de la corteza y la miga.

8. El microondas es su mayor enemigo

La mayoría de veces creemos que el pan tardará menos tiempo en descongelarse si lo metemos en el microondas. Aunque esto sea verdad, el resultado es catastrófico. De este modo, su interior tiene una consistencia gomosa y demasiado blanda. Asimismo, notarás que el pan vuelve a endurecerse al cabo de poco tiempo.

Trozos de pan en un horno
El horno es la opción ideal si quieres que el pan tenga calidad | Getty Images

Algunos expertos en la materia apuntan que lo más conveniente sería inclinarse por el uso del horno  o de la tostadora. Esta última, naturalmente, solo se puede hacer si el pan está dividido en rebanadas de pequeño tamaño.

9. Dejar pasar un día para congelarlo

Otra creencia  muy extendida es la de pensar que debemos esperar a que el pan esté seco  para meterlo en el congelador. Es un bulo  que debemos ignorar si queremos disfrutar de un pan descongelado de calidad.

El mejor momento  para congelarlo es nada más comprarlo. El producto, de esta forma, contará con la frescura  que le otorga el estar recién hecho y tendrá una cantidad considerable de humedad.

10. No etiquetar el pan como es debido

Uno de los problemas más grandes que podemos tener cuando congelamos el pan es no saber cuánto tiempo lleva congelado. Podrías pensar que a ti no te ocurre, pero es más común de lo que nos imaginamos. Sin un etiquetado adecuado, es más que probable que olvidemos el pan en el congelador. 

Recuerda que lo mejor es consumir el pan a las tres semanas de haberlo congelado, y no dejarlo 'vivir' eternamente en el fondo del congelador. De esta forma, no perderemos ni su sabor ni tampoco su textura. Por supuesto, olvídate de volver a congelar el pan una vez sacado de la nevera.

Barra de pan con una etiqueta
No olvides etiquetar la fecha de congelación | Getty Images

¿Vale la pena congelar el pan?

Si evitas cometer los descuidos que hemos detallado anteriormente, la respuesta definitiva es . Congelar el pan, en sí mismo, no es algo malo. De hecho, puede ayudarnos a evitar el desperdicio de alimentos y a ahorrar dinero.