Con la llegada del calor, son muchas las personas que se animan a iniciar una dieta y a hacer ejercicio. Aunque el objetivo es perder peso, muchos también quieren mejorar su salud en general. Con menos ropa encima, es habitual que muchas personas deseen tener un cuerpo más esbelto, y porque no decirlo, una barriga más plana.
Son muchos los que recurren a dietas en las cuales predominan los alimentos saludables, pero eso no es todo lo que se necesita. Conforme pasa el tiempo, hace acto de presencia la frustración, y con la barriga es algo muy habitual. La gran pregunta es, si llevo una vida saludable, ¿por qué no desaparece la barriga? Pues hay una explicación....
Hacer dieta a veces no es sinónimo de adelgazar
Muchos seguramente no lo sabrán, pero la grasa que se acumula en el abdomen cumple una función muy importante: proteger tus órganos internos en esa zona. No obstante, a veces esa acumulación resulta ser muy excesiva, y eso podría acarrear problemas de salud. La obesidad abdominal es uno de los tipos de sobrepeso más peligrosos del mundo.
La grasa visceral que se acumula en la zona puede ocasionar inflamación (y de ahí el volumen de la barriga). En otras ocasiones, cuando esa acumulación va a más, puede llegar a provocar problemas cardiovasculares y diabetes.
Entonces, ¿qué estoy haciendo mal?
Seguramente hayas leído en más de una ocasión que ciertos alimentos (calificados como saludables) ayuden a perder peso. Entre ellos encontramos los carbohidratos, los aguacates o la crema de cacahuete. Aunque se tratan de alimentos que a priori son beneficios para nuestra salud, hay que valorar con qué frecuencia los consumimos.
Es importante determinar esto, ya que muchas veces estamos consumiendo alimentos sanos pero en exceso. Por lo tanto, cuando nuestro organismo se ve "sobre pasado" con una acumulación excesiva, hay que tener en cuenta que también se está sobre pasando sus necesidades.
Esto puede ocasionar diferentes problemas. Es posible que nuestro cuerpo no recurra tanto a la grasa visceral, de modo que por más que ingerimos alimentos nosotros no adelgazamos. También es posible que otros alimentos, por más sanos que sean, nos estén causando hinchazón.
De cualquier forma, hay que tener en cuenta que en relación con la pérdida de peso hay variables que influyen, como la genética o las hormonas.
¿Qué puedo hacer para eliminar la barriga?
Lo más recomendable es acudir a nuestro médico o especialista. Será él quién nos pueda ayudar a realizar un seguimiento de nuestra dieta y, por consiguiente, de nuestra pérdida de peso. Aun así, a continuación te recomendamos algunos tips que pueden ayudarte a eliminar la grasa:
1. Eliminar hábitos sedentarios
Aunque el calor favorece el sedentarismo, es importante que ahora con la llegada del buen tiempo practicas ejercicio (o lo continúes, si ya lo estabas haciendo el resto del año). Una buena forma de mantenernos activos para perder peso en verano es realizar ejercicios en el agua, como la natación o el aquagym. A todo ello, vale la pena mencionar que el biorritmo juega un papel muy importante también para escoger el mejor momento para practicar deporte.
2. No consumas alimentos procesados
Es muy tentador que durante las vacaciones nos saltemos la dieta. Sin embargo, abusar de carbohidratos y azúcares puede provocar un aumento de los niveles de azúcar en sangre. Esto, además de aumentar la posibilidad de que padezcamos diabetes, hace que el hígado acumule grasa en el abdomen.
3. Incorpora alimentos de colores vivos a tu dieta
Aunque el título suene muy llamativo, es totalmente cierto. Las frutas y verduras son los alimentos que contienen estos colores vivos, y eso es debido a que están llenas de vitamina C. Además de ser nuestros grandes aliados si queremos perder peso, también lo serán para ayudarnos a reducir el cortisol (la hormona del estrés).
En definitiva, si queremos perder grasa abdominal tenemos que tener en cuenta tanto nuestra alimentación como la práctica de ejercicio. Comer sano no solo se trata de reducir o sustituir alimentos, sino también de controlar las frecuencias y las cantidades que consumimos.