A día de hoy es verdaderamente sencillo encontrar miles de consejos a cerca de alimentación o estilos de vida. La televisión o las redes sociales, por ejemplo, nos bombardean con mil y una opciones.
Sin embargo, no todas las estrategias son beneficiosas para nuestra salud. Hoy vamos a hablar de una que, concretamente, está respaldada por la ciencia, y que cada vez son más los famosos que acuden a ella: la alimentación intuitiva.
Todo lo que debes saber sobre la alimentación y el ayuno intuitivo
Se acerca el verano, y por consiguiente, todo lo que ello conlleva: vacaciones, aperitivos en la terraza de un bar, comidas, cenas... Pero claro, junto a ello también aparece la preocupación por no coger kilos de más.
Lejos de lo que muchos puedan pensar, la realidad es que el proceso de comer y disfrutar de estos días puede ser más sencillo de lo que parece. Y todo gracias a la alimentación intuitiva.
Seguramente nunca hayas escuchado este nombre, y si es así, no te preocupes porque es bien fácil de entender. La alimentación intuitiva se basa en reconocer las necesidades nutritivas de nuestro cuerpo.
Así, adquirimos la conciencia necesaria para saber si nuestro cuerpo necesita más o menos ingesta de alimentos. Esto, evidentemente, nos ayuda a no caer en excesos o frustraciones.
Sin embargo, algunos famosos como Gwyneth Paltrow han ido más allá, y han decidido adentrarse en una variante que surge a raíz de este tipo de alimentación: el ayuno intuitivo.
¿En qué consiste el ayuno intuitivo?
En este caso, el ayuno intuitivo mantiene las mismas bases que la alimentación intuitiva, y se caracteriza por presentar una especie de combinación entre el ayuno intermitente y la alimentación intuitiva.
A grandes rasgos, este tipo de ayuno considera que nuestro cuerpo u organismo debe comer lo que demande, y solamente hacerlo cuando de verdad se tenga hambre.
Se recomienda iniciar el ayuno intuitivo empezando por un plan de ayuno flexible de cuatro semanas, en las cuales podremos obtener algunos beneficios como la reducción de inflamación o la estabilización de nuestro cuerpo.
Así pues, se recomienda iniciar un ayuno de 12 horas, y posteriormente, realizar otro segundo ayuno de 18 horas durante la segunda semana. Una vez hecho esto, se pueden incorporar ayunos de 20 a 22 horas, y siempre cada dos días.
Poniendo en práctica estos protocolos, es posible llegar a corregir los malos hábitos alimenticios que nos venían acompañando. Además, también se aprende a controlar los antojos, la inflamación y el mal humor que de ello deriva.
La ciencia respalda el ayuno intuitivo
Si bien es cierto que el ayuno intuitivo está mostrando cada vez más respaldo científico, lo cierto es que esto no implica que deba realizarse de cualquier manera. Esta alternativa, por lo tanto, debe llevarse a cabo correctamente.
De buenas a primeras puede sonar descabellado, pero lo cierto es que el ayuno intuitivo puede ayudarnos mucho. Por ejemplo, a través de él podemos llegar a ser capaces de respetar nuestro apetito dentro de unos horarios y unos ritmos.
A pesar de esto, lo que está claro es que siempre que se desarrolle a largo plazo y con control, el ayuno intuitivo puede aportarle a nuestro organismo una infinidad de beneficios: aprendemos a comer mejor, y sobre todo, a ser conscientes de las necesidades y demandas de nuestro cuerpo.
Varios estudios han podido constatar su eficacia en cuanto a la pérdida de peso y el control de glucosa en sangre. Además, este ayuno es una de las técnicas más innovadoras y diferentes conocidas hasta el momento.
Sin embargo, insistimos en la importancia de consultar con un profesional antes de iniciarla, ya que no es apta para todo el mundo. Aunque sea fácil de desarrollar, no lo es tanto a la hora de ponerla en práctica.