Los productos del tabaco dañan todo el cuerpo. Se estima que, entre 2010 a 2014, en España fallecieron más de 259.000 personas a consecuencia del tabaco (directa o indirectamente).
Esto significaría que, cada año, fallecerían en nuestro país más de 51.500 personas por muertes atribuibles al tabaco. Además, también sabemos que 1 de cada 3 muertes por cáncer es causada por el tabaco, y una de cada cinco enfermedades cardiovasculares es causada por fumar.
Debemos tener en cuenta la información más confiable sobre los peligros para la salud proviene de extensos estudios de seguimiento, en los que se sigue a las mismas personas durante décadas.
¿Sabías que el tabaco destruye el tejido pulmonar?
El cáncer de pulmón es considerado como la enfermedad de fumar más conocida. No en vano, es la forma de cáncer más prevenible, ya que el 90% de los cánceres de pulmón son causados por fumar.
Se estima que el cáncer de pulmón es, generalmente, una enfermedad masculina, ya que algo menos de un tercio es diagnosticado en las mujeres. En otros países europeos, por ejemplo, se estima que el cáncer de pulmón se está volviendo ahora más común. Pero no es el único problema.
Otra enfermedad provocada por el tabaco es la EPOC. Los pequeños alvéolos en los pulmones dañados por el humo del tabaco comienzan a romperse y se crean alvéolos agrandados, lo que provoca enfisema.
La elasticidad de los pulmones disminuye y la respiración comienza a deteriorarse. Sus características típicas son un estrechamiento de las vías respiratorias que progresa lentamente, en su mayoría irreversible, y un flujo espiratorio lento en los pulmones.
La EPOC es insidiosa, porque la persona se acostumbra poco a poco a la disminución de la oxigenación. El pronóstico de la enfermedad mejora sustancialmente si se deja de fumar.
Casi todos los fumadores sufren de una condición irritante de los bronquios, conocida como bronquitis crónica. Es causada por la irritación del humo del tabaco en los bronquios y el tejido pulmonar. Los fumadores conocen la enfermedad como tos de tabaco.
A lo que debemos añadirle otro inconveniente añadido: los problemas pulmonares de los cigarrillos electrónicos comenzaron a surgir en el verano de 2019. Una moda que parece crecer exponencialmente con el paso del tiempo.
¿Por qué se relaciona el cáncer de pulmón con el tabaco?
Por un lado, sabemos que el efecto del estilo de vida (como el uso de productos de tabaco y alcohol, la nutrición, el ejercicio, la exposición al sol) sobre el riesgo de cáncer es de alrededor del 40% en total.
Evidentemente, de estos, los productos relacionados con el tabaco son, como mucho, el factor más importante. Es más, se estima que aproximadamente un tercio de todos los cánceres son causados por productos de tabaco.
Hay que tener en cuenta que el efecto de los cigarrillos sobre el cáncer de pulmón es de alrededor del 90%. Entonces, en la práctica, no fumar protege muy bien del cáncer de pulmón.
¿Por qué algunos no fumadores sufren cáncer de pulmón?
Según los resultados de un reciente estudio llevado a cabo por expertos del University College de Londres y el Instituto Francis Crick Institute, la polución actuaría sobre distintos mecanismos causantes de la información, que son los responsables de las distintas lesiones que, al final, podrían acabar convirtiéndose en cáncer.
No hay duda que dejar de fumar se convierte en la mejor práctica, no solo a la hora de prevenir y evitar el cáncer de pulmón (y otros tipos de cáncer), sino para proteger nuestra salud en general.
Es más, al dejar de fumar, sabemos que el riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades pulmonares y diabetes se reduce significativamente. Al mismo tiempo, el riesgo de cáncer también disminuye.
Por ejemplo, 10 años después de dejar de fumar, el riesgo de cáncer de pulmón se ha reducido en casi una quinta parte en comparación con un fumador. Pero también ayuda el hecho de alejarse de una ciudad repleta de contaminación y polución.