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Una cuchara de miel de madera cubierta con miel viscosa de color anaranjado

Hablan los expertos: lo que pasa con tu cuerpo si tomas una cuchara de miel cada día

Los beneficios nutricionales de la miel son bien conocidos desde tiempos antiguos

La miel es el alimento natural más conocido y usado de la historia. Este oro líquido se ha usado desde tiempos muy antiguos para endulzar comidas y bebidas, e incluso se le atribuyeron propiedades místicas.

Incluso hoy en día la miel es una de las mejores alternativas  para endulzar nuestras vidas. Lo cierto es que a la miel se le han atribuido un montón de propiedades nutricionales, aunque no todas se hayan podido demostrar con estudios.

¿Cuántos tipos de miel existen?

Aunque la miel es uno de los productos más conocidos, lo cierto es que no hay un solo tipo de miel. Tampoco dos, ni tres, sino hasta 300 tipos de miel diferentes. Aunque no lo parezca, la diferencia entre cada una de estas mieles es grande, y se nota tanto en su color como en el sabor o, en menor medida, en el valor nutricional.

Decenas de abejas en un panal colocando la miel en los agujeros
Existe la miel cruda y la miel procesada | Getty Images

Pero si hay que dividirla en dos tipos, más allá de si se trata de miel de tilo, castaño o flores de azahar, podemos distinguir entre miel cruda y procesada. En los supermercados, lo más habitual es encontrar el primer tipo de miel.

La principal diferencia tiene que ver con el proceso de calentado de la miel, llevado a cabo para eliminar posibles microorganismos. Ahora bien, muchos también consideran que durante este proceso se pueden perder importantes enzimas y antioxidantes, debido al aumento de la temperatura

¿Cómo es la miel que consumimos?

Son las abejas melíferas las que transforman el néctar que recogen de las flores en miel, gracias a la acción de su saliva. Esto ayuda a transformar el azúcar recogido en glucosa y fructosa, y una vez en el panal se evapora el exceso de agua.

A pesar de que las condiciones externas o de temperatura puedan llegar a influir, la composición de la miel suele ser casi siempre la misma. La mayor parte de este producto está formada por carbohidratos (glucosa y fructosa), agua, proteína, vitaminas, algunos minerales y ciertos oligoelementos.

¿Qué pasa si tomo miel todos los días?

Al contrario de lo que se suele creer, lo cierto es que los nutricionistas no ven con buenos ojos un consumo regular de miel. Teniendo en cuenta que casi el 80% lo componen los azúcares simples, tomar una cucharada de miel equivale a 6 terrones deazúcar. Esto viene a ser el máximo diario que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Una cuchara de miel en un vaso lleno de miel y panales detrás
No es recomendable abusar del consumo de miel | Getty Images

Por ello, muchos expertos piden no abusar del consumo de miel, a pesar de que su azúcar es natural, muy diferente al refinado. Esto no quita que la miel tenga multitud de beneficios para nuestra salud, como propiedades antiinflamatorias demostradas. Esta característica se debe a la presencia de sustancias antioxidantes, muy necesarias para el organismo. 

No se recomienda tomar miel todos los días ni abusar de su consumo, porque nos puede hacer ganar peso. Sí, es cierto que contiene vitaminas del grupo B y C, calcio, magnesio, potasio o fósforo, pero estos nutrientes se encuentran en menor cantidad. Es mucho más recomendable optar por otros alimentos con mayor presencia de estos elementos, como el plátano para el potasio o los cítricos para la vitamina C

A pesar de contener menos calorías que el azúcar convencional, la diferencia con la miel tampoco es tan grande. Por cada 100 gramos, la miel tiene unas 320 kilocalorías, en comparación con las 400 kilocalorías del azúcar.

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En el caso de la miel más consumida, la de supermercado, las cosas empeoran aún más. A este tipo de mieles se les suelen añadir colorantes, conservantes e incluso aromas artificiales, lo que empeora su valor nutricional aún más.

¿Quién no debería tomar mucha miel?

La miel no es, ni de lejos, el peor alimento que podemos llegar a ingerir, pero sí que existen algunos colectivos que deberían moderar su consumo. Es el caso de los diabéticos, personas con problemas para asimilar el azúcar disponible en la sangre. Según los expertos, solo se recomienda el consumo de miel cuando se produce una hipoglucemia, o lo que es lo mismo, una falta de azúcares de fácil absorción. 

También debemos saber que, aunque la dulce miel no es nada proclive a la aparición de microorganismos, algunos sí que consiguen colonizarla. Es el caso de las esporas de Clostridium botulinum, que pueden provocar infecciones graves y botulismo en los menores.

Botes de miel con trozos de panal en su interior y tapa amarilla
Se desaconseja el consumo de miel en el caso de los diabéticos | Getty Images

Estas esporas son difíciles de erradicar incluso con el procesado de la miel cruda. Cuando germinan, las esporas liberan la toxina botulínica. El proceso puede ocurrir en el intestino de los niños, provocando insuficiencias respiratorias, visión borrosa o dificultad para tragar.

Si no se actúa rápido, las consecuencias pueden ser letales, por lo que se pide moderar el consumo de miel en el caso de los menores. De todas maneras, los expertos insisten en que, sin abusar, se puede disfrutar tranquilamente del sabor dulce de la miel. Un ingrediente único y natural, que sirve tanto para la repostería, la cosmética, o simplemente como edulcorante