A finales del año pasado se aprobaba una reducción del IVA en una serie de productos de alimentación básicos. Todo hacía indicar que eso contribuiría a rebajar de forma considerable el precio de la cesta de la compra. Sin embargo, el ahorro no ha sido el esperado por los consumidores.
La medida se implantó a comienzos de 2023 tras las exageradas subidas experimentadas por la mayoría de comestibles. Se atribuyeron dichos incrementos al conflicto de Ucrania y al encarecimiento de la energía y las materias primas. No obstante, parece ser que efecto no ha sido el deseado por los consumidores.
La rebaja del IVA no ha supuesto un ahorro demasiado notable
El ahorro por hogar apenas ha llegado a los 3,32 euros al mes, que suponen 11 céntimos al día, recoge Público. Por lo tanto, las familias más vulnerables apenas pueden beneficiarse de esta reducción del IVA. En el Informe de Recaudación emitido por la Agencia Tributaria en abril se eleva hasta los 254 millones el impacto de esta medida sobre las arcas del Estado.
Si esta cantidad se reparte entre 19,1 hogares (registrados en el INE), durante los primeros cuatro meses el beneficio alcanzó los 13,28 euros. Pero hay que decir que no se consiguió el objetivo planteado inicialmente. Este tipo de decisiones se toman pensando sobre todo en las familias más vulnerables o en riesgo de exclusión. Sin embargo, los grandes beneficiados fueron los hogares con mayores rentas, ya que su gasto en comestibles resulta más elevado.
En qué consiste la medida
El Gobierno se vio obligado a aprobar este decreto a finales de 2022 ante el incremento tan exagerado del precio de los alimentos. Se experimentaron subidas "cercanas al 40% interanual" en determinados productos considerados de primera necesidad.
Optaron por suprimir el IVA en una serie de artículos como el pan, la harina, la leche, huevos, legumbres, frutas, verduras y cereales. Estos pasaron del 4% al 0%. Por su parte, otros como el aceite o las pastas lo harían del 10% al 5%.
Dicho planteamiento se propuso inicialmente hasta el próximo 30 de junio. Pero en la última revisión del plan anticrisis del Gobierno decidieron prorrogarlo hasta final de año.
En su día se apuntó que esta rebaja del IVA debía "beneficiar íntegramente al consumidor". No estaba pensada para que se aumentara el margen de beneficio de los empresarios ni para elevar los precios. Pero como se puede comprobar, el cliente final apenas ha notado estas variaciones en su cartera.
La bajada del IVA afectó solo a algunos alimentos
El intento del Estado de controlar y supervisar los precios de la cesta de la compra no ha dado el resultado deseado. En los cuatro primeros meses del año, entre los productos de IVA cero, únicamente las frutas y la harina han disminuido su precio.
Por su parte, la leche, el pan, los huevos y el queso han experimentado un aumento inferior a la bajada de cuatro puntos. El resto de alimentos elevaban su valor entre el 4,8% y el 14,6%.
Algo similar ocurre con aquellos artículos que redujeron el IVA hasta el 5% desde el 10%. El aceite de oliva elevó su precio un 5,5% hasta abril. Por lo tanto, el consumidor lo estaría pagando más caro.
Hay que decir que todas esas variaciones se realizan teniendo en cuenta una base ya de por sí muy alta. Los precios ya estaban disparados al término de 2022, y en los últimos 16 meses, algunos comestibles como las legumbres se encarecieron un 30%.
Han subido casi la mitad de los alimentos
Después de soportar incrementos de hasta 50 puntos, la rebaja de 4 o 5 puntos "no resuelve el problema". Así lo entiende el portavoz de la asociación de consumidores Facua, Rubén Sánchez.
Después de analizar esta medida comprueban que esta rebaja "no se ha cumplido en buena parte de los productos". De hecho detectan aumentos de precio en "cuatro de cada diez artículos afectados".