El 2020 ha llegado trayendo malas noticias y alertas inesperadas. Justo después de que la población en todo el mundo exclamase “¡Feliz año nuevo!”, una nueva palabra ha llegado como sustituta para repetirse en boca de todos: “Coronavirus”.
Esta familia del virus CoV, como lo denomina la OMS (Organización Mundial de la Salud), que se manifiesta en el cuerpo humano como un resfriado común para después desembocar en afecciones más graves y contagiosas, lanzó su primera señal de alarma el 31 de diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan, y causó allí la primera muerte el 11 de enero de este año. El 25 de enero, cuando el científico chino Zhong Nanshan aseguró que era una amenaza real que se podía transmitir entre personas, se encendieron las alarmas del planeta y dio comienzo la “carrera” de aislamiento y controles en puntos fronterizos de varios países.
El efecto dominó originado por la alarma mundial del coronavirus no solo ha afectado al gobierno español y los grandes inversores y corporaciones, sino que también los pequeños negocios han sentido sus efectos.
Los comercios de Las Ramblas han notado un descenso importante en sus ventas estos meses: los restaurantes se han enfrentado a más mesas vacías de las que estimaban y los hoteles se han encontrado con un gran número de habitaciones libres. Incluso los representantes de empresas que viajaban habitualmente a congresos y que en su tiempo libre salían de copas haciendo realidad sus deseos en Barcelona con escorts de nivel, han cancelado su participación en estos eventos y conferencias por precaución.
Además, son muchas las personas que se han puesto en cuarentena por iniciativa propia, en especial la comunidad china en Barcelona y otras ciudades del mundo, resignándose a la pérdida de ingresos al verse obligados a cerrar sus locales.
Hoy, el coronavirus ya no representa un problema de salud global, ha mutado en una enfermedad que en el transcurso del año afectará a la sociedad mundial en todos sus sectores: sanitario, económico, social y político; una “pandemia” en curso que requerirá algo más que una vacuna.
La vorágine que acompaña la propagación del virus más allá de las fronteras de China, ha sobrepasado el tema sanitario y extendido el contagio a la economía mundial.
España ya ronda los 150 casos de contagios comprobados, sin escapar a los efectos colaterales en la economía. Se ha dejado notar específicamente en Barcelona, tras la suspensión del Mobile World Congress 2020, evento que anualmente atrae el interés mundial a la comunidad catalana, donde marcas como Sony, Nokia, Samsung, entre otros magnates tecnológicos, realizan los lanzamientos y presentaciones en tiempo real de lo más vanguardista de sus creaciones que se comercializarán próximamente.
Dicha cancelación dejó a Barcelona sin percibir un ingreso estimado de 500 millones de euros, teniendo en cuenta la cifra de recaudación de años anteriores.
Igualmente, sus efectos se han dejado ver en el mercado de valores español. El IBEX ha registrado pérdidas por debajo de los 9000 puntos principalmente en el sector turístico y banca, viéndose afectadas aerolíneas, cadenas hoteleras y la proveedora de viajes Amadeus.