La nevera es un electrodoméstico muy importante en la casa, por eso hay que cuidarlo bien. Pero es posible que surjan algunas señales de advertencia a las que hay que estar pendientes, como la señal sobre la que te hablaremos en esta ocasión.
Mantener la nevera en buen estado es esencial para asegurar la seguridad alimentaria y prolongar la vida útil de los alimentos. De ahí que sea importante asegurarse de que esté en buen estado y se mantenga limpia y organizada.
Pero, además, no solo es importante saber que está en buen estado. En ocasiones, surgen algunas señales de advertencia que pueden acabar pasando desapercibidas para muchos, especialmente cuando no tenemos experiencia.
En este sentido, hay que revisarlo a fondo para ver si tiene algún problema, como por ejemplo que gotee agua. Hay varias razones por las que un frigorífico puede estar goteando agua, así que hay que buscar la causa y arreglarla.
¿Cuáles son las causas de la pérdida de agua en la nevera o el frigorífico?
Si el agua se acumula en el fondo del frigorífico, puede ser que el agujero por donde sale el agua esté tapado. Este agujero está en la parte de abajo del frigorífico, cerca de la pared de atrás.
A veces, algún trozo de comida se cae ahí y no deja pasar el agua. Para solucionarlo, puedes usar un palillo para los oídos y un poco de agua para limpiarlo después de desenchufar el frigorífico.
Si el frigorífico tiene una fuga de agua puede ser que la bandeja de goteo esté dañada. Esta bandeja recoge el agua que sale del frigorífico y está en la parte de abajo, y aunque no es muy común que se dañe, puede pasar. Si es así, lo mejor es pedir ayuda a un técnico para que lo repare.
Si la nevera tiene mucha humedad dentro, puede ser que la puerta no selle bien. Así, entra aire más cálido del exterior y se forma agua al enfriarse. Esto puede pasar si la goma está muy dañada y hay que poner una nueva.
¿Qué podemos hacer para mantener la nevera y el frigorífico?
Para prevenir que el frigorífico gotee agua, es fundamental que la puerta quede bien sellada y no haya nada que la impida cerrar. No te olvides de limpiar las gomas de las juntas cada cuatro o cinco meses.
Como hemos dicho, los restos de comida pueden bloquear el sistema de drenaje y causar problemas. Para solucionarlo, desconecta el frigorífico de vez en cuando, sácale todo lo que tenga dentro y deja que se derritan los restos. Después, pásales un paño de microfibra un poco mojado.
No metas comida caliente o recién hecha en el frigorífico. La explicación es simple: esto puede subir la humedad y provocar la formación de agua por condensación. Además, puede aumentar el riesgo de que la comida se estropee.
¿Y qué ocurre si escuchamos ruidos?
Hay algunos ruidos que no son motivo de alarma, pero otros que sí lo son. Uno de ellos es si el ventilador suena muy fuerte, porque puede indicar que el compresor se está dañando.
El ruido desde el fondo puede deberse a un problema de la bandeja de desagüe. Si tu nevera se mueve mucho, quizás no esté bien nivelado y si oyes sonidos desde el interior, tal vez las estanterías estén mal colocadas o esté pegado a otro mueble.
Finalmente, un ruido que debe alertarnos, pero que tiene fácil arreglo es que las patas de la nevera estén desajustadas, porque eso provoca un ruido extraño en el frigorífico y la solución es ajustarlas correctamente.