La Unión Europa ha tomado una decisión que repercute a millones de habitantes. La entrada de 2023 supondrá un gran cambio para muchos, y es que se va a prohibir la venta de unos conocidos televisores. La decisión afecta a todos los países miembros, y por tanto los televisores no se podrán adquirir más en España.
El objetivo principal de la decisión de la UE es incrementar el ahorro energético en sus países miembros. En este sentido, las autoridades han señalado a unos modelos de televisor muy concretos, para ordenar su prohibición.
El visionado de algunas televisiones podría acabarse
¿Cómo te gusta pasar los fines de semana en casa? ¿Te gusta hacer maratón de películas con tu familia o amigos? ¿O eres más de los que se dedica a leer un libro durante horas?
Si eres muy cinéfilo, seguramente tengas en casa más de un televisor con el que entretenerte. Hoy día, dentro de la tecnología, los televisores han ido ganando terreno y es que, ¿a quién no le gusta ver una película como si estuviera en el cine?
Independientemente del tiempo que le dediques para ver la televisión en casa, seguramente tengas más de un aparato en casa. Desde que allá por los años 50, los televisores entraran para ocupar un hueco el salón de casa, los avances que se han realizado en cuanto a su tecnología no han dejado indiferente a nadie.
Hay quienes les gusta estar a la moda en cuanto a tener el último modelo de televisores del mercado. Y es que, a medida que se perfeccionan las cosas, los televisores son más sofisticados, más eficientes, más especializados y con unas calidades inigualables.
Sin embargo, para que un dispositivo salga al mercado tienen que cumplir con una serie de requisitos o normativas. Estas normativas son aprobadas por la Unión Europea. Cada año se regula dicha normativa, y es la Unión Europea quién acepta o rechaza dichas disposiciones para que los nuevos televisores salgan al mercado.
¿Qué hay que tener en cuenta respecto a la nueva normativa?
¿Qué es lo que prima en la nueva normativa? Está claro, que el mundo está sufriendo cambio a nivel energético, por ello se está regulando dicho consumo a través de los dispositivos electrónicos.
Por ello, se plantearon unas directivas actualizadas para regular el consumo que generan los próximos televisores. A partir de diciembre de 2022, la nueva normativa exigirá que los nuevos televisores cumplan con un plan de ahorro energético.
Uno de los cambios que quieren implementar es priorizar el consumo de los aparatos en vez de ciertos aspectos como el brillo del HDR. Se priorizará el ahorro de la energía en vez de la calidad que tenga la imagen.
Hasta ahora se clasificaba la eficiencia energética de los aparatos con las etiquetas de A+, A++, A+++. En muchos casos se dificulta al comprador encontrar justamente el aparato que realmente querían y sobre todo saber su calidad.
Por lo que se ha optado por un nuevo etiquetado de menor eficiencia a mayor eficiencia con las letras que van desde la “G” hasta la “A”. Dicha escala es más concisa y solo evalúa el consumo de energía del aparato en cuestión.
Esta nueva forma de etiquetar la eficiencia energética de los aparatos va a conseguir que muchos de ellos no salgan al mercado. Algunos de ellos incluso dejarán de fabricarse con la configuración que se estaba fabricando. ¿En qué consisten las nuevas actualizaciones?
¿A qué modelos afecta esta nueva medida?
Las nuevas actualizaciones en la normativa, que se prevén para el próximo año, estarán dirigidas especialmente para los modelos 8K y, en su mayoría, para los televisores Smart TV de gama alta. Siendo su calificación energética con la letra “G”.
Dichas etiquetas de eficiencia energética evaluarán de manera diferente el consumo en SDR y el HDR. Pues las imágenes con mejor brillo son las categorizadas en HDR, pero a su vez son las que más consumen.
La normativa nos obliga a consumir un máximo de energía, que podemos calcular teniendo en cuenta las variables como el tamaño o la resolución. El resultado es el Índice de Eficiencia Energética, que será obligatorio para todos los televisores que se comercialicen dentro de la Unión Europea.
Es posible que se revise la normativa que se aplicará el próximo año y se propondrán otras condiciones que la hagan menos estricta. Aunque aún no se sabe a ciencia cierta, pues la gran crisis energética y los planes de ahorro de los países lo hacen poco probable.