Esta semana, un importante banco español se llevaba un buen susto. Contra todo pronóstico se desplomaba en Bolsa un 5,85%. Los clientes de CaixaBank y BBVA pueden respirar tranquilos porque de momento no les afecta a ellos.
La entidad implicada en este caso es Unicaja. El fondo Oceanwood ha optado por reducir su peso en la compañía, al pasar del 7,06% al 0,35% de las acciones. Esta medida obedece sobre todo a las últimas variaciones experimentadas en el banco con una serie de nombramientos.
Desde comienzos de semana ya habían trasladado su intención de vender estos títulos. Con el paso de las jornadas fueron elevando el montante de las participaciones de las que querían desprenderse.
La previsión es que a lo largo de estos días se acabe concretando la operación de forma definitiva. Curiosamente dicha decisión coincide con el relevo en la cúpula de la entidad. Isidro Rubiales asumirá el puesto de consejero delegado en detrimento de Manuel Menéndez.
A la compañía financiera le espera por delante un cierre de año bastante complicado. Los resultados de este ejercicio serán positivos, en gran medida debido al incremento de los tipos de interés. Sin embargo, sus cuentas podrían verse mermadas a causa de la crisis de gobernanza que llevan soportando desde hace más de un año.
Las medidas que adoptará el banco
En el consejo del pasado lunes, varios accionistas de Unicaja plantearon la posibilidad de poner en marcha un nuevo ERE. Fue una de las condiciones que impusieron para aceptar a su nuevo consejero delegado. De materializarse este planteamiento, se acabarían cerrando 200 oficinas y prescindiendo de entre 500 y 600 empleados, publica OK Diario.
De esta forma se garantizarían una mejora de su rentabilidad en el caso de que pusieran a la venta la entidad. Indican que estas reducciones de plantilla resultan muy comunes entre aquellas compañías financieras que preparan una operación corporativa.
Buscan ofrecer su mejor versión para salir al mercado en unas condiciones lo más atractivas posibles para los futuros compradores. Puede darse el caso también de que finalmente no haya una venta. No obstante, sí que mejoraría la rentabilidad y eso se traduciría en un aumento del precio de la acción.
Las peticiones de ese grupo de inversores también busca que haya un cierto desgaste por parte de los máximos dirigentes. Tendrán que negociar con los sindicatos y asumir el coste social que implica prescindir de un grupo tan amplio de trabajadores.
Estos accionistas reclamaron al presidente Manuel Azuaga que adoptara decisiones para mejorar la rentabilidad. No parecen estar conformes con que la Fundación Unicaja asumiera el control de la entidad hace unos meses. Y recientemente se habría unido a ellos el fondo Oceanwood, también descontento con el nombramiento de Rubiales.
De sacar adelante este ERE, se produciría en un momento un tanto complejo. Sobre todo porque todavía no habría finalizado el fijado en la fusión con Liberbank. Dicho expediente se ha saldado con la marcha de unos 1.500 trabajadores, que suponen el 91,5% de los pactados.
Por su parte, sí que se han cumplido las expectativas en lo que se refiere al cierre de sucursales. Se anunciaron en su día 400 clausuras, pero finalmente alcanzaron las 443. Con todo esto, Unicaja se queda en la actualidad con 958 oficinas y 7.652 empleados.
El periodo establecido para materializarlo era hasta diciembre del próximo año. Sin embargo, debido a que ya está prácticamente cerrado, existiría la posibilidad de que se plantearan un nuevo ERE para aligerar plantilla.
Bancos que analizan su compra
El citado portal adelantó hace unos días que ya habría varios bancos interesados en comprar Unicaja. Entre ellos se encuentran BBVA, Sabadell y Santander. De momento lo tienen en estudio.
Este proceso llega en un momento un tanto convulso para la entidad de origen andaluz. Se encuentra inmersa en una batalla de poder interno, que ha dejado tocadas tanto sus cuentas como su cotización en Bolsa.