En la actualidad, estamos viviendo un problema con la financiación bancaria. Esta está muy relacionada con la subida de los tipos de interés, una decisión del Banco Central Europeo con el objetivo de contener la inflación que ha asolado a Europa.
Las entidades, en este aspecto, se muestran cada vez más reacias y son muy estrictas en sus requisitos para que tanto familias como empresas puedan acceder a distintos préstamos. Esto conlleva que ambos grupos tengan que luchar contra el encarecimiento de los mismos.
La financiación a los hogares españoles ha caído en picado
De forma general, la financiación a los hogares cayó un 1,4% el pasado mes de mayo, como compartió el Banco de España, llegando a los 689.251 millones de euros. Desde mayo de 2022, se ha reducido, por su parte, en más de 13.700 millones de euros.
La tendencia, por otro lado, se va consolidando con el paso del tiempo. Parece que los bancos han cerrado el grifo para los préstamos hipotecarios, pero sí lo han abierto para el crédito al consumo. Esto ha derivado en que muchas familias elijan este para llegar a final de mes o poder llevar a cabo actividades como las vacaciones.
Los créditos hipotecarios bajan
Como decíamos, los créditos hipotecarios cayeron 13.000 millones en términos interanuales hasta llegar a los 504.601 millones de euros en el pasado mayo. Hay que recordar que estos préstamos suponen un 73,2% de la deuda de los hogares.
Esta reducción, asimismo, se puede deber a que muchas familias han decidido llevar a cabo una amortización de sus hipotecas con el objetivo de huir de la subida del Euríbor. Desde el sector bancario, no obstante, comparten que la mayor parte de esta caída se debe al descenso tanto de la demanda como de la oferta de préstamos.
El crédito al consumo sigue fuerte
Al contrario de lo que sucede con las hipotecas, el crédito al consumo continúa fuerte y crece un 3,4% interanual en mayo, llegando a los 96.208 millones de euros.
De hecho, no ha caído durante ningún mes, pues los hogares se han visto obligados a tirar de los ahorros que juntaron en la pandemia para hacer frente al panorama de inflación. Aquellos que no tienen ahorros han optado por los préstamos al consumo.
Las PYMES también sufrirán las consecuencias
Este panorama, hasta ahora, quedaba limitado al sector de los hogares. Sin embargo, también ha comenzado a trasladarse al de las empresas, agentes que aguantaron mejor las restricciones de acceso a los préstamos y créditos al principio.
Después de medio año de descensos moderados, el crédito a las empresas cayó al 3% en mayo en términos interanuales. El saldo vivo se situó en 468.029 millones de euros.
Esto es algo que notan, sobre todo, las PYMES. Este tipo de empresas están retrasando sus decisiones de inversión debido al encarecimiento de los créditos, crédito que ahora también destinan a pagar a los proveedores, lo que aumenta el gasto total.
El panorama para 2023
De cara a 2023, la consultora EY recoge en su informe European Bank Lending Economic Forecastque el crédito al consumo será el único que crezca en 2023. Su aumento se estima que será del 3,1%. Los créditos a empresas caerán en un 2,1%. Según los expertos: “Detrás de este aumento se encuentra, entre otros motivos, la mejora de las perspectivas del mercado laboral”.
Las hipotecas, por su parte, tendrán una caída del 1,7% debido al endurecimiento de la oferta, así como por la subida de los tipos de interés. Esto también afectará a la morosidad, que ascenderá hasta el 4,2% este mismo año.