El chef madrileño Dabiz Muñoz es reconocido en todo el mundo por su creatividad y versatilidad en la cocina. Gracias a ello ha sido galardonado como el mejor chef del mundo en dos ocasiones consecutivas. Pero, ahora, ha sorprendido con un plato que cuesta casi un sueldo y que pocos se atreverán a probar.
Todos hemos oído hablar del popular chef madrileño Dabiz Muñoz, no solo por su creatividad, sino por algunas polémicas curiosas. Y recientemente ha inventado un plato que seguramente no gustará a muchos. Y no solo por su precio.
¿En qué consiste la última ocurrencia de Dabiz Muñoz que cuesta 500 euros?
Recientemente, Muñoz ha sorprendido a sus comensales con un ingrediente poco conocido en Occidente: el shirako. Este alimento es en realidad el esperma del pez globo, y aunque pueda parecer extraño, se considera una delicatessen en Japón.
Con su característico ingenio, el chef español ha incorporado este ingrediente en sus platos para ofrecer una experiencia culinaria inolvidable a sus clientes. Algo muy habitual, ya que tiene por costumbre invitar a los comensales de sus restaurantes a realizar un viaje sensorial a través de los sabores y culturas de todo el mundo.
Por ejemplo, en DiverXO, uno de sus establecimientos más populares, ofrece a los clientes la posibilidad de experimentar distintas sensaciones sin salir del local. Y ahora, con la incorporación del shirako en su cocina, Muñoz ha creado una nueva y emocionante experiencia gastronómica.
¿En qué consiste y cómo es realmente el shirako?
Como hemos mencionado, el shirako es un alimento originario de Japón que se obtiene del semen de pez globo. En lo que a su sabor se refiere, es descrito por los expertos culinarios como delicado, suave y ligeramente dulce.
Posee una textura cremosa que se asemeja a la del tofu o el flan. Pero su sabor puede variar ligeramente dependiendo de cómo se prepare y con qué ingredientes se combine.
Aunque pueda resultar sorprendente para algunos, el shirako es considerado un manjar por los paladares más exigentes. Se dice que su sabor es una explosión de umami, el quinto sabor básico que se encuentra en alimentos como el queso, la carne y la salsa de soja.
No obstante, es su procedencia lo que hace que muchas personas opten por no probarlo. Especialmente en países como el nuestro, donde este tipo de opciones exóticas son menos valoradas y conocidas.
¿Por qué es tan caro?
Si te ha sorprendido el precio de cada ración, es bastante probable que entiendas el motivo cuando descubras el coste original del shirako. Y es que, según hemos sabido, su exclusividad también se refleja en su precio. En algunas lonjas especializadas, el precio puede oscilar alrededor de los 3.000 euros por kilogramo.
En los restaurantes el precio suele ser aún más alto, ya que los chefs deben comprarlo directamente de los proveedores. Y, además, se debe tener en cuenta el costo de la preparación del plato y la experiencia culinaria del chef.
En cuanto a la ración, el precio también varía según el lugar donde se sirva. En algunos restaurantes de alta cocina, una ración de shirako puede oscilar entre los 300 y los 500 euros. Aunque esto depende de varios factores, como la calidad del producto, la ubicación del restaurante y la popularidad del cocinero.
Aunque el shirako pueda parecer un ingrediente inusual para muchos, es en realidad una fuente de beneficios nutricionales. Su alto contenido en proteínas y vitaminas lo convierten en un alimento saludable y completo. De hecho, en Japón se considera un alimento con propiedades curativas y se utiliza en la medicina tradicional.
El uso culinario de este producto tan curioso no es muy conocido fuera de Japón. Pero el chef Hiro Sato del restaurante Hakkoku invitó a Dabiz Muñoz a probar sus platos elaborados con este ingrediente. Gracias a su viaje a Japón, Muñoz pudo conocer de primera mano la cultura y tradiciones culinarias del país asiático y aplicarlas en sus propias creaciones.
La pregunta es... ¿te atreverías a probarlo aún sabiendo en qué consiste y de dónde procede? A pesar de su precio elevado, quizá sea una de esas cosas que deberíamos probar y hacer antes de morir. Incluso aunque tengamos que ahorrar un tiempo para poder pagarlo.