Lidiar con el dolor nunca suele ser fácil. El sufrimiento que este provoca puede llegar a afectarnos en nuestra vida diaria, generando fuertes sentimientos de frustración, provocando cambios en nuestro estado de ánimo e interfiriendo en nuestra vida diaria.
Por suerte existen fármacos, como el tramadol, específicamente desarrollados para aliviar el dolor lacerante que causan ciertas afecciones como la fibromialgia o cualquier recuperación postoperatoria. En este artículo analizaremos qué es el tramadol, para qué sirve y cuáles son sus efectos secundarios, así como sus principales contraindicaciones.
El fármaco genérico conocido como tramadol es un medicamento de la familia de los opioides comúnmente utilizado para el tratamiento sintomático del dolor moderado y moderado-intenso.
Su funcionamiento es similar al de otros analgésicos como el paracetamol o el ketorolaco y su acción ayuda a modificar la manera en la que nuestro cuerpo siente y responde al dolor.
El tramadol se administra por vía oral, ejerciendo un efecto relativamente rápido gracias a su formulación de liberación inmediata. Las primeras sensaciones de alivio suelen aparecer durante la primera hora tras la ingesta. Además es comúnmente utilizado junto con paracetamol ya su acción combinada mejora la eficacia del tramadol en el alivio del dolor.
El mecanismo de acción del tramadol consiste en la unión de este elemento con un tipo específico de receptor opioide y actuando como un inhibidor de la recaptación de serotonina-norepinefrina (IRSN). Una vez disuelto en el organismo se convierte en un elemento conocido como desmetramadol, un opioide sumamente potente.
Debido a la fuerza con la que el tramadol actúa en nuestro organismo, su consumo siempre debe estar sujeto a la prescripción de un profesional de la salud, el cual ajustará la dosis a las necesidades del paciente.
Aunque el tramadol ayuda a muchas personas a lidiar con el dolor, al ser un fármaco opiáceo conlleva un alto riesgo de adicción, por lo que su consumo deberá ser supervisado por un profesional. El potencial adictivo es todavía mayor en aquellos pacientes con algún trastorno de consumo de sustancias como puede ser una adicción a las drogas o el alcoholismo.
Tal y como se comenta anteriormente, el tramadol es utilizado en el tratamiento de cualquier afección que curse con dolor moderado o intenso, tanto si este se presenta de manera aguda como crónica. Una vez administrado, el tramadol tarda aproximadamente una hora en hacer efecto y puede mantener el alivio del dolor hasta pasadas las 6 horas tras su consumo.
Para hacernos una idea de su fuerza de acción, en una sola dosis el tramadol posee alrededor de una décima parte de la potencia de la morfina, siendo igual de efectivo que esta en casos de dolor moderado e igual de efectivo que otros fármacos como la codeína y la petidina. Desde hace algunos años el tramadol es utilizado como uno de los fármacos principales en el tratamiento de la fibromialgia.
La fibromialgia es un trastorno crónico que se caracteriza por provocar en quien lo padece un dolor musculoesquelético generalizado que suele ir acompañado de sensación de fatiga y cansancio continuos, sueño, problemas de memoria y alteraciones del estado de ánimo.
Según las investigaciones, se hipotetiza que la fibromialgia produce una amplificación intensa de las sensaciones de dolor al interferir con la manera en la que nuestro cerebro procesa las señales dolorosas.
Habitualmente los primeros síntomas de fibromialgia aparecen tras algún tipo de trauma físico, una cirugía, una infección o después de un largo periodo de estrés significativo.
Al igual que la mayoría de los fármacos, el tramadol puede ocasionar una serie de efectos secundarios no deseados. Estos efectos secundarios pueden dividirse en graves o no graves según en la medida en la que pueden comprometer el estado de salud física o incluso la vida del paciente.
En cualquiera de los casos, si el paciente experimenta algún efecto secundario relevante es necesario que se ponga en contacto con su médico para que este ajuste la dosis de tramadol, pero bajo ninguna circunstancia el paciente podrá modificar la dosis por su propia cuenta.
De lo contrario pueden aparecer toda clase de reacciones adversas causadas por la interrupción repentina del tratamiento. Estas reacciones propias de un síndrome de abstinencia incluyen nerviosismo, crisis de pánico, sudoración, náuseas e incluso, alucinaciones de cualquier tipo.
- Somnolencia
- Problemas para conciliar el sueño
- Cefaleas o dolor de cabeza
- Estados de nerviosismo
- Temblor incontrolable y sin causa aparente en alguna parte del cuerpo
- Tensión muscular
- Cambios de humor
- Problemas gástricos como acidez o indigestión
- Sequedad bucal
En el caso de que apareciera cualquiera de estos efectos secundarios el paciente deberá ponerse en contacto con su médico de manera inmediata.
- Alteraciones cutáneas como urticaria, sarpullido o ampollas
- Convulsiones
- Problemas de respiración
- Problemas para deglutir
- Inflamación en ojos, cara, garganta, lengua, labios, manos, pies o piernas
- Ronquera
- Agitación
- Alucinaciones
- Fiebre
- Confusión
- Vómitos frecuentes
- Alteraciones en la menstruación
- Desvanecimientos
Antes de iniciar el tratamiento con tramadol el paciente deberá comunicar al personal médico si padece cualquier tipo de alergia o condición especial de salud, así como si se encuentra tomando algún otro tipo de medicación, complejos naturales o complementos vitamínicos.
Existen una serie de afecciones o condiciones físicas que pueden verse agravadas con el consumo de tramadol. Entre estas afecciones se incluyen:
- Trastornos cerebrales como lesiones o tumores
- Problemas respiratorios como asma, apnea del sueño o enfermedad pulmonar obstructiva
- Enfermedades renales o hepáticas
- Adicción o trastorno por consumo de sustancias
- Problemas estomacales o intestinales
- Obesidad
- Enfermedades pancreáticas
- Problemas cardíacos
Además se ha demostrado que en pacientes con trastornos mentales graves o relacionados con el estado de ánimo el tramadol puede potenciar la ideación suicida, por lo que la administración en del fármaco en estos pacientes debe estar fuertemente supervisada por un profesional de la medicina.
Debido a su naturaleza opiácea, el tramadol puede causar fuertes mareos y somnolencia. En base a esto se desaconseja la conducción o el uso de maquinaria pesada durante el tiempo que dure el tratamiento. De la misma manera, también debe evitarse el consumo de bebidas alcohólicas.
Finalmente el tramadol puede atravesar la placenta y excretarse con la leche materna, causando posibles daños al bebé. Por lo tanto, la administración de tramadol durante el embarazo y lactancia debe restringirse a casos en los que sea absolutamente necesario.