Logo EspanaDiario.tips
Logo EspanaDiario.tips
Logo Messenger Espanadiario.tips
Logo whatsapp
Una persona firmando un contrato y otras dos dándose la mano

Los trabajadores españoles con contratos indefinidos deben tener muy claro esto

Tener un contrato indefinido comporta algunos beneficios, pero hay detalles a tener en cuenta

Es uno de los contratos más buscados por todos los trabajadores. Desde la Reforma Laboral, han sido muchos los contratos indefinidos que se han firmado. Sin embargo, eso no quiere decir que no existan dudas sobre los mismos.

Muchos han sido los empleados que tenían un contrato temporal y que ahora lo tienen indefinido, con la estabilidad laboral que eso implica. No obstante, es necesario tener en cuenta algunos aspectos y no malinterpretarlos. Es lo que sucede, por ejemplo, con el despido.

En este contexto, cuando el trabajador firma un contrato indefinido y no uno temporal, suele pensar que podrá estar en dicho trabajo toda la vida. Esto, por su parte, no tiene por qué ser así.

¿Qué ocurre si te despiden y tienes contrato indefinido?

Como decíamos, una de las grandes dudas es la posibilidad de perder el trabajo a pesar de ser indefinido. Contar con un contrato indefinido no quiere decir que la empresa no te pueda despedir. Sin embargo, estos contratos sí ofrecen una mayor protección frente al despido que en el caso de los temporales.

Un joven leyendo unos carteles informativos expuestos en una oficina del SEPE
El mercado laboral está en constante cambio en España | Europa Press

En España es posible despedir a un trabajador debido a la finalización del contrato, algo que con el indefinido no es posible, pues no tiene fecha de fin. Otra forma de hacerlo es por voluntad propia, pero también existen los despidos objetivos y disciplinarios.

Diferencias entre despidos

En este aspecto, el despido objetivo se recoge en el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores y sus causas son: ineptitud del trabajador, causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, falta de adaptación o falta de dotación económica.

En su caso, la indemnización si el despido es procedente es de 20 días por año con un máximo de 12 mensualidades. El despido disciplinario, por su parte, se recoge en el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores y no tiene indemnización.

Montaje del cartel de prestaciones del SEPE con un cajero sacando dinero
Poseer un contrato indefinido conlleva más protección para el trabajador | Getty Images, SEPE

Se debe a incumplimientos contractuales, como pueden ser las faltas repetidas e injustificadas, así como la impuntualidad. A pesar de que en el despido disciplinario no hay derecho a indemnización, sí existe el derecho al finiquito. Por otro lado, existen los despidos colectivos o los ERE.

La empresa te puede despedir sin tener motivos

Como puedes ver, la empresa sí te puede despedir. De hecho, incluso lo puede hacer sin tener ningún motivo. Sin embargo, en este caso, el despido se declararía como improcedente, por lo que la indemnización sería de 33 días por año con un límite de 24 mensualidades.

El despido, por otro lado, también se puede declarar nulo si se vulnera un derecho fundamental del trabajador. En ese caso, la empresa está obligada a reincorporarlo y a ingresarle el salario que haya perdido durante el tiempo que ha estado despedido.

Diferencias entre contratos temporales e indefinidos

La diferencia principal entre un contrato temporal y uno indefinido es que el primero cuenta con fecha de caducidad, pero el segundo no.

Asimismo, el trabajador queda más protegido ante un despido procedente, pues cuenta con una indemnización de 20 días, mientras que en el temporal es solo de 12. Esto solo cambia en el despido disciplinario que, como sabes, no tiene indemnización.

Sin embargo, esto no quiere decir que contar con un contrato indefinido sea mejor o peor. Eso sí, hay que tener en cuenta que no se trata de un documento intocable y que la empresa también te puedes despedir, como sucede al firmar otro tipo de contratos.

Antes de la Reforma Laboral de 2012 los contratos indefinidos estaban más protegidos. En aquel entonces, si el despido se declaraba improcedente, la empresa tenía que abonar los salarios de tramitación. Esto hacía que siempre se pensara muy bien el si el despedir a un trabajador sin causas justificadas merecía o no la pena.