La tiroides (en inglés thyroid) es una glándula que pertenece al sistema endocrino, cuya principal función es la secreción de hormonas. Estas últimas regulan gran parte de nuestra fisiología, por lo que su disminución o aumento excesivo puede generar problemas de salud como hipertiroidismo, hipotiroidismo, bocio, enfermedad de Hashimoto y cáncer.
En el siguiente artículo explicamos qué es la tiroides y cuál es su función en el sistema endocrino. Además, revisamos cómo actúan las hormonas tiroideas y cuáles son los principales síntomas de las enfermedades de esta glándula.
Tiroides: una glándula del sistema endocrino
Para responder ¿qué es la tiroides? empecemos por describir su ubicación dentro nuestro organismo: la tiroides se localiza a la altura del cuello y forma parte del sistema endocrino.
A su vez, el sistema endocrino es un aparato que tiene la función de regular distintas respuestas fisiológicas, especialmente a través de la liberación de unas sustancias llamadas hormonas.
Para lograr esto, el sistema endocrino se compone de unos pequeños órganos cuya principal función es segregar dichas sustancias y distribuirlas por el torrente sanguíneo. Estos órganos se llaman “glándulas”, razón por la cual este aparato es también conocido como “sistema de glándulas de secreción interna”.
Así pues, la tiroides es una glándula que pertenece al sistema endocrino (es una de las “glándulas endocrinas”). Para realizar su actividad se comunica con otras glándulas del mismo sistema: el hipotálamo y la glándula pituitaria.
Es tan pequeña que no suele pesar más de 20 gramos y por lo mismo no es palpable. Está conformada por dos lóbulos que le dan una apariencia similar a la de una mariposa. Por detrás tiene cuatro glándulas llamadas “paratiroides” que se encargan de compensar los niveles bajos de minerales como el calcio.
También se comunica con un tipo de nervios llamados “recurrentes”, cuya tarea es dar movilidad a las cuerdas vocales y, finalmente, está compuesta de distintas unidades similares a un saco llamadas “folículos”.
Las hormonas tiroideas
Como ya decíamos, la principal función de las glándulas endocrinas, incluida la tiroides, es liberar y transportar hormonas hacia el torrente sanguíneo. Específicamente, esta glándula produce tos tipos de hormonas, que reciben el nombre de “hormonas tiroideas: triyodotironina (conocida como T3) y, en mayor medida, tetrayodotironina (cuya abreviatura es T4 y se conoce también como “tiroxina”).
Pero, ¿cómo es que se produce las hormonas tiroideas? La secreción de estas sustancias es posible gracias a la actividad de un aminoácido formador de proteínas, llamado tirosina. Y además, para producir estas hormonas, la tiroides necesita un mineral llamado yodo.
Este último es, de hecho, el principal componente tanto de la T3 como de la T4, con lo cual se considera que la concentración adecuada de yodo en el organismo es fundamental para la síntesis de hormonas tiroideas.
Finalmente, ¿cuál es la función de las hormonas tiroideas? Estas sustancias son las principales responsables de gran parte de la actividad fisiológica de nuestro organismo, con lo cual su deficiencia está relacionada con distintos problemas de salud.
Entre las principales funciones de estas sustancias se encuentran:
1. Regulan el consumo y gasto de energía (tanto en actividad como en reposo) y por lo mismo elevar la temperatura corporal
2. Aumentan el metabolismo de las células del organismo, con lo cual aumenta el consumo de oxígeno en todos los órganos
3. Regulan el ritmo cardiaco
4. Participan en el desarrollo de las neuronas (célula del cerebro)
5. Hacen posible el desarrollo del cartílago, tejido conectivo que reviste las articulaciones y por lo tanto da movilidad a nuestro sistema músculo-esquelético.
6. En edades tempranas, el cartílago también favorece el crecimiento del sistema óseo, y en el adulto favorece la renovación del hueso, para lo cual es indispensable la secreción de estas hormonas
7. Favorecen el metabolismo de grasas y azúcares
¿Y si no actúa correctamente? Problemas y enfermedades relacionadas
Tal como hemos visto, las hormonas secretadas por la glándula de la tiroides participan de manera importante en la actividad fisiológica de nuestro organismo. Por lo mismo, tanto el déficit como el exceso de su secreción resultan en distintos problemas para la salud. Por su naturaleza, dichos problemas son considerados como enfermedades endocrinas.
Algunas de los que se presentan con mayor frecuencia son el hipertiroidismo, el hipotiroidismo, el bocio y el cáncer de la tiroides. En lo que sigue veremos cuáles son los principales síntomas y causas en cada uno de ellos.
1. Hipotiroidismo: síntomas y causas
El hipotiroidismo es la enfermedad causada por una deficiencia en la producción de hormonas tiroideas. Esta es la razón por la que recibe el nombre de “hipotiroidismo” (“hipo” indica “escasez de”).
Además, en el caso del hipotiroidismo, esta disminución de la producción de hormonas tiroideas se acompaña de un aumento en los niveles de otra hormona llamada tirotropina, producida por la hipófisis.
Al caracterizarse por un déficit en la función de T3 y T4, algunos de sus principales síntomas del hipotiroidismo son:
1. Baja temperatura, piel fría y sensación de frío constante
2. Ralentización del ritmo cardiaco
3. Se incrementa el nivel de colesterol, específicamente el tipo de “colesterol malo”, por una deficiencia en el metabolismo de grasas y azúcares, lo que puede aumentar la disposición a desarrollar diabetes
4. Letargia: somnolencia o cansancio excesivo
5. Estreñimiento
6. Contracturas musculares
7. Menorragia, también conocida como sangrado intermenstrual o hemorragia vaginal. Es un sangrado vaginal que ocurre fuera del periodo menstrual
2. Hipertiroidismo: síntomas y causas
Al contrario del hipotiroidismo, el hipertiroidismo es una enfermedad endocrina que se caracteriza por un exceso en la producción de las hormonas tiroideas. Por esto mismo recibe el nombre de “hipertiroidismo”, ya que el prefijo “hiper” indica “exceso de”.
Las principales causas de esta enfermedad son el bocio, la producción excesiva de nódulos en la glándula tiroidea, la inflamación de la tiroides y los efectos secundarios de algunos medicamentos.
Al tratarse de una función exagerada de las hormonas T3 y T4, algunos de los principales síntomas del hipertiroidismo son:
1. Taquicardia: aceleración del ritmo cardiaco con contracciones más intensas
2. Niveles bajos de colesterol como consecuencia de una sobre-metabolización de grasas y azúcares
3. Disminución de peso, acompañada de aumento de apetito
4. Fatiga y sensación de debilidad muscular
5. Temblores constantes
6. Nerviosismo: disposición constancia a respuestas de alarma
7. Intolerancia al calor, por sensación de aumento constante de temperatura
8. Los puntos anterior se relacionan con irritabilidad y ansiedad, así como problemas para conciliar el sueño
3. Bocio
El bocio es una condición médica caracterizada por un aumento significativo del tamaño de la glándula de la tiroides. Si bien la tiroides no es visible a simple vista, según el tipo específico de bocio que se desarrolle, esta glándula toma la forma de un tumor en la parte baja del cuello.
Puede estar provocado tanto por una disminución de la función de la tiroides, como por un aumento importante de la misma. Aunque en muchos casos la causa es desconocida, el bocio suele provocarse por la deficiencia de yodo, lo que se conoce como “bocio endémico”.
Además, tanto la deficiencia de yodo como un aumento excesivo podría estimular la producción de carcinomas (tumores cuya naturaleza es cancerosa) en distintas partes de esta glándula.
Así mismo puede estar provocado por el consumo de distintas sustancias a las que se ha denominado “bociógenos”, como algunos fármacos, algunas sustancias presentes en el agua que bebemos, entre otros.
Su tratamiento consiste principalmente en administrar fármacos que compensen los niveles de hormonas tiroideas.
4. Cáncer de tiroides
El cáncer de la tiroides es el que se desarrolla con más frecuencia en el sistema endocrino. Su prevalencia es considerablemente mayor en las mujeres de entre 25 y 55 años, y su principal causa es el desarrollo de bocio endémico. Así mismo puede estar causada por el exceso en la exposición a la radiación externa en la cabeza o en el cuello.
Se conoce también como “cáncer tiroideo” y puede ser de dos principales tipos, según la naturaleza del tumor: carcinoma papilar (cuando ha generado protuberancias en la glándula) y carcinoma anaplásico (cuando el tejido se ha transformado por completo). El primero es el más común y suele tener un pronóstico más favorable que el segundo.
5. Enfermedad de Hashimoto
La enfermedad de Hashimoto es también conocida como tiroides de Hashimoto por el hombre que la describió por primera vez a inicios del siglo XX.
Su nombre original era “bocio linfomatoso”, ya que se caracteriza por un aumento en el tamaño de la glándula de la tiroides, esta vez relacionado con la actividad de los linfocitos (un tipo de glóbulos blancos, cuya función es proteger al organismo).
En este caso, la alteración en las funciones de la glándula tiroidea es consecuencia de una enfermedad autoinmune. Es decir, se trata de una enfermedad causas por el propio sistema inmunológico: los anticuerpos se destruyen a sí mismos.
La principal consecuencia de la enfermedad de Hashimoto es la presencia de un bocio, y también de hipotiroidismo, aunque suele presentarse junto con otros problemas de salud como la celiaquía.
Remedios y tratamientos principales
Debido a que se ha detectado que la carencia de yodo influye en la disminución de la secreción de hormonas tiroideas, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado la adición de suplementos de yodo a los alimentos de la dieta básica, por ejemplo, el pan, la leche o los cereales.
Por su parte, el tratamiento farmacológico utilizado tanto en hipotiroidismo como para tratar el bocio (y por lo mismo, para tratar la enfermedad de Hashimoto) es la administración de levotiroxina. Este último es un fármaco hecho a base de una sustancia artificial que tiene los mismo efectos que la tiroxina (tetrayodotironina o T4).
Al entrar al organismo, la levotiroxina aumenta la producción de T3, y con esto ayuda a compensar la producción de ambas hormonas tiroideas. Finalmente, cuando se ha detectado un cáncer de tiroides, suele procederse a una cirugía de extirpación del tumor maligno. Ésto aunado a los tratamientos paliativos comunes en todos los tipos de cáncer.