La Taxonomía de Bloom, o clasificación taxonómica de Bloom, es un modelo psicopedagógico que ordena distintos objetivos del proceso de enseñanza, siguiendo la idea de que el aprendizaje ocurre en tres dominios con distintos niveles cada uno.
En el siguiente artículo explicamos qué es la Taxonomía de Bloom, cuáles son los niveles en el modelo original y cuáles son los verbos clave en sus actualizaciones. Finalmente describimos brevemente su aplicación en la era digital.
Taxonomía de Bloom: el modelo original
Antes de explicar en qué consiste la Taxonomía de Bloom, comenzaremos por responder ¿qué es la taxonomía? La palabra "taxonomía" hace referencia a la disciplina encargada de estudiar por qué y cómo realizamos distintas clasificaciones.
También se define como una manera de ordenar, jerarquizar y nombrar algo, generalmente seres vivos, aunque en la actualidad tiene distintas aplicaciones, una de ellas la educación.
Por su parte, “Bloom” es el apellido de Benjamín Bloom, un psicólogo y pedagogo originario de Estados Unidos. A finales de 1950, este educador realizó distintos estudios reconocidos como pioneros en la comprensión del proceso de aprendizaje y en la estructuración de modelos educativos.
Así pues, la Taxonomía de Bloom es un modelo de clasificación de aprendizajes esperados que se utiliza como modelo educativo desde hace varias décadas. Para Bloom, el aprendizaje ocurre en distintos niveles divididos en dominios, y cada uno se adquiere sólo después de haber adquirido el anterior.
Dicho de otro modo, la clasificación taxonómica de Bloom es una manera de responder a la pregunta de ¿cómo es que consolidamos y aplicamos conocimientos? Y al describir el proceso paso a paso, este modelo se posicionó como una herramienta eficaz para plantear objetivos en el ámbito educativo. El mismo autor la denominó “Taxonomía de objetivos de la educación”.
La clasificación taxonómica de Bloom: dominios y niveles
La clasificación taxonómica de Bloom explica que para poder aplicar un conocimiento (en una conducta), es necesario haber generado previamente ese conocimiento mediante la comprensión de conceptos.
Y para comprenderlos, primero necesitamos ser capaces de recordarlos, organizarlos y sintetizarlos. A esto último le llamó el Dominio Cognitivo, ya que se trata de procesar información y poner en práctica habilidades mentales.
Específicamente describió y ordenó seis de estas habilidades, a las que llamó “niveles”, ya que ocurren uno tras otro: primero conocer; después comprender, aplicar, analizar, sintetizar; y finalmente, evaluar.
Pero éste era sólo uno de los tres dominios que el psicólogo describió. Otro de ellos fue el Dominio Afectivo, que tiene que ver con las actitudes, las emociones y los sentimientos, todos fundamentales para consolidar aprendizajes.
Este dominio se compone de cinco niveles: recepción (aprendizaje pasivo), respuesta (aprendizaje activo), valoración (asignación de valores a objetos), organización (comparar y relacionar), y finalmente caracterización (establecer una creencia que influye posteriormente la conducta).
Por último, Bloom describió un Dominio Psicomotor, que tiene que ver con las habilidades físicas, necesarias a su vez para manipular objetos y para realizar conductas. Los niveles o habilidades de este dominio son seis: percepción, disposición, mecanismo, respuesta compleja, adaptación y creación.
En el ámbito educativo, todos estos niveles se tradujeron posteriormente en objetivos, es decir, en finalidades específicas del proceso enseñanza-aprendizaje. Sirvieron como una guía para el profesorado sobre las habilidades que tenían que enseñar y en qué orden.
Críticas al modelo
La Taxonomía de Bloom se desarrolló en la década de 1960, cuando el conductismo se encontraban en auge como forma de explicar el aprendizaje; y también era la época en que comenzaban a surgir las ciencias cognitivas.
Por lo mismo, una de las principales críticas hechas a esta clasificación es que omite muchos de los hallazgos de las ciencias cognitivas actuales; por ejemplo, la idea de que la memoria no es un dispositivo de almacenamiento que actúe de una sóla manera (existen varios tipos de memoria), o que el conocimiento no necesariamente se adquiere por la sucesión de etapas prefijadas.
Así mismo se le ha criticado la omisión de las dinámicas sociales contemporáneas que han cambiado drásticamente nuestros modos de aprender (por ejemplo, las tecnologías de la información -TIC-).
Todo ello, aunado al rechazo de distintos especialistas en considerar esta como una teoría del aprendizaje (más allá que como una guía o modelo educativo), generó la necesidad de revisar y actualizar la clasificación taxonómica de Benjamin Bloom.
Los verbos clave en la taxonomía actualizada
La principal revisión de la taxonomía de Bloom se llevó a cabo entre los años 90 y 2000 por algunos de sus estudiantes. Entre otras cosas, propusieron utilizar verbos en lugar de sustantivos para describir los objetivos o niveles del proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto permitía tener claridad sobre las acciones que deben ponerse en práctica.
También modificaron su orden y secuencia, con lo cual, dieron origen a dos subcategorías taxonómicas, compuestas a su vez por una serie de verbos clave. Estas habilidades se componen de seis niveles o verbos clave que, a su vez, utilizados como objetivos en los programas educativos.
LOTS y HOTS
En orden ascendente, los verbos son los siguientes: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear. Hacia el extremo inferior de la escala se encuentran las Habilidades de Pensamiento de Orden Inferior, también conocidas como LOTS, por sus siglas en inglés (Lower Order Thinking Skills).
Incluyen verbos clave como reconocer (indicativo de “recordar”); parafrasear (indicativo de “entender”); utilizar (indicativo de “aplicar”); comparar (indicativo de “analizar”); experimentar (indicativo de “evaluar”) y diseñar (indicativo de “crear”).
Hacia el extremo superior de la escala se ubican las Habilidades del Pensamiento de Orden Superior, también conocidas como HOTS por sus siglas en inglés (Higher Order Thinking Skills).
La habilidad que se valora como mayor indicativo de HOTS es la que se encuentra en último lugar, ya que hace referencia a la creatividad.
Pero este modelo en sí mismo seguía sin incorporar los cambios generados por la introducción de las tecnologías de la información. Por lo mismo volvió a revisarse y finalmente se incluyeron más verbos clave que pudieran utilizarse como objetivos en la Era Digital.
Sinónimos de los verbos más importantes
Una de las cuestiones que más se han divulgado a partir de las habilidades de la taxonomía de Bloom son los verbos clave, que a su vez pueden funcionar como sinónimos de la habilidad principal.
Conocerlos es útil ya que nos permite ampliar el rango de acción de las habilidades a desarrollar en los programas docentes. Veamos algunos de los principales sinónimos tanto en las HOTS y LOTS, también descritos en las imágenes de este texto:
Sinónimo de recordar: listar, describir, reconocer, identificar, recuperar, encontrar, localizar, ubicar, denominar
Sinónimo de comprender: ejemplificar, parafrasear, inferir, resumir, comparar, clasificar, interpretar
Sinónimo de aplicar: implementar, ejecutar, usar, desempeñar
Sinónimo de evaluar: criticar, hipotetizar, revisar, detectar, probar, juzgar, monitorear
Sinónimo crear: diseñar, planear, idear, producir, construir, generar, elaborar, inventar, concebir.
A su vez, otros de los más utilizados son:
Sinónimo de conocer: percatarse, entender, dominar, notar, percibir, saber
Sinónimo de explicar: demostrar, enseñar, justificar, esclarecer, describir
Sinónimo de analizar: estudiar, considerar, distinguir, detallar, descomponer
Sinónimo de proponer: plantear, sugerir, expresar, exponer, formular, enunciar
Aplicación en la Era Digital y espectro de la comunicación
La actualización de la taxonomía de Bloom en la era digital consiste en incorporar distintos verbos clave en la cada una de las habilidades que conforman el espectro del Orden Superior y el Orden Inferior.
Los verbos clave, u objetivos, hacen referencia específicamente a las habilidades que se espera alcanzar en relación al uso de la tecnología y redes sociales. Ordenados de inferior a superior, los verbos son los siguientes:
Recordar: señalar (con viñetas), resaltar o subrayar, marcar, mantener contacto social, marcar el contacto social, marcar los sitios preferidos, realizar búsquedas en Google.
Comprender: realizar búsquedas avanzadas, realizar búsquedas Booleanas (algebraicas), hacer periodismo en blogs, utilizar twitter, categorizar, etiquetar, comentar, anotar, suscribir.
Aplicar: correr (el sistema operativo), subir archivos, jugar, operar, hackear, compartir archivos, editar.
Analizar: recombinar, enlazar, validar, realizar ingeniería inversa, recopilar información de medios.
Evaluar: hacer comentarios en blogs, revisar, publicar, moderar, colaborar, participar en las redes, reelaborar, probar.
Crear: programar, filmar, realizar animaciones, bloguear (hacer bloggs), videobloggear (hacer videoblogs), mezclar, remezclar, participar en wikis, publicar, dirigir, transmitir, realizar castings de video y poscastings.
Finalmente, como parte del proceso de aprendizaje en la era digital, la Taxonomía de Bloom reconoce 18 verbos más, relacionados con habilidades de la comunicación.
En orden descendente son los siguientes: colaborar, moderar, negociar, debatir, comentar, “networking” (reunirse en la red), “skyping” (realizar videoconferencias por skype), revisar, preguntar, contestar, publicar (bloggear), participar en redes, contribuir, chatear, “mailing” (establecer comunicación por correo electrónico), tuitear (comunicarse por twitter), “testing” (utilizar mensajería instantánea), escribir.