La superfetación es una condición médica que consiste en quedar embarazada estando ya embarazada. Es decir, se produce a la vez la gestación de dos embriones concebidos en momentos temporales diferentes e incluso de padres distintos, como le sucedió a Jessica Allen hace apenas unos meses.
A continuación vamos a explicar qué es la superfetación y cómo es posible quedarse embarazada estando ya en estado. Además comentaremos cuatro de los casos más impactantes y reconocidos conocidos por la literatura científica.
¿Qué es la superfetación?
La superfetación no es ningún tipo de trastorno ni de enfermedad orgánica; simplemente consiste en quedarse embarazada estando ya embarazada debido a la fecundación de dos óvulos diferentes por parte de dos espermatozoides distintos, con poco tiempo de diferencia.
De este modo la mujer queda embarazada de dos embriones con diferentes edades gestacionales y, en caso de que el padre no sea el mismo, con diferente material genético. En el caso de animales no humanos suele haber unas semanas de diferencia entre los dos partos.
En la mayoría de ocasiones esta condición médica no es conocida hasta el momento del parto o por una clara discordancia en el desarrollo embrionario, ya que se supone que se ha producido un embarazo múltiple en el mismo acto sexual.
Lo que realmente ocurre es que el embarazo sucede en dos momentos temporales diferentes; pese a esto, el momento del parto ha de ser el mismo para los dos niños, escogiendo la fecha que menos afecte al desarrollo de ambos.
¿Cómo es posible un embarazo estando ya embarazada?
En raras ocasiones, cuando una mujer se queda embarazada, el organismo no detiene el proceso de ovulación por parte de los ovarios, de modo que el sistema reproductor sigue activo pese a estar ya embarazada. Esto está considerado entre los profesionales de la salud como un error en el bloqueo reproductivo.
De este modo, una vez estando embarazada, la superfetación se produce si el organismo de la mujer no deja de producir óvulos aptos, uno de estos es fecundado y consigue asentarse en el útero.
La diferencia temporal entre embarazo y embarazo no puede ser muy grande, ya que el primer embrión ha de ser lo suficientemente pequeño para que los espermatozoides puedan ascender por el útero hasta llegar a las trompas de falopio y fecundar el nuevo óvulo maduro.
Relación con los tratamientos de fertilidad
La superfetación no es un fenómeno que suela suceder de manera natural si el organismo no ha sufrido ningún tipo de tratamiento hormonal y el bloqueo de la ovulación es correcto.
En cambio, las personas que se someten a tratamientos de fertilidad pasan por un proceso de estimulación hormonal con el objetivo de que consigan ovular más de un óvulo, extraídos mediante la punción, para así tener más posibilidades en el momento del implante del cigoto.
En estos casos los efectos hormonales pueden persistir después de la implantación del cigoto fecundado de manera artificial en el organismo de la mujer. Es entonces cuando, manteniendo relaciones sexuales de manera natural, algún espermatozoide puede ser capaz de fecundar un óvulo que haya madurado a causa del tratamiento de estimulación hormonal.
No obstante, la prevalencia es sumamente baja, identificándose apenas 2 casos por año. Por otro lado es cierto que en animales (sobre todo en equinos y liebres) es mucho más común que en personas, existiendo muchos informes de casos estudiados por los científicos de la embriología.
4 casos de superfetación en los últimos años
Los casos de superfetación son sumamente extraordinarios en humanos: se reportan uno o dos casos por año, y por tanto son muy pocas las parejas que han pasado por esta condición médica.
A continuación haremos una revisión de los 4 casos más relevantes de superfetación que se encuentran disponibles la literatura científica; el primero de ellos se produjo hace muy poco tiempo y se convirtió en un fenómeno de Internet.
1. Jessica Allen (2017)
En el momento en que publicamos el artículo, este era el caso conocido de superfetación más reciente. La estadounidense Jessica Allen había aceptado ejercer como vientre de alquiler de una pareja asiática que no podía tener hijos. Se sometió a un proceso de estimulación hormonal y le implantaron embriones de la pareja asiática.
Poco después se descubrió que estaba embarazada de gemelos y el embarazo siguió adelante. En el momento del parto se observaron claras diferencias entre los pequeños, pero la pareja asiática no le dio mayor importancia.
Fue cuando pasaron unos meses cuando las diferencias empezaron a acentuarse, y es que uno de los bebés era hijo biológico de Jessica Allen, mientras que el otro era de la pareja asiática.
2. Kelly y Peter Hill (2015)
Kelly y Peter eran una pareja australiana que tuvo dos niñas de diferente edad gestacional. La pareja tenía el deseo de concebir, pero Kelly fue diagnosticada de ovarios poliquísticos, lo que dificultaba el embarazo, de modo que decidió someterse a un tratamiento de fertilidad.
Consiguió quedar embarazada de gemelos de manera natural, y diez días más tarde quedó preñada de un nuevo bebé. Durante la gestación, Kelly perdió a uno de los gemelos, quedándose así con dos bebés de diferente edad gestacional y concebidos en momentos distintos.
3. Los Mullineux (2007)
En el verano de 2007 la pareja Mullineux dió a luz a Thomas y a Harriet. Charlotte Mullineux quedó embarazada inicialmente de gemelos, pero pocas semanas más tarde perdió a uno de ellos.
Lo increíble del caso fue que en la siguiente ecografía los médicos encontraron que había un nuevo feto en gestación. Este tenía una diferencia de 3 semanas de edad con respecto al feto concebido en un primer momento.
4. Los Baltimore (1960)
Esta pareja fue pionera en la superfetación ya reconocida como condición médica, y es que en 1960 dieron a luz a lo que aparentemente parecían gemelos. Pese a esto, el médico que siguió todo el embarazo se percató de que existía una diferencia significativa en cuanto al tamaño de los niños.
Mediante una radiografía de los pequeños se pudo identificar que los huesos de uno estaban más desarrollados que los del otro, habiendo 2 meses de diferencia en la edad gestacional de los niños.
Este caso fue considerado en su momento como sumamente raro, y hoy en día sigue siendo así dado el gran lapso de tiempo entre embarazo y embarazo.