En la actualidad, comprar una casa se ha convertido en un desafío cada vez más complejo debido a las difíciles condiciones económicas que enfrentamos. Los precios inmobiliarios han experimentado un incremento considerable en muchos lugares.
Por contra, los salarios y el poder adquisitivo de la mayoría de las personas han permanecido estancados. Esta disparidad entre los costes de la vivienda y los ingresos ha creado una brecha significativa que dificulta el deseo de poseer una casa propia.
Además de los altos precios, otro factor que dificulta la adquisición de una propiedad es la necesidad de contar con un considerable ahorro inicial. Muchos potenciales compradores se encuentran atrapados en el ciclo de alquiler. En este, el pago mensual de renta les impide ahorrar lo suficiente para dar el paso hacia la compra de una vivienda.
Asimismo, las tasas de interés de los préstamos hipotecarios también pueden ser un obstáculo, ya que fluctúan en función de las condiciones del mercado y del historial crediticio de los solicitantes. La pandemia de COVID-19 también tuvo un impacto en la economía global, lo que ha llevado a una mayor incertidumbre financiera para muchas personas.
La inestabilidad laboral y la falta de seguridad en el empleo han llevado a que algunos prefieran postergar la idea de comprar una casa hasta que la situación económica mejore.
Además, existe una importante diferencia entre el sueldo medio que se necesita en las diferentes comunidades autónomas. Esto hace que en determinadas regiones el sueldo debe ser altísimo.
Pagar la hipoteca sin apuros, misión casi imposible
Un estudio del comparador de precios financieros HelloSafe estipula cuál es el sueldo medio para poder pagar una hipoteca sin preocupaciones. En este caso, establecen el caso de que el 35% de los ingresos van a parar al pago de la hipoteca de una casa de 100 metros cuadrados.
Este porcentaje es el máximo que, según el Banco de España (BdE), es aconsejable destinar de forma mensual al pago de un préstamo hipotecario o de una cuota de alquiler. La realidad es que algunas familias destinan un porcentaje mucho mayor.
Las Islas Baleares, con bastante diferencia, son la región en la que se necesita un mayor sueldo para pagar la hipoteca. De hecho, se necesita un salario bruto anual de 135.770 euros para hacer frente a este coste.
La segunda provincia en la que se necesita un muy buen sueldo está a bastante diferencia de la primera. Se trata de Guipúzcoa, donde el salario bruto anual estimado es de 89.000 euros. Cantidades bastante grandes que hacen pensar en la dificultad para hacerse con una vivienda en propiedad.
Triunfan las provincias costeras y la capital
Donde la demanda es mayor, el valor del metro cuadrado se incrementa. Madrid es la tercera provincia en función de este indicador, en el que se necesita un sueldo medio bruto de 80.900 euros al año.
Barcelona (72.000 euros), Cádiz (67.200), Girona (66.500) Vizcaya (66.100) y Málaga (64.700) son las siguientes en el ránking. La clasificación arroja unos datos evidentes que muestran el deseo de las personas de habitar en las grandes ciudades costeras.
En el lado contrario se encuentran las provincias de Castilla y León, donde la despoblación ha hecho mella. Por tanto, el precio del metro cuadrado y, por ende, el dinero que se tiene que destinar al pago de la hipoteca es bastante inferior.
Ciudad Real (con 14.500 euros) es la provincia en la que se necesita un menor salario para pagar la hipoteca. Toledo (con 19.400) y Cuenca (con 17.900) son las otras provincias de la región en la que se necesita un sueldo menor a 20.000 euros brutos anuales.
Destacan, en la parte baja de la tabla, otras provincias como Jaén (con 17.400), Ávila (con 19.400), Cáceres (con 20.500) o Zamora (con 21.250 euros).