Muchos expertos consideran que la miopía es la nueva pandemia del siglo XXI. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que actualmente más del 22% de la población mundial padece esta deficiencia visual.
Sin embargo, y a pesar de que principalmente causa una visión borrosa, lo cierto es que esconde algo más. Se ha comprobado que, tener miopía, multiplica el riesgo de padecer otra importante enfermedad, que es la segunda causa de ceguera en el mundo.
Si empiezas a ver borroso, debes tener esto en cuenta
La miopía es una afectación que pueden padecer tanto adultos como niños. Con el paso de los años, cada vez son más las personas que la presentan, y según los oftalmólogos todo apunta a que esta tendencia seguirá creciendo.
Ahora bien, tener miopía también puede implicar una serie de consecuencias que mucha gente desconoce, entre ellas el riesgo de sufrir un glaucoma. Para quien no lo sepa, el glaucoma pertenece a un grupo de enfermedades de los ojos.
Esta enfermedad se desarrolla cuando el nervio óptico se daña, y a medida que este se deteriora progresivamente, empiezan a aparecer puntos ciegos en la visión. En los peores casos, la persona que lo padece puede terminar ciega.
Actualmente, un 2% de la población de 40 años tiene glaucoma. Sin embargo, los expertos consideran que esta cifra podría ser mayor. ¿La razón? Muchas de ellas desconocen que sufren esta patología. Además, si tenemos en cuenta que muchos casos son asintomáticos, la detección de dicha enfermedad suele ser tardía.
Por desgracia, cualquier persona es susceptible de padecer glaucoma, aunque existen ciertos factores de riesgo que pueden aumentar su aparición. Así pues, la edad, la diabetes, la miopía y los antecedentes familiares serían algunos de ellos.
El doctor Alfredo Castillo señala lo siguiente: "Si la patología avanza sin un diagnóstico temprano, las personas que tienen glaucoma comienzan a notar que no ven objetos hacia los lados, llegando a causar una ceguera total de forma irreversible".
Por ello, y debido a que se trata de una enfermedad sin apenas síntomas, es de vital importancia realizar un diagnóstico temprano. Lo mejor, en estos casos, es realizarse exámenes oculares de forma periódica.
Por otra parte, Carlos Palomino, del servicio de Oftalmología de Olympia Quirónsalud, señala lo siguiente: "Para el diagnóstico del glaucoma y de la hipertensión ocular contamos con dispositivos que estudian la función del nervio óptico y su estructura".
De esta forma, no hay nada mejor que acudir a un especialista para que nos proporcione una opinión clínica, rápida y fiable. Debemos tener en cuenta todos los factores que existen, especialmente para obtener un pronóstico y un tratamiento adecuado.
¿Es posible curar esta enfermedad?
La respuesta a grandes rasgos es no. Si bien es cierto que se trata de una patología neurodegenerativa y que actualmente no tiene cura, los avances médicos han permitido diseñar y elaborar ciertos tipos de tratamiento.
En este sentido, una persona que padece glaucoma no podrá curarse, pero sí tratarse. De hecho, en el ámbito de la oftalmología existen tratamientos farmacológicos y quirúrgicos para tratar los diferentes tipos de glaucoma que existen.
Actualmente se utilizan técnicas de cirugía mínimamente invasivas, de forma que pueden actuar en distintas zonas del globo ocular. A través de estos tratamientos, es posible reducir, por ejemplo, la presión intraocular.
Así mismo, estos procedimientos también cuentan con una anestesia local tópica, de tal forma que permite realizar una intervención mucho más rápida en comparación con otras tradicionales. Aunque los avances en medicina han mejorado considerablemente, la prevención sigue siendo importante.
Por esta misma razón, no te olvides de cuidar tu salud visual. Realízate controles de forma periódica, conoce tu historial familiar, usa protección para los ojos y sobre todo, deja que estos descansen. Te lo agradecerán.