A nivel mundial, el trastorno de esquizofrenia afecta a aproximadamente 24 millones de personas. Aunque no es tan común como otros trastornos mentales, 1 de cada 300 personas lo sufrirá. Sin embargo, el impacto que supone en la vida de quienes lo padecen (así como en familiares y amigos cercanos de la persona) puede ser muy difícil de gestionar.
Qué es el trastorno esquizoafectivo y cómo puede afectar a una persona
El trastorno esquizoafectivo es un trastorno de salud mental que se caracteriza por una combinación de síntomas. Estos síntomas, a su vez, están presentes en otro tipo de trastornos mentales.
Por una parte encontramos síntomas propios de la esquizofrenia, como alucinaciones o delirios. Después estarían los síntomas del trastorno del estado de ánimo, como la depresión o la manía.
Muchas personas pueden confundirlo, pero la esquizofrenia y el trastorno esquizoafectivo no son lo mismo. El origen, los síntomas, el pronóstico o la duración son diferentes.
Así pues, adentrándonos más en el trastorno esquizoafectivo, podemos decir que este afecta prácticamente a todas las esferas de la vida de una persona, como la laboral, familiar o social. Para realizar un correcto diagnóstico es necesaria una exploración física, así como varias pruebas, exámenes y evaluaciones psiquiátricas.
Debido a su combinación en cuanto a sintomatología, el trastorno esquizoafectivo puede dividirse a su vez en dos tipos: bipolar y depresivo. En el primer caso la persona experimentaría una combinación de estados de ánimo maníacos depresivos, mientras que en el segundo caso la depresión estaría mucho más presente.
De la misma forma que ocurre con otras enfermedades, el origen y las causas todavía siguen siendo inciertas, y la comunidad científica sigue investigando. Sin embargo, lo que sí se sabe es que existen determinados factores de riesgo que podrían aumentar las probabilidades de sufrir este trastorno.
Uno de ellos son los antecedentes familiares: es decir, si en la familia ya ha habido alguna persona con este tipo de trastorno. Aunque por otra parte, los acontecimientos estresantes también pueden desencadenar estos síntomas.
Los síntomas asociados al trastorno esquizofrénico
En cualquier caso, y aunque la sintomatología puede ser completamente diferente de una persona a otra, a continuación vamos a ver los síntomas más habituales y característicos de esta enfermedad.
1. Alucinaciones
Uno de los rasgos más característicos y propios de este tipo de trastorno son las alucinaciones. Estas no son reales, únicamente son percepciones sensoriales que solo experimenta la persona: escuchar voces, ver sombras, etc.
2. Delirios
De la misma forma que ocurre con las alucinaciones, los delirios también son uno de los síntomas más frecuentes en estos casos. Este estado mental puede causar confusión y desorientación en la persona.
3. Depresión
Un estado repentino de depresión también sería un síntoma que no deberíamos pasar por alto. A menudo, sensaciones de vacío, tristeza o culpabilidad extrema pueden acompañar a este trastorno.
4. Cambio de conducta
Este tipo de cambio englobaría una conducta muy poco propia o extraña de la persona: vestirse de forma peculiar, tener divagaciones extrañas o cambios en algunos patrones del habla, por ejemplo.
5. Cambio en el lenguaje
Tal y como mencionábamos en el punto anterior, el lenguaje puede darnos una pista. Por ejemplo, una persona con trastorno esquizoafectivo suele tener un habla poco fluida, desordenada e incoherente.
6. Período maníaco
Observar algunas alteraciones como un aumento de energía excesivo, euforia desmesurada, conductas imprudentes e incluso temerarias también son muy propias en este tipo de trastornos.
7. Descuido personal
La falta de aseo personal suele ser otro de los síntomas más evidentes. Un ejemplo de ello son los comportamientos como no bañarse, no vestirse o no tener cura de la propia imagen.
8. Deterioro en las relaciones
Por último, uno de los síntomas más evidentes quizás (incluso al principio del trastorno) es el deterioro en determinadas esferas sociales, como no asistir al trabajo, no salir de casa o no quedar con amigos.
En cualquier caso, si una persona padece un trastorno esquizoafectivo, es de vital importancia que se ponga en manos de profesionales y reciba tratamiento. La medicación, junto a la psicoterapia, suelen ofrecer buenos resultados.