Como se suele decir... el agua es vida, una frase que se adecua fielmente a la realidad. Es evidente que necesitamos estar hidratados para funcionar en óptimas condiciones, sobre todo en verano. Las altas temperaturas y el calor pueden jugarnos malas pasadas, por eso es importante cuidar nuestro cuerpo y saber escucharlo.
Beber agua es muy importante, pero hay más
Son muchos los nutricionistas y los profesionales de la salud que recomiendan consumir agua. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua es un elemento esencial para el cuerpo en cualquier etapa de la vida. Su consumo nos ayuda a regular la temperatura, a mantener nuestra piel hidratada y a lubricar las articulaciones y los órganos.
El agua, al ser uno de nuestros principales componentes, también nos ayuda a absorber los nutrientes esenciales, a eliminar las toxinas y a facilitar el riego sanguíneo. Por lo tanto es evidente que su ingesta debería ser diaria, y muchos profesionales recomiendan que consumamos entre 1 y 2 litros al día.
Sin embargo, esta recomendación se hace todavía más necesaria en épocas como el verano, donde las altas temperaturas pueden hacer que nos deshidratemos fácilmente.
Más concretamente, existen cuatro grupos de personas que deberían consumir más que nunca las cantidades recomendadas. Hablamos de los deportistas, las personas mayores, las embarazadas y las que vivan en países muy calurosos.
De cualquier forma, y para prevenir posibles situaciones de riesgo, a continuación te vamos a explicar las 6 señales que podría enviarte el cuerpo cuando está deshidratado y por las cuales deberías estar alerta:
1. Estreñimiento
Cuando nuestro organismo tiene carencias de agua, intenta conservar la que tiene en la sangre mediante la absorción de agua en las heces. Es por eso que ir menos de tres veces al baño por semana podría hacernos sospechar de que necesitamos consumir más líquidos.
2. Infección de orina
Para que nuestro cuerpo se pueda deshacer de todas aquellas bacterias que están presentes en el tracto urinario es necesario que consumamos agua. Así pues, a través de la orina podremos limpiar nuestro sistema y nuestros riñones.
3. Cansancio y calambres
Las altas temperaturas y el calor pueden hacer que nos sintamos más débiles y cansados. No obstante, si presentamos síntomas de fatiga de forma recurrente, incluso estando en reposo, es posible que sea por falta de hidratación. La falta de agua puede provocar que baje la presión arterial, y por consiguiente se ralentice el flujo sanguíneo.
4. Piel seca
Si empezamos a observar que nuestra piel pierde elasticidad y gana sequedad, posiblemente sea un indicativo de deshidratación. Podemos recurrir a miles de cremas y lociones, pero no hay nada como hidratarse. Consumir las cantidades de agua necesaria ayudará a que esto no nos pase y nuestra piel luzca más saludable.
5. Enfermedades en el aparato respiratorio
Nuestro sistema respiratorio puede verse perjudicado por una mala deshidratación. Al no consumir agua, se debilita la capa protectora de la mucosa, que es la encargada de proteger nuestro organismo frente a los agentes contaminantes que están en el aire. Si los médicos recomiendan consumir agua ante cualquier enfermedad... por algo será.
6. Fallos cognitivos
Cuando los niveles de deshidratación son recurrentes y severos, estos pueden llegar a ser verdaderamente peligrosos. La falta de agua puede provocar déficits cognitivos que pueden interferir en algunas funciones como la memoria, el estado de ánimo o las habilidades visuales.