La Seguridad Social quiere deshacerse de muchas de las propiedades que acumula y que se encuentran sin uso o en estado de abandono. Esto supone una buena oportunidad para aquellos que quieran comprar viviendas, garajes o fincas. Tendrán la oportunidad de adquirirlos a unos precios bastante ventajosos.
A lo largo de las últimas décadas este organismo ha ido sumando bienes inmuebles y patrimonio en toda la geografía española. Muchas de estas edificaciones están vacías o abandonadas. El Tribunal de Cuentas eleva hasta el millar el número de propiedades que se encuentran en este estado.
Entre ellas destacan locales, naves, edificios, fincas rústicas, viviendas y plazas de garaje. La intención del Gobierno pasa por darle una segunda vida a estas construcciones, consiguiendo a la vez deshacerse de un gran lastre. Para las arcas públicas suponen un gasto elevado el mantenimiento de los mismos.
El decreto puesto en marcha por el Ejecutivo flexibiliza los procedimientos para darle una nueva vida a estos espacios. Ahora, el objetivo pasa por buscar a alguien que desee hacerse cargo de estos inmuebles de interés público.
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¿Qué propiedades se ponen a la venta?
Gran parte del patrimonio que ponen a la venta son fincas rústicas o inmuebles que se encuentran ocupados de manera parcial. En algunos casos llevan más de diez años sin darle uso y permanecen completamente vacíos sin posibilidades de sacarle rendimiento.
En total, como recoge el diario El Ideal, hay 32 edificios, 200 locales, 8 naves, 7 edificaciones no registradas y 99 solares. A ello se le suman 32 viviendas y 13 plazas de garaje. Estiman que han generado a las arcas del Estado un desembolso de más de 143 millones de euros.
¿A qué se debe este exceso de patrimonio?
A simple vista puede parecer un tanto extraño que sobren tantas construcciones o que exista un excedente tan importante. Pero el origen del problema se remonta a principios de este siglo, entre los años 2000 y 2007. En aquella época se puede decir que el país nadaba en la abundancia y se diseñó un plan de expansión de oficinas.
Pero el proyecto se quedó a medias o no se llegó a materializar como tenían en mente los responsables de la Seguridad Social. Una vez que concluyeron los trabajos en los distintos inmuebles no todos los espacios se pusieron en funcionamiento. Por lo tanto quedaron relegados a la nada y en realidad no se les dio prácticamente ningún uso.
Se trataban de bienes que pasaba a engrosar el patrimonio del Estado, pero sin sacarle ningún rendimiento. Más bien se registraban pérdidas, ya que todo esto requirió de un mantenimiento y de unos costes de luz y agua, entre otras cosas.
Además, a estas propiedades se le suman otros inmuebles cedidos a las mutuas colaboradoras. En este caso, el registro tiene contabilizados un total de 41 bienes., con un gasto que llega hasta los 7,7 millones de euros.
Queda por ver cómo sale al mercado dicho patrimonio. Lo más habitual es que se haga a través de una subasta, en donde pueda tomar parte cualquier ciudadano que lo desee.
En principio confían en darle una salida más rápida a las viviendas y garajes, que presentarán unos precios más económicos. La situación será un tanto más compleja para los locales. La mayoría de ellos presentan unas dimensiones bastantes amplias, con poca capacidad para instalar negocios en ellos.
En cualquier caso, la Seguridad Social sabe que desprendiéndose de una parte de sus activos conseguirá recuperar algo de lo invertido. Pero lo importante en estos instantes es frenar la sangría de gastos que tienen. Supone un coste innecesario contar con propiedades que están vacías o sin ningún uso.