Los medicamentos no se pueden tomar nunca a la ligera, y menos mezclarse de forma descontrolada. Sanidad y las farmacias advierten de los efectos perjudiciales que puede tener como resultado la mezcla de fármacos. Riesgos que se aplican incluso a los medicamentos más comunes, y que tan acostumbrados estamos de tomar.
El avance de la ciencia, la tecnología y la medicina han aportado grandes beneficios a la humanidad. Esas enfermedades que antaño eran incurables a día de hoy es posible eliminarlas. O en algunos casos, como mínimo, paliarlas.
Sin embargo, los medicamentos son un arma de doble filo. Aunque lo más razonable es ingerirlos bajo prescripción médica, muchas personas se automedican por su cuenta. Pero ojo, debemos ir con cuidado, porque el resultado de esta acción puede, en algunos casos, hasta costarnos la vida.
El gran peligro de automedicarse y mezclar fármacos
Es muy probable que todos, en algún momento de nuestra vida, hayamos ingerido un medicamento sin consultarlo con el médico. Esta acción (que no debería ser lo más común), se denomina automedicación.
Bien sea para acabar con un dolor de cabeza, o simplemente para tratar un resfriado, es muy fácil y tentador recurrir a la automedicación. Y es que a veces echar mano de ese botiquín que tenemos en casa, lleno de cajas y medicamentos, no es la mejor opción.
En nuestro país, cada día miles de personas deben medicarse, algunas incluso de forma diaria. Sin embargo, antes de ingerir nada, es conveniente que consultemos con las personas que verdaderamente entienden de esto, que son los médicos y farmacéuticos.
Consultar a los profesionales de la salud es necesario, ya que cada medicamento presenta una composición determinada y, evidentemente, es necesario conocerla. De no hacerlo así, es muy probable que corramos ciertos riesgos que podrían acabar poniendo en peligro nuestra salud. Por ejemplo, una de las acciones más habituales suele ser la combinación de fármacos.
Aunque es muy común pasar por alto estas advertencias, lo cierto es que realizarlas puede ocasionar una serie de consecuencias totalmente inesperadas. Y no solo eso, porque en el peor de los casos, dichas consecuencias podrían ser incluso letales.
Los medicamentos que no deberías combinar jamás
Según la Agencia Europea de Medicamentos, 1 de cada 4 personas ha combinado, en algún momento de su vida, algún fármaco sin consultar con su médico. Evidentemente, dichas combinaciones pueden producir efectos secundarios peligrosos. Por esta misma razón, a continuación vamos a explicar las combinaciones más habituales que, bajo ningún concepto, deberías realizar:
1. Anticoagulantes y aspirina
Uno de los medicamentos más recetados y utilizados en nuestro país es la aspirina. Sin embargo, tanto los anticoagulantes como la aspirina están implicados en la coagulación de la sangre. No obstante, la combinación de ambos es peligrosa, ya que podría provocar hemorragias severas que, en el peor de los casos, podrían ser letales.
2. Relajantes musculares y ansiolíticos
Muchísimas personas padecen molestias y contracturas musculares, las cuales pueden venir precedidas por enfermedades como la ansiedad y la depresión. Por eso, es muy probable que muchas de esas personas recurran a relajantes musculares.
Sin embargo, combinar este tipo de medicamentos con otros que sean ansiolíticos podría comprometer nuestra salud. En algunos casos, incluso, dicha combinación podría desencadenar problemas respiratorios, algo verdaderamente serio y perjudicial.
3. Antibióticos y anticonceptivos
Uno de los fármacos más consumidos (y también de los que más se abusan) en nuestra sociedad son los antibióticos, sobre todo los de amplio espectro. Sin embargo, ingerirlos mientras también consumimos anticonceptivos orales es totalmente contradictorio, pues los primeros anulan la acción eficaz de los segundos.
4. Betabloqueantes e insulina
Los betabloqueantes son medicamentos cuyo objetivo es reducir la presión arterial, y suelen consumirlos personas que tienen antecedentes de enfermedades cardiovasculares. No obstante, su combinación con la insulina puede resultar letal, ya que dispararía la hipoglucemia y podría ocasionar el fallecimiento de la persona.
5. Antiepilépticos y antifúngicos
Los medicamentos antiepilépticos están destinados a combatir, prevenir o interrumpir las convulsiones y los ataques epilépticos, mientras que los antifúngicos se suelen emplear para tratar infecciones causadas por hongos. Sin embargo, la combinación de estos dos tipos de fármacos podría ser muy perjudicial para nuestro organismo.
Estaríamos corriendo el riesgo de que se inhibiese la degradación del antiepiléptico en el hígado, o dicho en otras palabras, podríamos experimentar síntomas como mareo, alteraciones motoras e incluso amnesia.
Ahora que ya conoces estas combinaciones y sus posibles consecuencias en el organismo, instamos una vez más a que, ante cualquier duda, consultes con tu médico. Haz un uso responsable de los medicamentos, porque no hay nada más peligroso que automedicarse.