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Mujer con ganas de orinar

Sangre en las heces (rectorragia): qué es, causas y síntomas asociados

Conocemos las causas más comunes de la rectorragia y cómo podemos identificar la sangre en nuestras heces.

Es posible que alguna vez hayamos visto un poco de sangre en el inodoro, en la parte exterior de las heces o cuando nos hemos limpiado después de una evacuación intestinal. Afortunadamente, la mayoría de las causas de este sangrado rectal no suelen ser importantes y generalmente es producido por hemorroides y fisuras anales. Sin embargo, para descartar cualquier otra afección más grave, conviene acudir al médico.

En este artículo explicaremos qué síntomas van ligados con la rectorragia, cuáles son las causas más comunes tanto en adultos como en niños y cómo saber si hay sangre en nuestras heces.  

¿Qué es el sangrado rectal o rectorragia?

Glóbulos rojos
Detectamos la rectorragia cuando vemos sangre roja en el papel higiénico | Getty Images

El sangrado rectal, también conocido por el nombre de rectorragia, lo solemos identificar al detectar sangre roja brillante en el papel higiénico, generalmente después de una evacuación intestinal, o al ver gotas de sangre en el inodoro. Este tipo de sangrado también puede presentarse como un excremento extremadamente oscuro, con un color que va del rojo oscuro al marrón y, en ocasiones, tiene aspecto de alquitrán.

El color de la sangre puede indicar de qué zona de nuestro cuerpo proviene el sangrado. Por ejemplo, si presentamos sangre roja que podemos apreciar a simple vista, que mancha el papel higiénico o que sigue goteando después de defecar, es muy probable que provenga del ano o del final del intestino. Normalmente es un indicador de hemorroides o fisura anal.

Cuando realizamos heces negras como el alquitrán, que se suelen pegar al inodoro y que producen un olor especial y distintivo, suelen indicar un sangrado de procedencia más arriba que del ano, como en el estómago o el intestino delgado. En estos casos debemos acudir a un médico cuanto antes para que nos realice un diagnóstico.

Si nuestras heces se encuentran mezcladas con sangre, coágulos o sangre de color granate, indica que la rectorragia se produce seguramente en el intestino grueso y ya lleva algunas horas. En estos casos puede tratarse de alguna afección inflamatoria en el intestino, pólipos o en el peor de los casos cáncer colorrectal. En todos estos casos es obligatorio acudir al médico lo antes posible para que nos realice una colonoscopia.

Si expulsamos gases que van acompañados de moco y sangre puede tratarse de un caso cáncer rectal o de otro tipo de afecciones. En todo caso, no es propio de las hemorroides y debemos acudir a un médico.

¿Qué síntomas se le asocian?

Una persona que presente sangre en las heces puede no darse cuenta del sangrado y no haber manifestado síntomas, ya que generalmente se presenta sin dolor.

Sin embargo, en algunos casos la rectorragia puede venir acompañada de diarrea y dolor abdominal, vómitos, debilidad, dificultad para respirar, palpitaciones, desmayos y pérdida de peso según la causa, la ubicación, la duración y la gravedad del sangrado.

¿Cuáles pueden ser las causas del sangrado rectal?

Papel higiénico sobre un mueble
Ver una pequeña cantidad de sangre después de limpiarnos suele ser causado por una hemorroides | Getty Images

El hecho de ver una pequeña cantidad de sangre después de limpiarnos, en la parte externa de las heces o en el inodoro es generalmente causado por hemorroides o por una fisura anal. Aunque el sangrado rectal es común, solo alrededor de un tercio de los afectados busca tratamiento. Los síntomas generalmente se desarrollan rápidamente, y la mayoría de las causas son tratables y no graves.

Las hemorroides son vasos sanguíneos inflamados en el recto o el ano que pueden causar dolor, picazón y, a veces, sangrar. El sangrado rectal sin dolor con un movimiento intestinal es un síntoma común de las hemorroides. La sangre roja brillante generalmente cubre las heces o la sangre puede gotear en el inodoro o manchar el papel higiénico.

Una fisura anal es un desgarro en el revestimiento del ano, la abertura donde se excretan las heces. Estas pueden causar sangrado y una sensación de desgarro, rasgadura o ardor durante o después de la evacuación intestinal.

En algunos casos, la rectorragia puede ser un síntoma de una enfermedad grave, como puede ser el cáncer colorrectal. Por lo tanto, siempre que suframos este tipo de sangrado debemos acudir rápidamente al médico. El profesional nos realizará un examen rectal o una colonoscopia para determinar la causa del problema. Otras causas de sangrado rectal pueden ser:

Cáncer de colon

Pólipos grandes

Colitis

Diverticulosis / diverticulitis

Absceso anal o fístula

Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)

Úlceras

En los niños las causas de la sangre en las heces son las mismas que para los adultos. Así que en cualquiera de los casos es conveniente acudir al médico para realizarles las pruebas oportunas.

¿Cómo saber si hay sangre en las heces?

Cuando la presencia de sangre en las heces se puede ver a simple vista y es evidente, al acudir al médico, este nos realizará una serie de pruebas para determinar el origen y la causa de dicho sangrado.

Sin embargo, existen muchos casos en que esta sangre no se puede ver a simple vista. En estos se realizan una serie de procesos para comprobar si realmente hay sangre oculta en las heces. Algunas de estas pruebas son:

Determinación de presencia de sangre oculta en las heces con guayacol (gFOBT)

Generalmente, en este estudio el médico nos proporciona una tarjeta de prueba con espacio suficiente para dos o tres muestras o simplemente nos da dos o tres tarjetas. Debemos recolectar muestras de nuestras heces de dos o tres evacuaciones e introducirlas en un recipiente limpio, normalmente en días consecutivos. Después debemos utilizar un aplicador para poder coger una pequeña cantidad de heces y colocarla en una de las zonas específicas de la tarjeta.

Una vez las muestras ya estén secas, debemos hacerlas llegar al médico o al laboratorio correspondiente. Ellos realizarán las pruebas oportunas para determinar si hay sangre en las heces.

Pañuelo o almohadilla con reactivo desechable

Este pack lo podemos adquirir en farmacias sin necesidad de receta. Para utilizarlo debemos colocar el pañuelo desechable o la almohadilla en el váter y después realizar la evacuación correspondiente durante aproximadamente 3 días seguidos. Si la almohadilla o pañuelo cambia de color, significa que hay presencia de sangre. En este caso deberemos acudir al médico para informar y que él realice los pasos correspondientes para realizar más exámenes.

Análisis inmunoquímico de sangre oculta en las heces (iFOBT o FIT)

Aunque los utensilios y métodos para recoger las heces pueden variar según el fabricante, normalmente debemos utilizar una cuchara especial para poder obtener una muestra de nuestras heces y así guardarla en un recipiente limpio, que está incluido en el pack. Seguidamente, tenemos que hacer llegar este recipiente a nuestro médico o a un laboratorio para que realicen las pruebas siguientes.

Este método es más actual que el gFOBT y no requiere restricciones en la dieta antes de realizar la toma de la muestra. Además, normalmente este análisis se puede llevar a cabo con muestras de heces tomadas aleatoriamente y al azahar. También es más preciso y sensible que el gFOBT.

Existe la creencia de que aplicar agua oxigenada en las heces, puede detectar si hay sangre oculta en estas. Sin embargo, no hay ninguna evidencia científica que avale el uso de agua oxigenada para determinar sangrado.

La determinación mediante tiras reactivas y la reacción de heces con agua oxigenada son pruebas totalmente inespecíficas, ya que al no realizar una dieta previa eliminando el consumo de ciertos alimentos, el contenido proteico de nuestra dieta habitual puede falsear el resultado.

Referencias bibliográficas:

Alonso, P., Marzo, M., Mascort, J. J., Hervás, A., Viñas, L., Ferrús, J., ... & Piqué, J. M. (2002). Guía de práctica clínica sobre el manejo del paciente con rectorragia. Gastroenterología y hepatología, 25(10), 605-632.

Ríos, A., Rodríguez, J. M., & Parrilla, P. (2006). Manejo de la rectorragia de origen incierto. Revista clínica española, 206(1), 54-57.