Cada vez que llega el verano, o cualquier otra estación del año, es normal empezar a disfrutar de lo que se conoce como frutas de temporada. Como su propio nombre indica, las frutas de temporada —como las verduras— son aquellos alimentos que podemos encontrar únicamente durante una determinada parte del año.
Y, precisamente, cuando se encuentran de temporada, significa básicamente que están en su momento óptimo de consumo. Esto se traduce, por ejemplo, en que poseen unas cualidades organolépticas ideales (sabor y textura, principalmente). En el caso del verano, no hay duda que son dos las frutas por excelencia que podemos encontrar durante esta temporada típica de vacaciones: el melón y la sandía.
Y aunque contienen muchísima cantidad de beneficios nutritivos, y también son ideales para rehidratarnos por una gran cantidad de agua, también es común que surjan dudas relacionadas con su contenido en azúcar. O, lo que es lo mismo, cuál podría influir más en nuestro aumento de peso.
¿Cuándo empieza la temporada de sandía y melón?
Basta con echar un vistazo a un calendario de frutas y verduras de temporada para percatarnos de cuál es el momento del año oportuno en el que determinados alimentos se encuentran en temporada.
En el caso de la sandía y el melón, es muy probable que ya sepas que son dos de las frutas típicas de verano por excelencia. Si echas un vistazo a los supermercados o las fruterías, observarás lo demandadas que están. Y esto significa que podemos encontrarlas en fruterías y mercados prácticamente desde el principio del verano.
¿Qué fruta de verano puede “engordar” más?
La realidad es que tanto el melón como la sandía son hipocalóricas. Esto se debe, principalmente, a que la mayor parte de su contenido es agua. De hecho, mientras que la sandía aporta alrededor de 34,9 kcal, el melón aporta 33 kcal. Mientras que su aporte en azúcares es bastante similar (6,4 gramos para el melón y 6,9 gramos para la sandía).
Como señalan los nutricionistas, a la hora de valorar qué fruta podría engordar más, lo cierto es que es un completo error tener únicamente en cuenta sus calorías. Por ejemplo, el melón contiene 1 gramo más de carbohidratos en comparación con la sandía, pero el doble de potasio. Dado que el potasio ayuda a reducir la acumulación de líquidos, el melón sería el que menos "engorda".
En cualquier caso, sin fijarnos en sus calorías, no hay duda que la fruta siempre nos proporcionará muchos beneficios para la salud. Por lo que siempre serán ideales en cualquier dieta.
¿Qué beneficios ofrecen la sandía y el melón?
De gran colorido, estas frutas empapadas de agua hidratan y destilan un agradable frescor en nuestros platos. El contenido de betacaroteno eleva la melanina, el pigmento bronceador de la piel. De ahí que sean frutas de verano, porque también nos ayudan a broncearnos más.
Además, son muy ricas en vitamina C, que aumenta el colágeno, el cual ayudaría a preservar la juventud de la piel. En este sentido, una pequeña rodaja de melón (100 gramos) cubre aproximadamente el 25% de nuestra cantidad diaria recomendada.
Para la sandía, podemos contar alrededor de 300 gramos para alcanzar este nivel. Proporciona igualmente cantidades muy interesantes de potasio. Este ayuda a eliminar el exceso de agua en los tejidos, previniendo con ello la hinchazón ligada a la retención de agua.
Por otro lado, de acuerdo a un estudio italiano, la deficiencia de vitamina A y carotenoides puede estar asociada con ciertas enfermedades oculares. Por lo que comer melón ayudaría a reducir a la mitad el riesgo de sufrir cataratas en un futuro.