El sulfato de magnesio (sal de Epsom) es conocido sobre todo por su utilización para preparar sales de baño, pero sus peculiares propiedades explican por qué sirve para muchas otras cosas y por qué la Organización Mundial de la Salud lo incluye en su listado de medicamentos básicos.
En pleno auge de los remedios naturales y las falsas panaceas, las sales de Epsom son uno de los escasos “curatodos” a los que se atribuyen beneficios basados en hechos demostrados por la comunidad científica, si bien las propiedades de este compuesto son limitadas y no todas sus aplicaciones tienen el mismo apoyo empírico.
¿Qué es el sulfato de magnesio? ¿Para qué sirve?
“Sales de Epsom” es el nombre con el que se conoce habitualmente el sulfato de magnesio, un compuesto químico que ha sido utilizado con frecuencia como componente de sales de baño, como laxante y con otros fines, por ejemplo en productos de belleza, pero también como remedio natural por sus propiedades medicinales en distintas áreas de la salud.
Los usos de estas sales tienen su origen en la región de Epsom, una ciudad de Inglaterra que se localiza relativamente cerca de Londres. Fue allí donde, a principios del siglo XVII, empezó a utilizarse el sulfato de magnesio obtenido de una fuente subterránea como laxante y como “agua sanadora” para heridas, al principio en ganado y posteriormente en personas. Esto hizo que Epsom se convirtiera en un destino turístico medicinal hasta que sus pozos se secaron poco después, pero las propiedades de las sales de Epsom pasaron a ser conocidas alrededor del mundo.
La fórmula química del sulfato de magnesio es MgSO4. Esto implica que además de magnesio contiene azufre e hidrógeno. Es muy poco común que se utilice sulfato de magnesio sin hidratar; por tanto, en general la fórmula de las sales de Epsom (que se utilizan hidratadas) es MgSO4·7H2O.
Otros nombres que se utilizan para hacer referencia al sulfato de magnesio son “sulfato magnésico”, “sal inglesa” y “sal de higuera”. No obstante, “sal de Epsom” y “sales de Epsom” son las nomenclaturas más extendidas, además de “sulfato de magnesio”.
Propiedades de las sales de Epsom
El uso principal del sulfato de magnesio es la preparación de sales de baño. También se utiliza con cierta frecuencia como ingrediente al elaborar productos de belleza.
Desde el punto de vista de la salud médica, las propiedades antiinflamatorias del sulfato de magnesio hacen que su aplicación tenga beneficios para tratar la inflamación de la piel de baja gravedad, como la que se debe a infecciones locales por acné.
Asimismo, las sales de Epsom son consideradas útiles como laxante, como medicamento para normalizar la frecuencia cardiaca en casos de arritmia, como broncodilatador en episodios de asma o como tratamiento sustitutivo en casos de déficit de magnesio.
Uno de los principales usos médicos de la sal de Epsom es la prevención de la eclampsia (convulsiones) en mujeres embarazadas con preeclampsia, que consiste en un aumento de la presión sanguínea e hiperproteinemia en la orina. La aplicación de las sales en embarazadas con preeclampsia disminuye la presión sistólica, lo cual reduce el riesgo de que se den convulsiones.
Otra de las propiedades que se atribuyen al sulfato de magnesio es su capacidad para aliviar los dolores musculares, lo que lo convierte en un producto utilizado por atletas. Las sales de Epsom también se pueden utilizar para sacar astillas y esquirlas clavadas en la piel.
El sulfato de magnesio se emplea además en jardinería por sus propiedades beneficiosas para el crecimiento de las cosechas, que se deben al aumento de magnesio o de azufre en el suelo. Se aplica sobre todo cuando existe un déficit de estos elementos, y es especialmente habitual en algunos tipos de cosechas, incluyendo el tomate, la zanahoria, la patata, el limón y la rosa.
Finalmente, desde un punto de vista culinario la sal de Epsom es empleada como coagulante en la preparación de tofu, así como en la elaboración de cerveza.
Contraindicaciones y riesgos
El efecto laxante del sulfato de magnesio puede causar molestias digestivas como hinchazón del abdomen y diarrea, sobre todo si se consume una dosis demasiado elevada. Por este motivo es importante combinar las sales de Epsom con una cantidad suficiente de agua cuando se toma por vía oral.
Otros efectos secundarios asociados al consumo de cantidades excesivas de sulfato magnésico son el dolor de cabeza, los mareos, las náuseas y el enrojecimiento de la piel.
Se han descrito algunos casos de parada cardíaca o de parálisis, entre otros efectos secundarios graves, pero se trata de episodios muy puntuales y probablemente debidos a una ingesta extremadamente excesiva de sales de Epsom.
Referencias bibliográficas:
- Euser, A. G. & Cipolla, M. J (2009). Magnesium Sulfate for the Treatment of Eclampsia: A Brief Review. Stroke, 40: 1169-1175.
- World Health Organization (2015). WHO Model List of Essential Medicines. Recuperado el 6 de agosto de 2019 de www.who.int