El jamón curado, a menudo, tiende a ser considerado una opción simple, sencilla y deliciosa para infinidad de elaboraciones en la cocina y momentos. Y aunque sea muy popular, lo cierto es que existen diferentes mitos en torno a sus propiedades.
Por un lado, hay quienes alaban su buena influencia sobre nuestro organismo. En cambio, otros muchos creen que su consumo puede ser perjudicial para nuestra salud. Por fortuna, un estudio ha podido confirmar si realmente afecta negativamente o no la presión arterial.
¿Qué ha descubierto el reciente estudio sobre el jamón curado?
La pregunta de cómo afecta el jamón a nuestra presión arterial se resolvió el XI Congreso Mundial del Jamón (XICMJ), en el que distintos expertos expusieron diferentes proyectos de investigación. Y en él se presentó un estudio que ha confirmado que el consumo regular de jamón curado no aumentaría la presión arterial.
Para llegar a esta conclusión, profesores de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) detallaron las conclusiones del estudio BACCHUS (Cardiovascular benefits from food bioactives).
Este proyecto fue llevado a cabo en el año 2016. En él, se comprobó que aquellos que consumían mayor cantidad de jamón curado no sufrían mayor presión arterial que los que habían ingerido menos. Y todo ello a pesar de ingerir 1,5 gramos extra de cloruro de sodio.
Esta investigación fue llevada a cabo en un total de 54 individuos con una presión arterial de 130/80 mm Hg. Según afirmaron, los resultados preliminares desterrarían los prejuicios del consumo de jamón curado en pacientes crónicos cardiovasculares. Y pasaría, además, a ser considerado como un alimento cuyas cualidades nutritivas podría aportar beneficios sobre la salud cardiovascular.
Otras conclusiones importantes sobre el jamón
Después de estos resultados, el equipo decidió continuar investigando para demostrar los beneficios del consumo regular de jamón. Eso sí, siempre con un estricto control del nivel de concentración de sal. En este sentido, se demostró que este alimento tan conocido incluso aportaba beneficios cardiovasculares.
Fue así, tras dar a los pacientes a comer 80 gramos de jamón curado al día durante 30 días (frente a otro grupo que consumió 100 gramos de jamón cocido). Como descubrieron que la presión arterial bajó 2,4 mm Hg. Además, también encontraron que el colesterol sérico disminuyó, y la glucemia no se modificó de forma significativa. Por tanto, siempre y cuando el jamón curado tenga un bajo contenido en sal, según parece, sería beneficioso para la salud cardiovascular.
¿Cuáles son sus propiedades nutritivas?
Rico en proteínas, dos buenas lonchas (unos 100 gramos) aportan tanto como un chuletón. Además, el jamón no aporta más del 3% de grasa y 120 calorías por cada 100 gramos. A diferencia de lo que suele pensarse, es una opción perfecta en caso de sobrepeso. O cuando seguimos una determinada dieta de adelgazamiento.
Aunque es cierto que el jamón curado tiende a tener algo más de grasa, con un 12% de lípidos. Pero sus grasas son parcialmente visibles y se pueden eliminar en el plato. También es una buena fuente de zinc y hierro de fácil asimilación, oligoelementos esenciales para las defensas inmunitarias. Y de vitaminas B1, B3 y B6, esenciales para la producción de glóbulos rojos (contra la anemia).
A pesar de su alto contenido en proteínas, y sus cualidades nutritivas, hay un problema. Y es que su mayor inconveniente es su aporte de sal. No en vano, aporta 1,8 gramos por cada 100 gramos para el jamón cocido y hasta 6 gramos para el jamón curado. Es mucho, especialmente cuando se aconseja no superar los 6 gramos de sal al día.
Por ello, es recomendable apostar por el jamón, pero siempre mediante un consumo responsable. Si no se abusa de él, se puede disfrutar de todos sus beneficios sin preocuparse por el organismo.