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Plano de los pies de una pareja tumbados en una cama

Sexo anal: qué es, beneficios, consecuencias y cómo hacerlo por primera vez

El sexo anal puede ser una práctica muy placentera y nada dolorosa si se realiza según los pasos que explicamos a continuación

Aunque el coito anal puede parecer doloroso y complicado de hacer, existen algunas claves y consejos muy útiles que pueden hacer de esta experiencia una de las más placenteras del, además, mundo. Este tipo de sexo puede comportar muchos beneficios que incluyen un efecto tranquilizador del organismo después de practicarlo.

Para descubrir cómo tener por primera vez sexo anal de forma segura y satisfactoria, en este artículo explicaremos en primer lugar qué es el sexo anal, qué características tiene, así como cómo practicarlo y posturas sencillas para comenzar.

¿Qué es el sexo anal?

El sexo anal es un tipo de práctica sexual en la cual se introduce el pene, o juguete sexual en su defecto, por el ano de la pareja que recibe. Desde la antigua Grecia esta práctica se realizaba ampliamente y se conocía como coito a tergo, ya que la otra persona adopta una postura sumisa.

Una pareja cubriéndose la cara con el edredón de la cama
En la Antigua Grecia el sexo anal estaba normalizado | Getty Images

No obstante, en la época Romana este tipo de sexo estaba prohibido a menos que se realizará con un esclavo. Ya en la Edad Media esta práctica era considerada tabú y herejía, siendo condenada por muchas religiones.

Aunque actualmente aún siga siendo tabú, es una de las prácticas más realizadas independientemente de la orientación sexual de las parejas o participantes.

Este tipo de coito puede llegar a ser muy placentero e incluso se puede llegar al orgasmo a través de la estimulación de ciertos puntos o zonas erógenas, como es la próstata y el clítoris.

No obstante para que el sexo anal sea realmente placentero para la persona que lo recibe es importante tener en cuenta ciertas acciones preliminares para hacer que los músculos anales se relajen. Asimismo puede comportar la estimulación oral del ano y el recto, práctica conocida como anilingus.

Igual que el sexo vaginal, este tipo de coito tiene muchos pros y beneficios sobre nuestro organismo, a tener en cuenta para seguir realizándolo. Con relación a los beneficios principales que nos puede ofrecer se encuentran los siguientes:

1. Tiene propiedades analgésicas

2. Es un euforizante

3. Tiene un efecto ansiolítico

4. Relaja tensiones

5. Aumenta la cantidad de estrógenos

6. Equilibra la tensión arterial

7. Estimula algunos nervios

¿Existen diferentes tipos?

Con relación las diferentes formas y variedades aplicables al sexo por detrás y/o que impliquen algún tipo de estimulación del ano, podemos encontrar algunas muy singulares como:

1. Fisting

El fisting es un tipo de práctica en la cual la pareja sexual introduce un puño en el ano de la otra persona. Es muy peligrosa porque puede conducir a múltiples desgarros en el recto que resultan muy dolorosos y el sangrado es muy posible, cosa que aumenta el riesgo de contraer enfermedades e infecciones de transmisión sexual.

Hombre sosteniendo a su pareja en la cama
Estar elación íntima puede ser peligrosa si no se practica con cuidado   | Getty Images

2. Clismafilia, andromimetofilia y ginemimetofilia

Luego la clismafilia, la andromimetofilia y la ginemimetofilia son parafilias sexuales relacionadas con el ano. En la primera, la persona obtiene placer a partir de recibir líquido en el recto. Respecto a las dos últimas, los roles sexuales de la mujer y el hombre se intercambian, siendo el hombre la persona que recibe y la mujer la que penetra a través de una prótesis que se sujeta y coloca en el pubis de la chica mediante un tipo de arnés.

3. Doble penetración

Finalmente, también existe la doble penetración la cual implica a 3 personas en la relación sexual o a 2 personas más un objeto. En esta práctica la mujer es penetrada por ambos orificios: anal y vaginal. También puede implicar un mismo orificio. Esta práctica también es peligrosa y puede llevar a infecciones si no se toman las medidas higiénicas y profilácticas necesarias.

Primer plano de una mujer mirando a su pareja mientras sonríe
Para este acto sexual no tiene por qué necesitarse una tercera persona | Getty Images

¿Cómo tener (hacer) sexo anal?

Tanto si realizas este tipo de coito de forma regular y necesitas información más actualizada sobre cómo poder innovar y obtener algún que otro consejo útil, como si quieres experimentar tu primer anal a continuación proporcionaremos los pasos claves para ello.

Es importante tener en cuenta que el primer y último paso son esenciales para poder practicar un sexo seguro y satisfactorio, así como para evitar consecuencias indeseadas.

1. Seguridad e higiene

Aunque esta práctica muchas veces se realice como alternativa a la penetración vaginal, ya que no existe riesgo de embarazo, puede comportar otro tipo de peligros.

En primer lugar es importante realizarlo siempre con preservativos, ya que la mucosa rectal es una zona muy sensible y propensa a desarrollar infecciones frecuentes, así como lesiones y sangrados internos que pueden desencadenar enfermedades de transmisión sexual.

Además, aunque se utilice preservativo también es importante extremar la higiene rectal y del miembro antes de empezar el coito. En algunos casos también se recomiendan realizar enemas para limpiar en profundidad la zona del recto para procurar la máxima higiene posible.

2. Estimulación y relajación del recto

Una vez el primer paso esté bajo control se llevará a cabo la siguiente fase previa a la penetración. Como se puede observar, antes de empezar el coito se necesitarán varios pasos necesarios y claves para procurar una práctica realmente placentera y evitar desgarros, dolores y estimulaciones no gratificantes para la persona.

Mediante la masturbación anal podemos ir relajando la zona y de esta manera también intensificar un futuro el orgasmo. Primero es importante ir tocando de forma suave y delicada el ano así como ayudarse con la lengua para provocar más placer y deseo en la persona. Siempre poco a poco y respetando los tiempos de cada uno.

Asimismo, también se puede alternar con la masturbación de los genitales de la pareja para procurar su excitación para más tarde realizar el siguiente paso.

3. Lubricación del ano

Una vez veamos que el ano está relajado y la persona se siente segura y preparada, procederemos a lubricar la zona utilizando lubricantes artificiales debido a que el ano no lo hace de forma natural.

Una vez lubricada, se debe empezar a relajar más el ano de forma gradual. Primero de forma paulatina se va introduciendo el dedo más pequeño con pequeños movimientos circulares y suaves para después introducir otro dedo más grande, dos dedos y así sucesivamente para poder ir dilatando el ano.

Primer plano de gel lubricante
Los lubricantes anales suelen venir en formato de gel | Getty Images

En este caso también sería muy recomendable utilizar algún tipo de juguete o dildo de uso exclusivamente rectal para ayudarnos y prolongar esta fase si la persona aún no se siente del todo relajada.

4. Evitar que sea doloroso

Si las anteriores fases se realizan de forma correcta y con los respectivos tiempos que se necesiten el dolor no formará parte del sexo anal. Igualmente, las primeras experiencias no suele ser tan placenteras como se cree, siendo la práctica y el autoconocimiento de nosotros y nuestra pareja en relación a ello lo que va facilitando poco a poco el desarrollo de ello.

Tal y como se ha comentado antes, la relajación es algo esencial para evitar el dolor. Asimismo es importante que la persona en sí también se sienta confiada y libre de tensiones, que respire y sea capaz de marcar todos los tiempos y nunca callarse si algo le está resultando incómodo.

El ritmo y la profundidad también serán otros dos elementos que determinarán las experiencias dolorosas o placenteras. Obviamente no se puede empezar a penetrar de forma rápida y profunda, sino que se debe procurar ir despacio y gradualmente para luego ir intensificando a medida que la otra persona vaya sintiéndose mejor y los músculos se relajen cada vez más.

5. Cuidados finales

Para seguir procurando nuestra salud, si después de practicar sexo anal -o antes- queremos hacerlo de forma vaginal es imprescindible cambiar el preservativo, así como cambiar de juguete, etc. para evitar infecciones graves.

Por último, cuando ya hayamos acabado la persona que ha sido penetrada debe ir al lavabo primero para procurar expulsar cualquier tipo de residuo acumulado y también limpiarse bien la zona.

Mano sosteniendo unos preservativos dorados
El uso de preservativos previene futuras complicaciones | Getty Images

Esto último se recomienda siempre hacerlo con agua y jabones genitales y/o neutros. Si no es posible, también se puede hacer con toallitas sin alcohol. En el caso de la otra persona, también es importante que realice los mismos pasos pero en relación al miembro.

Riesgos de no utilizar protección

Debido a que la mucosa rectal absorbe todas las sustancias que se introducen en el recto, es una zona muy propensa a la propagación de infecciones, siendo algunas de transmisión sexual tales como las siguientes:

1. Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)

2. Virus del papiloma humano (VPH)

3. Hepatitis

4. Infecciones graves

5. Gonorrea

6. Sífilis

7. Herpes genitales

Asimismo se pueden general heridas, lesiones, desgarros y hemorragias internas en el recto si se practica de forma muy brusca y sin relajación previa de los músculos anales. Estas hemorragias pueden dar lugar a otro tipo de enfermedades e infecciones muy peligrosas si además no se utiliza ningún tiempo de protección y además no se lleva a cabo la higiene necesaria ni antes ni después de practicarlo. Es importante tener en cuenta que estas acciones higiénicas deben de ser prevenidas por ambas personas implicadas en la relación, así como procurarla en los juguetes que se puedan llegar a utilizar.

Mano de un doctor sosteniendo un estetoscopio en una sala de hospital
La protección es clave | Getty Images

3 posiciones o posturas para el coito anal

Aunque la postura más realizada sea la del perrito también existen otros tipos más originales y que también pueden ser más satisfactorios a medida que se va cogiendo más confianza con esta práctica. Para poder hacer otras opciones y también para conocer la más típica de todas, te ofrecemos una descripción de las 3 posiciones más comunes.

1. Postura del perrito

También llamada coito a tergo. En esta postura la persona que va a recibir se coloca boca abajo, apoyándose sobre manos y rodillas. Mientras tanto, la otra persona se coloca detrás, agarrando por las caderas, e introduce el pene por el ano.

2. Cucharita o de costado

En esta segunda postura, las dos personas se colocan de costado, acostadas sobre una superficie plana. La persona que va a dar introduce el pene entre las nalgas de su compañero o compañera, situada delante de él. El que recibe puede abrir un poco las piernas para facilitar la penetración.

3. Back swinging

Esta posición es muy similar a la anterior, pero con la diferencia de que el que va a recibir se coloca tumbado boca abajo mientras la otra persona se coloca estirado sobre él y penetra desde atrás.