El rábano (“radish” en inglés) es una planta originaria de Egipto que se cultiva gracias a su intenso sabor y sus propiedades medicinales. Actualmente se cosechan distintos tipos: rábano picante y rábano negro son dos de los principales; aunque ya existe también una fórmula farmacéutica recientemente popular hecha a base de rábano y yodo.
En el siguiente artículo describiremos qué son los rábanos, para qué sirven y sus propiedades y beneficios. Después veremos cuáles son los principales tipos (incluyendo el rábano yodado) y finalmente mostramos ejemplos de recetas que llevan esta raíz comestible.
Rábano (radish): historia y definición
El nombre científico del rábano (en inglés radish) es Rapahnus sativus. Se trata de una planta que pertenece a la familia Brassicaceae y al género Raphanus (tal como su nombre científico lo indica).
Se caracteriza por tener un tallo corto con raíces comestibles cuyo sabor y olor son muy penetrantes. También tiene flores de color blanco o violáceo y frutos de tipo “silicua” con forma redondeada y alargada.
El rábano es probablemente originario de China, aunque muy pronto se llevó a Egipto, Grecia, Roma y actualmente se cultiva en todo el mundo. Cuentan que antiguamente, los egipcios que construían las pirámides tomaban constantemente rábano para mantener la buena salud y la energía.
Es decir, aparte de cultivarse como alimentos, los rábanos eran cosechados por sus distintas propiedades y beneficios para la salud. Además, no solo se ha cultivado una variedad de esta planta. Existen muchos tipos, entre los que se encuentra el rábano negro, el rábano yodado y el rábano picante.
¿Para qué sirve? Propiedades y beneficios
Tal como decíamos antes, las propiedades del rábano han sido largamente estudiadas y aprovechadas desde la antigüedad clásica. Contiene los siguientes nutrientes y elementos químicos:
Vitamina C o ácido ascórbico, nutriente esencial tanto para las plantas como para los seres humanos.
Glucosinolatos: moléculas presentes en las plantas que son fundamentales para protegerlas de insectos y plagas, lo cual se ha relacionado con beneficios para el organismo humano.
Alilo, butilo, rafanol y rafanina, elementos químicos fundamentales para las reacciones químicas naturales de las plantas.
Sinigrina, tipo de glucosinolato que es responsable del sabor característico del rábano picante.
Gracias a las propiedades apenas descritas, al rábano se le atribuyen distintos beneficios. Por ejemplo, favorecer el buen funcionamiento del sistema inmune, actuar como antioxidante y como antimicrobiano.
No sólo eso, los usos más populares del rábano en la medicina tradicional incluyen el tratamiento complementario de trastornos biliares y hepáticos, el reumatismo y el escorbuto (esto por su contenido en vitamina C).
Además, se utiliza como un excelente aperitivo, purificador y diurético, especialmente si se toma en jugo o zumo en ayunas, aunque también cuando sus hojas se consumen en infusión.
Al combinarse con miel, el rábano también ha sido utilizado para disminuir distintos síntomas del resfriado común. Por otro lado, un rábano combinado con hielo se utiliza también para aliviar quemaduras en la piel. Finalmente, por su intenso olor, estas raíces han sido usadas como desodorantes.
Principales tipos de rábano
Decíamos antes que el rábano es una planta que se ha cultivado por sus raíces, cuyos usos son tanto comestibles como medicinales.
Al tratarse de una planta tradicional y de uso común, actualmente podemos encontrar distintos tipos derábano e incluso productos farmacéuticos que han logrado concentrar las propiedades de este. Veremos a continuación en qué consiste cada una.
1. Rabanitos o rábano rojo
Los rabanitos son lo mismo que conocemos comúnmente como “rabanos”: en algunos lugares es más tradicional usar el diminutivo plural debido a que se comercializan en pequeño tamaño y en su tradicional forma esférica.
Se trata, pues, de la raíz comestible de la planta Rapahnus sativus, que sirve tanto para usos tanto gastronómicos como un remedio natural complementario a un tratamiento. Su color es rojo por fuera y blanco por dentro (a veces puede tener un color exterior más parecido al morado o incluso rosado).
2. Rábano negro
El rábano negro es una variedad del Rapahnus sativus que se caracteriza precisamente por tener un color exterior negro (a diferencia del rábano común, cuyo color es rojo por fuera y blanco por dentro).
Al interior, el rábano negro es igualmente de color claro. Su piel exterior es un poco más difícil de digerir que la piel del rábano rojo o rabanitos.
Se trata de una raíz que se ha vuelto famosa por sus propiedades terapéuticas, son las mismas que posee el rábano común: digestivo, depurativo, antiséptico, expectorante e inmunoestimulante, principalmente.
3. Rábano picante
El rábano picante es también conocido como rábano silvestre o raíz picante y su nombre científico es armoracia rusticana. Lleva su nombre gracias a que tiene un sabor intenso y ligeramente picante, por lo que resulta un excelente condimento.
Sirve, por ejemplo, para preparar un condimento similar a la mostaza o para sustituir el wasabi, aunque también es famosa por ser utilizada como planta aromática y como un buen digestivo.
4. Rábano japonés o rábano blanco
El rábano japonés es también conocido como daikon. A diferencia de los rabanitos o el rábano común (según donde se compre puede tener uno u otro nombre), el rabano japones es más alargado, de color blanco y de sabor un poco más suave.
Este tipo de rábano recibe su nombre porque es especialmente utilizado en la gastronomía japonesa, sobre todo en la sopa miso o el wasabi.
Jarabe de rábano yodado, ¿qué es y para qué sirve?
El rábano yodado es un producto farmacéutico producido por los laboratorios Rigar de Panamá. Se trata de un jarabe hecho a base de extracto fluido de rábano junto con yoduro de potasio, sustancia que es conocida por sus propiedades expectorantes.
El jarabe de rábano yodado se utiliza para aflojar y romper mocos en las vías respiratorias, facilitando la tos que expulsa dicho fluido. Así, se prescribe en el caso de tos con flemas y bronquitis crónicas. La dosis recomendada para adultos y niños a partir de 12 años es tomar una cucharada tres veces al día y se recomienda evitar su toma durante el embarazo y la lactancia, ya que se transmite en la placenta y la leche materna.
Uso gastronómico: recetas con rábano
En distintas tradiciones gastronómicas el rábano es uno de los alimentos más utilizados. Gracias a su potente sabor, estas raíces se consumen como un condimento o se cocinan como aderezos. Son geniales para acentuar el sabor de los guisos y las sopas.
Por ejemplo, se utilizan en distintos platos japoneses como el sushi y la sopa miso, aunque también pueden comerse solos después de haberse asado por unos minutos.
Otro ejemplo de receta con rábano es el pozole (mexicano). En este caldo hecho a base de maíz y carne de cerdo, los rábanos son utilizados como complementos finales, ya que aportan frescura y permiten destacar el sabor de los demás ingredientes de pozole.
Por otro lado, los rábanos pueden utilizarse como condimento en casi cualquier ensalada, ya que les dan un toque fresco y levemente picante. Se trata de una raíz muy fácil de utilizar y de combinación muy sencilla.
Ensalada de rabanitos con quinoa y brócoli
Por poner un ejemplo de receta de ensalada, podemos mezclar quinoa, brócoli y rabanitos, lo que aporta nutrientes importantes como proteínas, vitaminas A, B y C, carbohidratos y minerales como yodo, fibra y calcio, entre otros.
Si queremos preparar ensalada para cuatro personas, simplemente tenemos que preparar 250 g de quinoa, un brócoli mediano, 5 rabanitos, 25 gramos de los brotes del rábano, 1 limón, 1 cucharada de mostaza, y piensa, sal y aceite de oliva al gusto.
Luego de cocer los vegetales y la quinoa, se agregan los rabanitos y el aderezo, que consiste en mezclar por separado el jugo de limón, la mostaza, la sal de mar, el aceite y la pimienta. Es importante recordar que los rábanos siempre se sirven crudos.
Cultivo del rábano
El rábano es un fruto que surje de una hierba de tipo anual o bianual, lo que quiere decir que se cultiva cada uno o dos años. Su tallo es corto y grueso y de éste se desprenden hojas ásperas divididas a su vez en dos lóbulos.
Suele cultivarse a una altitud de 1300 m y tanto en suelo liso como en cuencas o suelos profundos (en estos últimos se favorece más su cosecha). Se da mejor en un clima templado (entre 20 y 25 ºC). Puede tardar desde 12 hasta 25 semanas en crecer, todo dependiendo de las condiciones climatológicas y del suelo.
Se trata de una planta que puede ser sembrada en casa, si se cuenta con el espacio suficiente y una tierra de calidad buena para el sembrado. Es necesario revisarlo constantemente (aproximadamente tres veces por semana), ya que sus hojas pueden generar larvas con facilidad.
En el siguiente vídeo podemos aprender de manera sencilla y práctica cómo sembrar rabanitos en casa: