El cambio climático está provocando que tengamos altas temperaturas, incluso en momentos del año en lo que no toca. Asimismo, las lluvias están siendo protagonistas por su escasez. Esto está siendo algo común en todo el país. Lejos de lamentarnos porque llueve, celebramos cuando ocurre porque no es tan frecuente,
Y es que de la lluvia dependen muchos aspectos, sobre todo los relacionados con la tierra y el campo. Estamos en una situación de sequía en muchas zonas y, por lo tanto, no se produce de igual manera. Además, los productos de temporada están sufriendo alteraciones porque ya están disponibles en épocas que no les tocan.
Esto está produciendo que haya productos que necesariamente tengan que incrementar su precio. Además, la escasez empieza a hacer aparición en algunos de ellos. Todo esto nos afectará directamente como consumidores. Sobre todo, porque influye en productos básicos de nuestra dieta.
Una subida de precios que aumentará
Recientemente, el periódico británico Financial Times publicaba un artículo sobre los efectos negativos que la escasez de lluvias podía tener en España. Y el problema no se queda aquí. Venimos de unos meses en los que la lluvia no ha estado muy presente, pero lo que se avecina no es mucho mejor.
Y es que ahora entramos en el verano, la época más cálida del año y en la que las lluvias no están muy presentes. Por eso mismo, esto solo va a provocar que la situación de sequía que tenemos en España previsiblemente irá a peor en los próximos meses si las condiciones climatológicas no cambian.
Esto está afectando directamente a uno de los productos que más se exporta desde España: el aceite de oliva. Los expertos detrás del artículo británico han anunciado un verano particularmente seco “que podría conducir a rendimientos de cultivos aún más bajos a finales de este año”.
Para que puedas hacerte una idea de las consecuencias que puede tener esta escasez de agua en nuestro bolsillo, se estima que, desde junio del año pasado, el precio del aceite de oliva ha aumentado en casi un 60%. Así lo explican en el Financial Times. Y es que ha llegado a costar hasta, aproximadamente 5,4 euros por kilo.
La rebaja del aceite sujeta a las lluvias
Tendremos que esperar para ver si el precio del aceite de oliva empieza a bajar. Para ello, no nos quedará otra que mirar al cielo y esperar a que caiga agua. Y es que la sequía está provocando que se pierdan las cosechas, suponiendo grandes pérdidas para los agricultores. De ahí que el precio de lo que se consigue recolectar aumente.
Para que te hagas una idea de la situación, en el artículo se destaca que el pasado mes de marzo fue el segundo marzo más cálido de España en este siglo y el segundo más seco.
Y esto ha afectado directamente a la producción de este producto que identifica a nuestro país. No en vano es el mayor productor de aceite de oliva del mundo, produciendo la mitad del que se comercializa.
Las previsiones no son muy positivas. Se espera que este verano sea seco y cálido, lo que no ayudará a que se produzca como habitualmente se hacía. Ya el año pasado, la mayoría de las cosechas de aceitunas se perdieron por el clima desfavorable que tuvieron que padecer.
El hecho de que el calor siga arruinando las cosechas, solo hará que los precios continúen siendo elevados. Es más, podría seguir subiendo hasta el punto de no ser tan asequible adquirir este producto que tanto beneficio reporta a España. Por ello, habrá que esperar que la situación mejore.