Falta poco para que se cumplan tres años desde el inicio de la pandemia. Para aquel entonces población estaba a la expectativa de los comunicados que iba retransmitiendo el Gobierno, y lo que a priori parecía algo pasajero, no tardaría en convertirse en una auténtica pesadilla.
Sin embargo, lo que nadie se esperaba es que, casi tres años después, todavía quedasen secuelas. Y no, ya no hablamos de secuelas a nivel económico, social y político, sino aquellas que a día de hoy todavía siguen afectando a muchas personas: las secuelas de salud.
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El Covid persistente sigue con nosotros, pero es posible prevenirlo, según Harvard
Todos estaremos de acuerdo en que estos últimos años han sido especialmente duros y delicados para todo el mundo. Nadie estaba preparado para recibir una pandemia de estas características, ni física ni mentalmente.
Ahora bien, si hay algo bueno en todo esto es la perspectiva con la que podemos mirar al pasado. Son muchas las personas que, desgraciadamente, han tenido que vivir de primera mano uno e incluso varios contagios.
Sin embargo, también son muchas otras las que han podido superarlos y salir adelante. Aunque la mayor parte de la población sana no ha tenido mayores complicaciones en este aspecto, existen un grupo de personas que a día de hoy siguen sufriendo las secuelas.
Estamos hablando del Covid persistente, una enfermedad que actualmente afecta a entre el 10% y el 15% de los pacientes que previamente han tenido Covid-19. A nivel mundial, es una cifra realmente preocupante.
Según la Guía clínica para la atención al paciente, de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, entendemos por Covid persistente lo siguiente: "Complejo sintomático multiorgánico que afecta a aquellos pacientes que han padecido Covid-19 (con diagnóstico confirmado por pruebas de laboratorio o sin él) y que permanecen con sintomatología tras la considerada fase agua de la enfermedad, pasadas 4 e incluso 12 semanas, persistiendo los síntomas en el tiempo".
Entre los síntomas más característicos de la enfermedad encontramos la astenia, el malestar general, las alteraciones digestivas y respiratorias, la falta de concentración y los fallos de memoria. También se han observado otros síntomas de origen neurológico, psíquico, emocional y del aparato locomotor.
Sin embargo, debemos tener presente que una de las principales características que nos podrían hacer sospechar de que estamos ante un caso de Covid persistente son, precisamente, la discapacidad que generan todos estos síntomas.
No obstante, un estudio elaborado por la Universidad de Harvard ha encontrado un hallazgo verdaderamente interesante. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista JAMA Internal Medicine.
En ellos, los investigadores han observado la relación existente entre un estilo de vida saludable y la el contagio de Covid persistente. Por ahora, la conclusión extraída es que llevar a cabo ciertos hábitos saludables podría protegernos de dicho contagio.
Los hábitos que nos ayudarían a prevenirlo
Con el objetivo de indagar más a fondo en esta relación causal, los investigadores contaron con la participación de 1.981 mujeres de la Escuela de Salud Pública TH Chan. Todas ellas contaban con una prueba positiva en Covid durante los últimos 19 meses.
Por otro lado, 871 participantes (un 44% de la muestra total) desarrollaron Covid persistente. Los investigadores analizaron 5 o 6 factores de estilo de vida saludable, y descubrieron que gracias a ellos se reducía hasta en un 49% el riesgo de padecer dicha enfermedad.
Así pues, tener un índice de masa corporal saludable, no fumar, comer bien, tener un consumo moderado de alcohol, hacer ejercicio de forma regular y dormir las horas suficientes son factores que, al parecer, podrían protegernos de desarrollar Covid persistente.