El verano está a la vuelta de la esquina. Es el momento perfecto para preparar la piel del rostro y protegerla de los primeros rayos de sol en la playa o la piscina.
La piel de la cara es muy delicada y sensible, ya que siempre está en contacto con agentes externos. Por eso es importante cuidarla. Uno de los productos que no pueden faltar en la rutina de cualquiera es una buena mascarilla. Hay muchas y muy diferentes a la venta en el mercado, pero si quieres ahorrarte un dinerillo extra puedes optar por hacerlas en casa. Además, de más baratas y naturales son muy fáciles de elaborar.
Mascarillas completamente naturales para este verano
El plátano y la miel son una buena combinación para paliar el sufrimiento de la piel en verano. Y es que el cloro y el sol pasan factura. Por eso su hidratación es fundamental en la época estival.
Puedes machacar un plátano maduro con un tenedor y mezclarlo con miel pura de abeja. Con un par de cucharas del néctar de las flores es suficiente. Se debe aplicar con suaves masajes circulares y dejar actuar durante 30 minutos. Después se aclara el rostro con abundante agua tibia y listo.
La miel es también muy útil para lograr un buen bronceado y muy uniforme. Si se combina con la avena se puede hacer una mascarilla limpiadora maravillosa. Para deshacerte de las impurezas del rostro mezcla tres cucharadas de avena molida, una de miel pura y otra de agua caliente. Remueve bien y aplica sobre la cara, evitando siempre el contorno de los ojos. Déjala actuar 30 minutos y enjuaga bien con agua fría.
Si lo que quieres es una piel radiante, llena de luz y vitalidad puedes decantarte por elaborar una mascarilla a base de pepino y limón. Se licuan ambos productos hasta obtener una masa homogénea lista para aplicar sobre el rostro bien limpio. Con dejarla actuar 15 minutos es suficiente. Una vez transcurrido este tiempo puedes aclararte con agua fría.
Elijas la opción que elijas seguro que tu piel te lo agradece. Y es que aunque el mundo de la piel pueda parecer de primeras abrumador, con un poco de paciencia y cuidado no tiene por qué serlo.