Los conductores que esta semana decidían repostar en gasolineras Repsol, Cepsa o BP se llevaban una sorpresa. Desde hace tiempo permanecen muy pendientes de las continuas oscilaciones en el precio de los combustibles. Llenar el depósito se ha convertido prácticamente en un lujo para algunos.
La última semana se cerró con el litro de gasolina a 1,632 euros de media. Lo que implica que no hubo ninguna variación respecto a los anteriores siete días. Así lo recoge el Boletín Petrolero de la Unión Europea correspondiente al periodo entre el 28 de febrero y el 6 de marzo.
Algo similar sucede con el diésel, que se mantuvo en 1,589 euros. En el caso de este carburante, se encuentra en el valor más bajo del último año. En cualquier caso, esta comparativa puede resultar un tanto engañosa.
Sobre todo si tenemos en cuenta que en marzo de 2022 los precios de los combustibles ya se habían disparado por el conflicto en Ucrania. Por aquel entonces ya estaban muy lejos de los parámetros más normales.
En cualquier caso, pese a la contención de los precios, tampoco hay motivos para ser optimistas. Si se hace una comparativa con las tarifas de finales del año pasado, cuando todavía había la bonificación de 20 céntimos, las diferencias son brutales.
En diciembre costaba 1,383 euros el litro de gasolina frente a los 1,46 del gasóleo. Esto implica que estamos pagando un 18% más por la gasolina frente al 8,83% del diésel, recoge La Razón.
Cuánto cuesta llenar el depósito
La gasolina nos resulta un 2,799% más barata que hace doce meses. En marzo de 2022 se abonaba a 1,679 euros, frente los 1,581 euros del diésel. Esto significa, además, que el gasóleo experimentó todavía un ligero repunte del 0,50%.
Con estas tarifas, llenar un depósito de gasolina con 55 litros puede alcanzar los 89,76 euros. Son 2,58 euros menos respecto al mismo periodo del ejercicio pasado, cuando costaba 92,34 euros. Por su parte, llenar uno de diésel supone desembolsar 87,39 euros, que son 43 céntimos más que en marzo de 2022.
Es cierto que el gasóleo se encuentra en uno de los niveles más bajos del último año. A partir de que estallara la guerra entre Ucrania y Rusia hubo un importante incremento en los precios que obligó al Estado a intervenir. Decidieron aplicar una bonificación de 20 céntimos por litro repostado.
Los datos más preocupantes se registraron el pasado verano cuando se alcanzaron los máximos históricos. En la semana del 20 de junio la gasolina se colocó en los 2,141 euros. Esto implica que ahora resulte 0,51 euros más barata.
En cuanto al gasóleo, alcanzó su punto más elevado en la semana del 27 de junio. Alcanzó la barrera de los 2,100 euros, que son también 51 céntimos más que en la actualidad.
¿Cómo se explica la bajada del diésel?
Lo normal es que el diésel presentase siempre unos precios inferiores a los de la gasolina. Sin embargo, tras estallar la guerra la situación dio un vuelco inesperado y el gasóleo se disparó. Desde hace cuatro semanas ha conseguido estabilizarse por debajo de la gasolina, como era lo habitual.
Pero los conductores no olvidan que se mantuvo de manera continua entre agosto de 2022 y febrero de 2023 por encima de la gasolina. Sin embargo, ese cambio de dinámica se produjo hace apenas un mes.
Al parecer, esto se debió al comportamiento del mercado. La mayoría de los países hicieron un mayor acopio de este material en los meses previos al veto impuesto por la Unión Europea a Rusia. Ante un posible riesgo de desabastecimiento fueron almacenando el gasóleo.
A ello se le suma la apuesta de las principales compañías del sector en España por ofrecer descuentos. Los clientes de Repsol, Cepsa o BP disfrutan de bonificaciones que rondan los 10 céntimos.