Adquirir una hipoteca en España puede representar muchos retos para aquellos que se atreven a aceptar este compromiso. En ocasiones, creemos que las condiciones con las que firmamos la hipoteca no son adecuadas para nosotros y nos planteamos una subrogación.
Una subrogación de hipoteca es un proceso mediante el cual un nuevo prestatario -banco- se hace cargo en lugar del original de una hipoteca existente. Este segundo asume el saldo pendiente del préstamo dado al otro banco.
Este cambio de prestatario puede conllevar un préstamo con mejores condiciones y beneficios a los pagadores de la hipoteca. Sin embargo, muchas dudas asaltan a estas personas, que desconocen el precio de este proceso y sus posibles ventajas.
Ni es caro ni se empieza a pagar desde cero
Las principales cuestiones a responder son si este cambio cuesta dinero y si, al cambiarme de banco, tengo que empezar otra vez a pagar. La respuesta en ambos casos es negativa, aunque el tema del dinero tiene sus matices.
El coste de este proceso, con los gastos de tasación y notaría, bordea los 675 euros. Una cifra que puede parecer alta, pero que, a la larga, puede hacer que ahorres mucho dinero. Además, este número es hoy mayor gracias a la eliminación de la comisión por subrogación de parte del Gobierno.
Por tanto, el único gasto por la subrogación pura es la tasación, que oscila entre los 300 y 500 euros. A ello habría que añadirle luego los gastos de notaría. Desgraciadamente, no todas las entidades financieras posibilitan esta decisión, ya que algunos bancos no reciben hipotecas a través de otros.
¿Y qué pasa con todo el dinero que ya hemos pagado al banco? Pues que ese montante económico es pagado por el nuevo banco. De esta manera, si compramos una hipoteca a 30 años y hemos pagado 10, nos seguirán faltando otros 20 años con el nuevo banco.
Es decir, un cambio de entidad bancaria no supone tener que volver a empezar a pagar, lo que significa una gran ventaja. Se parte desde el mismo momento en el que se había dejado la hipoteca con el banco anterior. Por tanto, no se pagarían intereses.
Además, esta subrogación permite que se pueda cambiar el tipo de hipoteca a una fija, variable o mixta. Esto es una gran noticia para personas que están cansadas de las condiciones que ofrece una hipoteca de carácter variable.
La subida del euríbor invita a la subrogación de la hipoteca
El euríbor se encuentra disparado y eso es una realidad incontestable: no muestra signos de detenerse y continúa escalando. Al iniciar el mes de enero, registró un 3,018 %, superando así el umbral del 3 %.
Esto representa un incremento significativo del 3,495 % en comparación con el mismo período del año 2022, cuando se situaba en -0,477 %. Estos datos afectan principalmente a quienes tienen hipotecas variables.
Tomemos como ejemplo a una persona con un préstamo hipotecario de 150.000 euros a 30 años, con un diferencial del euríbor +0,99 %. Esta persona pasará de pagar una cuota mensual de 448 euros a asumir una cuota de 707,01 euros al mes.
En el caso de un préstamo de 300.000 euros, el aumento es aún más notable, pasando de 895.99 euros a 1.414,01 euros al mes. Un incremento increíble que ha llevado a muchas personas a plantearse la subrogación de la hipoteca.
Además, la perspectiva a corto plazo no parece indicar un fin inminente a este incremento. Las proyecciones para el año 2023 sugieren que el euríbor continuará su ascenso, aunque de manera gradual. Se espera que las tasas hipotecarias se mantengan en torno al 3%.