Acabamos de asistir a un nuevo latigazo de la naturaleza con el terremoto de Turquía y Siria que ya se ha cobrado cerca de 50.000 vidas humanas. En España asistimos una vez más a la tragedia desde la lejanía. Pero la sensación de que en nuestro territorio nunca va a ocurrir nada podría acabar pronto.
La Comisión Oceanográfica de la Unesco advierte de una alta posibilidad de un tsunami en el Mediterráneo en los próximos treinta años. El terremoto de Turquía y Siria encendió todas las alertas por un posible maremoto en las costas españolas. La amenaza está más presente que nunca.
Muestra de ello es que España cuenta con un Plan Estatal de tsunamis desde mayo de 2021. Estos fenómenos naturales tienen un poder destructivo cuyas consecuencias son imprevisibles. La última vez que hubo un maremoto aquí, hace más de 250 años, murieron cerca de 100.000 personas.
Existe la errónea creencia de que desastres naturales como tsunamis y maremotos solo ocurren en lugares alejados como Indochina. El terremoto de Turquía y Siria ha demostrado que el Mediterráneo es una zona geológicamente activa. Esto podría desencadenar un fenómeno marino destructivo.
En el Mediterráneo oriental convergen una gran cantidad de placas y fallas que elevan el riesgo de terremotos. Los seísmos son una de las principales causas de tsunamis y maremotos. De ahí que se activara la alerta en las costas de Italia y España, aunque finalmente no ocurrió nada.
Para que un terremoto desencadene un gran tsunami, el fondo marino tiene que ser agitado abruptamente en sentido vertical. Esto ocurre sobre todo con las fallas de subducción, localizadas mayoritariamente en el Índico y el Pacífico. Este es el motivo por el cual no suele pasar en el mar Mediterráneo.
Esto no exime del riesgo de que en los próximos años se pueda producir una catástrofe de estas características. España se encuentra sobre una zona de contacto entre la placa euroasiática y la africana. Un estudio reciente ha revelado que esta falla tiene un potencial sísmico mayor del que se creía.
Esto abre la amenaza de un terremoto de gran magnitud de manera inminente. Estaríamos hablando de un terremoto superior a siete, parecido al que ha devastado a Turquía y Siria. En el caso de que sucediera, el impacto en el fondo del mar sería horizontal y por lo tanto no se producirían grandes olas.
Lo que más preocupa a los científicos es la posibilidad de un volcán submarino, algo que también puede provocar un tsunami. De hecho, el 20% de los tsunamis están causados por este fenómeno. Y según los científicos, esto está más cerca de ocurrir de lo que los expertos pensaban hasta ahora.
La principal amenaza para los próximos años es un volcán marítimo como el que se acaba de descubrir cerca de Grecia. Los investigadores revelaron la existencia de una cámara magmática a medio kilómetro de Santorini. Según la investigación, podría estallar en los próximos 150 años y causar un maremoto.
Los tsunamis son fenómenos marítimos cuyos efectos devastadores suelen limitarse a las zonas costeras. En ocasiones, sin embargo, su poder destructivo puede afectar a amplias zonas del interior. El tsunami del Océano Índico de 2004 causó al menos 230.000 muertos en 14 países diferentes.
Si hablamos de España, la mayor probabilidad de que se produzca un tsunami está en la falla marina de Averroes, en el mar de Alborán. Las olas provocadas por un terremoto en esa zona podrían llegar hasta los seis metros de altura. Tardarían entre 21 y 35 minutos en llegar a la costa.
Un tsunami aparece con una serie de grandes olas que se propagan a gran velocidad en todas direcciones. Al llegar a la costa descarga una gran energía con un poder devastador. En el caso de que haya un tsunami en España, es conveniente conocer algunos consejos básicos de seguridad:
Permanecer alejado de los escombros en el agua.
Seguir siempre las indicaciones de las autoridades sin hacer caso de los rumores.