Los pimientos de Padrón significan verano, vacaciones, el sol español llamando a nuestra puerta. Efectivamente, este pimiento es un clásico de las tapas que se puede disfrutar en los bares y restaurantes de toda España. Es más, en los últimos años, ya no hace falta esperar a viajar a Galicia para disfrutarlos, ya que podemos encontrarlos incluso en los puestos de los mercados.
¿Qué son los pimientos de Padrón?
Físicamente, los pimientos de Padrón son pimientos pequeños, que miden de 5 a 10 centímetros. Crecen en arbustos pequeños y compactos que dan muchos frutos; cuando tienen un bonito color verde intenso, se comen cocidos, pero una vez maduros, son rojos y se pueden comer crudos.
Se producen tradicionalmente en Galicia, concretamente en la provincia de La Coruña. Pero hoy en día se producen también en otras regiones de España y en otros países, como Marruecos.
Su origen se remonta en Padrón, un pequeño pueblo situado al sur de Santiago de Compostela. Se afirma que fue el lugar quien le dio su nombre a este pequeño pimiento, porque eran originarios de allí.
Respecto a su sabor, hay que tener en cuenta que los pimientos se clasifican según la escala Scoville, que lleva el nombre de un farmacólogo estadounidense. A principios del siglo XX, este farmacólogo desarrolló una escala basada en una molécula llamada capsaicina, que es la responsable de la fuerza picante de los pimientos.
Esta escala va del 1 al 10, en la que se clasifica en función de su contenido en capsaicina. Los pimientos de Padrón tienen un máximo de 4 en la escala Scoville. Pero, ¿por qué se dice que se trataría originalmente de una puntuación máxima?
Por algo muy simple: la principal particularidad de estos pimientos es su gran poder cambiante. Es decir, pueden ser dulces y sabrosos, a la vez que otros pimientos, de forma individual, pueden llegar a ser un poco más picantes. ¿Por qué ocurre esto?
El motivo por el que algunos pican y otros no
Si sueles comer pimientos de Padrón cada cierto tiempo, es posible que, en algún que otro momento, te hayas hecho la misma pregunta. ¿Por qué algunos pimientos de Padrón sí pican, otros no tanto, y el resto casi nada en absoluto?
Para los amantes de los alimentos picantes, es cierto que esta variedad de sabores puede hacer que los pimientos de Padrón no se encuentren entre sus favoritos. ¿Por qué? Muy simple: cada vez que se consume pimientos de Padrón, es tremendamente complicado encontrarse con uno que pique de verdad.
El principal culpable de estos cambios de sabor es la casticina, un compuesto creado por la propia planta, cuya finalidad es la supervivencia. Es decir, la planta genera este compuesto para evitar que los animales se coman sus frutos (y acaben con las semillas que se generan).
Esto se traduce en algo muy simple: cuanta menos cantidad de agua reciben, y más expuestos al sol estén, más tenderán a picar. Dicho de otra forma, la diferencia viene de la insolación y la ausencia de agua, que concentraría más capsaicina en determinados frutos de una misma planta.
¿Cómo escoger los que más pican?
Las opciones más largas y el color mate, antes de cocinarlos en la sartén, suelen ser señales claras de que pican. Además, también es común que los que más pican tiendan a tener una forma puntiaguda.
Asimismo, la sal no tiende a adherirse a ellos con tanta facilidad. Sin embargo, la mejor opción, para comprobar si realmente son picantes o no, es el morder el pimiento por la punta.