No importa la edad que tengas. Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para cuidar la piel. Una piel sana y bonita es muchísimo mejor que cualquier maquillaje, y siempre es mejor invertir tiempo y dinero en la piel en sí, para evitar o eliminar imperfecciones, que en productos que sirvan para taparlas.
Aunque a veces parezca muy complicado conseguir una piel perfecta, lo cierto es que todo de basa en un único punto: la constancia. Si eres constante con el cuidado de la piel los resultados no tardarán en aparecer. Es algo a lo que te debes acostumbrar y ya mantener para siempre, porque estarás invirtiendo en salud y belleza natural.
El planning ideal consta de cinco pasos que debes combinar y adaptar a tus necesidades, y que son realmente mucho más sencillos de lo que crees.
Cinco pasos para el cuidado de la piel
Limpiar
Aunque ninguno de los pasos es más importante que el resto, ya que funcionan cuando se combinan, lo cierto es que la limpieza puede considerarse el más esencial. Una buena higiene permite mejorar automáticamente la apariencia de la piel y que esté mucho más sana. Además, evita la acumulación de bacterias o residuos que pueden dañar la epidermis.
Se recomienda utilizar siempre jabones neutros y evitar productos muy agresivos que puedan dañarte. Además, se pueden combinar también otros productos además del jabón, como el agua micelar y/o tónicos, para que el efecto sea todavía mejor.
Exfoliar
Si se quiere hacer una limpieza en profundidad se debe recurrir a la exfoliación. Los expertos recomiendan exfoliarse una vez a la semana para ir eliminando todas las células muertas. De nuevo, no se debe recurrir a productos muy agresivos, y siempre tienes que tener en cuenta que cada parte del cuerpo tiene necesidades específicas. No puedes utilizar el mismo exfoliante en las rodillas que en la cara, por ejemplo.
Hidratar
Quizás el punto que todo el mundo tiene más claro. La hidratación es fundamental y tiene que hacerse diariamente. Según tu tipo de piel deberás utilizar una crema u otra, y combinar diferentes, por ejemplo una de día más ligera y una de noche, siempre será un acierto. Las mascarillas hidratantes una vez a la semana también ayudarán a que el efecto sea mayor.
Además de hidratarte por fuera, no olvides hacerlo por dentro. Beber mucha agua, aunque no lo creas, hará que tu piel se vea todavía más bonita y esté profundamente hidratada.
Nutrir
Somos lo que comemos, y nuestra piel nota muchísimo lo que hacemos bien y mal en ese sentido. Es muy probable que, si has comido muy mal durante unos días, hayas notado la piel más grasa, con más imperfecciones y granitos. Piensa que si no te alimentas correctamente estarás dejando de nutrir tu piel y lo único que le aportarás serán toxinas.
En cambio, si tienes una dieta rica en nutrientes y vitaminas conseguirás una piel con aspecto mucho más sano y bonito. Entre los mejores consejos en este sentido, destaca el de optar siempre por la mayor cantidad de frutas y verduras posibles e ingerir alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, como los frutos secos, las semillas o el aguacate.
Proteger
Debes proteger tu piel del sol con productos específicos. Según sea tu piel, necesitarás más o menos protección. Recuerda que, aunque en verano sea todavía más importante, lo es durante todo el año. Por eso siempre se recomienda maquillaje que lleve algún filtro solar. Exponer tu piel al sol diariamente es bueno porque la vitamina D es necesaria, pero no lo hagas durante mucho rato y nunca sin la protección adecuada.