“Paranoia” es un término que ha sido utilizado desde hace muchos años para hacer referencia a personas con comportamientos y pensamientos algo suspicaces. No obstante, a día de hoy aún hay muchas dudas acerca del significado de la palabra entre la mayoría de gente.
Si bien el concepto suele asociarse a la locura o a la perturbación mental, en este artículo vamos a hacer un recorrido por las distintas facetas de este término. Con este objetivo recopilaremos las definiciones que han sido más aceptadas y comentaremos los síntomas y las causas de este estado mental según la psicología.
Antes de pasar a la consulta de manuales diagnósticos tales como el CIE-10 o el DSM-5 para explicar qué se entiende como paranoia dentro del ámbito de la salud mental, vamos a consultar qué dice la Real Academia Española (RAE) acerca de la paranoia.
Para la RAE, el término paranoia hace referencia a una perturbación mental fijada en una idea o en un orden de ideas. Además este diccionario afirma que se deriva de la palabra griega para “locura” y “demencia”. Como se observa, es una definición ambigua que no facilita la comprensión del significado.
Por ello acudimos a manuales diagnósticos y a autores célebres con el fin de acotar el concepto. No debemos olvidar que la paranoia ha sido aceptada por diferentes tipos de corrientes psicológicas, por lo que sus posibles causas pueden variar según la perspectiva desde la que se estudie.
Dentro de la práctica clínica de la psicología, el uso de manuales diagnósticos está muy extendido con el objetivo de poner nombre a grupos de síntomas y facilitar la transmisión de información entre los profesionales.
Los dos manuales más utilizados son la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10), realizada por la Organización Mundial de la Salud, y el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), del que se encarga la American Psychological Association.
En la actualidad el término “paranoia” no está incluido dentro de estos manuales, sino que ha sido sustituido por los conceptos "delirio" y “trastorno delirante”. Por ello vamos a consultar en la CIE-10 qué son los trastornos delirantes y dónde se ubica la paranoia dentro de estos.
Los trastornos de ideas delirantes (recogidos en la categoría F22.0 de la CIE-10) se consideran un grupo de trastornos en los que aparece una idea o un grupo de ideas delirantes en torno a un mismo tema que tienen carácter persistente. El tema de estas ideas fijas -pero no particularmente extrañas o extravagantes- puede ser muy diverso.
Se encuentran “paranoias” que aluden a persecución, a celos, a síntomas somáticos, al enamoramiento de otras personas (erotomanía) o delirios de grandez, entre otros. Estas ideas no están presentes junto con otra psicopatología más grave, por lo que se descarta una posible esquizofrenia u otros tipos de trastornos psicóticos.
Las ideas delirantes (paranoias) pueden permanecer en la mente del individuo durante toda la vida, y lo más habitual es que se inicien durante la adultez avanzada o la madurez. Estos pensamientos pueden estar relacionados con situaciones de la vida cotidiana, por lo que no resultan extraños.
El resto de funciones cognitivas están preservadas; así, tanto el lenguaje como las funciones ejecutivas tienen un correcto funcionamiento, aunque se pueden presentar problemas afectivos de baja intensidad como períodos de depresión leve. Por supuesto, esta sintomatología puede darse juntamente con otras, en función del caso particular.
Para que el trastorno de ideas delirantes pueda ser diagnosticado, la paranoia debe persistir en la persona durante al menos 3 meses y no depender de factores culturales. Tampoco puede cursar con otros síntomas psicóticos como las alucinaciones, como hemos dicho con anterioridad, puesto que esto sugeriría más bien un diagnóstico de esquizofrenia.
Pese a que el significado de idea delirante en la actualidad está bastante unificado entre los profesionales de la salud mental, existen detalles divergentes como las causas del trastorno. Es por esto que resulta interesante analizar estos factores para la comprensión global del término.
Además, el término paranoia ha sufrido grandes cambios a lo largo de la historia de la psicología. Fue introducido por la psiquiatría y ha sido estudiado por centenares de autores, cada uno de los cuales ha podido darle significado diferente a causa de las fluctuaciones de la palabra y de la creatividad inherente al lenguaje.
Según el célebre Jacques Lacan, la paranoia es una forma de psicosis caracterizada por delirios autorreferentes en los que el individuo atribuye a alguna persona, objeto o ente la causa de su malestar. Este proceso tiene lugar a través de la proyección, un mecanismo de defensa psicológico.
Suele ser un pensamiento muy sólido y difícil de descartar aunque se ofrezcan a la persona pruebas irrefutables de que está equivocada. Lacan estudió la paranoia mientras llevaba a cabo su tesis doctoral con el caso Aimée; durante este tiempo encontró la existencia de la paranoia de autocastigo.
En este tipo de paranoia, según Lacan, parece existir un deseo inconsciente de ser castigado y para ello se realizan acciones que hacen que ese castigo sea posible. Simplificando, estaría relacionado con sentimientos de culpa.
Desde este enfoque se plantea que las ideas delirantes se asientan en la interpretación cognitiva que cada persona elabora de sus experiencias y las creencias personales que poseen.
Por ello proponen que, mediante la reestructuración cognitiva (compuesta por debate verbal y pruebas conductuales), se puede modificar la interpretación de algunos datos haciendo que la idea delirante reduzca su firmeza y convicción hasta llegar a ser cuestionada por parte del paciente.
Desde la perspectiva humanista, promovida por autores tan reconocidos como Abraham Maslow y Carl Rogers, la base de toda idea delirante reside en problemas de autoestima. También son relevantes los sentimientos de vulnerabilidad que llevan a la persona a crear autoengaños que anticipan o la protegen de situaciones temidas.
Las personas que tienen ideas delirantes aluden a la anticipación (“al menos lo vi venir”) de esas situaciones que le producen miedo intenso aunque en la realidad no tengan por qué ocurrir. Así, a medida que se incrementa la autoestima se reducen los temores.
Jean Marie Delacroix (2008) afirmó que “la psicosis no es un signo de locura, sino de liberación del self en busca de un ajuste creativo”. Pese a esto, existen ideas delirantes entendidas como sistemas irracionales de creencias que interfieren en la vida cotidiana de las personas.
Estas ideas son interpretadas por los profesionales de la Gestalt como proyecciones sobre otras personas de su entorno o hacia su self negativo que generan angustia y malestar en el individuo. Se intenta que den rienda suelta a estas ideas delirantes con el fin de disminuirlas. Por supuesto, este tipo de métodos son criticados con dureza por psicólogos de otras orientaciones.