El verano es la época del año en la que más disfrutamos del mar y de sus beneficios, pero también en la que más nos exponemos a sus peligros. Uno de ellos son las medusas, unos animales marinos que pueden causar molestas picaduras con sus tentáculos urticantes. Y aunque existen muchas variedades, hay una que ha llamado especialmente la atención este año por su abundancia y su peculiar aspecto: la medusa huevo frito.
La medusa huevo frito, cuyo nombre científico es Cotylorhiza tuberculata, es una especie de medusa de la familia Cepheidae. Se caracteriza por tener una forma plana y redonda, de color crema, con un centro rojo que recuerda a un huevo frito.
Su diámetro suele oscilar entre los 20 y los 40 centímetros, aunque puede llegar hasta los 25 centímetros. Tiene ocho brazos orales con numerosos apéndices cortos y gruesos, y un anillo de pequeños tentáculos morados alrededor de la umbrela.
Esta medusa es originaria del mar Mediterráneo, donde se alimenta principalmente de plancton y microorganismos. Suele formar grandes enjambres que pueden cubrir kilómetros de superficie marina.
A menudo se asocia con peces juveniles de los géneros Boops, Trachurus y Seriola, que se refugian entre sus tentáculos y se alimentan de sus restos. También puede albergar algas simbióticas que le proporcionan nutrientes mediante la fotosíntesis. Pero, ¿se trata de un elemento del que deberíamos preocuparnos?
¿Esta medusa es peligrosa?
A pesar de su aspecto llamativo y apetitoso, la medusa huevo frito no es comestible para el ser humano. Tampoco es muy peligrosa, ya que su picadura tiene muy poco efecto o ninguno sobre nuestra piel.
Sin embargo, puede provocar irritación, picor o urticaria en personas sensibles o alérgicas. Por eso, se recomienda evitar el contacto directo con esta medusa y lavar la zona afectada con agua salada o vinagre en caso de picadura.
La presencia masiva de esta medusa en las playas españolas ha causado pánico entre los bañistas. Y es que han visto cómo el agua se teñía de blanco y rojo por sus cuerpos gelatinosos.
Algunas zonas especialmente afectadas han sido las costas de Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía. Las autoridades han tenido que activar protocolos de emergencia para retirar las medusas muertas de la arena y colocar banderas rojas o amarillas para advertir del riesgo a los veraneantes.
¿Por qué han aparecido en nuestras costas?
Los expertos señalan que el aumento de la población de esta medusa se debe a varios factores ambientales. Como el cambio climático, la sobrepesca, la contaminación o la introducción de especies invasoras.
Estas condiciones favorecen el crecimiento y la reproducción de las medusas, que encuentran menos depredadores y más alimento en el mar. Además, las corrientes marinas y los vientos pueden arrastrar a las medusas hacia las costas, donde se acumulan y mueren por falta de oxígeno.
Ante esta situación, los científicos recomiendan adoptar medidas de prevención y control para evitar que las medusas se conviertan en una amenaza para el ecosistema marino y para el turismo. Algunas de estas medidas son el seguimiento y la predicción de los movimientos de las medusas.
Además de la instalación de barreras físicas o biológicas para proteger las playas, el fomento de la pesca sostenible y selectiva. O el desarrollo de nuevos usos comerciales para las medusas, como alimento para animales o fertilizante para plantas.
Como muchas otras medusas, esta variedad es un animal fascinante y curioso, que merece ser conocido y respetado. Sin embargo, también es un indicador de los problemas que afectan al mar Mediterráneo y de la necesidad de cuidarlo y protegerlo. Por ello, la próxima vez que veas una medusa huevo frito en la playa, no te asustes ni la molestes.