El omeprazol es un medicamento utilizado generalmente para tratar todo tipo de dolencias digestivas y gastrointestinales. Su uso cada vez más generalizado entre la población puede ser incluso considerado indiscriminado y acarrear importantes problemas de salud pública.
En este artículo describiremos qué es el omeprazol, para qué sirve y cuáles son sus efectos secundarios, además de su mecanismo de acción y sus contraindicaciones principales.
El omeprazol es un inhibidor de la bomba de protones que actúa en el estómago impidiendo la secreción de ácidos y demás fluidos gástricos. Puede ser ingerido de forma oral a partir de pastillas o administrado por vía intravenosa.
Las pastillas son comercializadas en cajas de 10, 20, 40 u 80 miligramos, mientras que las ampollas inyectables suelen contener 10 mililitros de medicamento.
Para percibir los efectos del omeprazol es necesario esperar una hora tras la ingesta del mismo y el tiempo de duración de la protección estomacal que favorece puede ser de hasta 72 horas.
La absorción del medicamento se lleva a cabo en el intestino delgado, y se completa normalmente entre 3 y 6 horas después de ser administrado. El efecto de inhibición de ácido del omeprazol suele estabilizarse tras 4 días seguidos de administración.
Los efectos del omeprazol aparecen tras varios días de administración. Sucede a menudo que alguna gente lo toma de forma esporádica creyendo que los efectos de protección del estómago van a ser los mismos y lo que pueden acabar sintiendo son los efectos secundarios del medicamento sin beneficiarse de los efectos terapéuticos.
El omeprazol se utiliza en el tratamiento de todo tipo de afecciones del estómago y para proteger este órgano de los fluidos ácidos que lo dañan. Entre los principales problemas tratados con este fármaco se encuentran el reflujo gástrico y las úlceras.
Como ya hemos visto, este principio activo funciona al reducir la cantidad de ácido que produce nuestro estómago. Como consecuencia, alivia algunos síntomas como la acidez estomacal, la dificultad para tragar y la tos persistente.
Además, este medicamento sirve para curar los daños en el estómago y el esófago provocados por el ácido, así como también ayuda a prevenir las úlceras y puede ayudar a prevenir el cáncer de esófago.
Finalmente, una afectación habitualmente tratada con omeprazol es el síndrome de Zollinger-Ellison, una patología causada por un tumor ubicado en el páncreas o el duodeno que causa un aumento de acidez en la sangre.
Antes de comenzar a tomar omeprazol, es recomendable consultar con el médico o farmacéutico y leer las instrucciones de administración que aparecen en el prospecto.
Este fármaco se toma por vía oral, generalmente una vez al día, y antes de realizar una comida. No obstante, la dosis y duración exactas del tratamiento dependen del tipo y de la gravedad de la afección, así como de la respuesta del organismo al tratamiento. En el caso de la administración en niños, la dosis debe estar en función del peso.
Es necesario que el paciente siga al pie de la letra las instrucciones del profesional médico. Sin aumentar la dosis ni la frecuencia de administración. El motivo es que pueden pasar desde 1 a 4 días hasta que el fármaco tenga un efecto completo.
Se recomienda no romper, masticar o triturar las tabletas y tragar el omeprazol entero junto con un vaso de agua. Si resultara necesario, se pueden tomar medicamentos antiácidos junto con este.
Para obtener una mayor efectividad, el paciente debe tomar el medicamento con regularidad, sin saltarse ninguna dosis. Debe continuar tomando este fármaco durante el tiempo que se le haya prescrito y si la persona se está automedicando, no debe tomar omeprazol durante más de 14 días.
El paciente deberá informar a su médico si su afección persiste o empeora, ya que el riesgo de efectos secundarios aumenta con el tiempo de administración.
Los efectos secundarios que caracterizan la administración de omeprazol se dan en muy pocos casos dentro del total de personas tratadas con esta enfermedad.
Algunos de estos efectos secundarios pueden afectar al sistema nervioso, al tracto gastrointestinal, a los músculos, a los huesos, al aparato respiratorio y a la piel. A continuación los enumeramos.
Los efectos secundarios más relevantes del omeprazol que suelen afectar al sistema nervioso son el dolor de cabeza (el efecto más frecuentemente experimentado), los mareos recurrentes y la pérdida de sueño (uno de los menos frecuentes).
Los efectos secundarios relativos al tracto gastrointestinal suelen aparecer por una mala administración del medicamento, normalmente por no tomarlo de manera constante durante los días necesarios.
Algunos de estos efectos son la diarrea, las náuseas, los vómitos, el estreñimiento, la regurgitación de ácidos gástricos y las flatulencias.
Los efectos más frecuentes en músculos y huesos suelen ser dolor abdominal, dolor en los huesos, debilidad muscular, dolor de espalda y un aumento en el riesgo de padecer fracturas de cadera.
Los efectos más frecuentes en este caso son la infección en el tracto respiratorio superior y la aparición de tos recurrente.
Otros efectos secundarios relacionados con el tratamiento con omeprazol son la erupción cutánea, la deficiente absorción de vitamina B12 y de hierro y la inflamación de los riñones.
Como se ha señalado, es necesario tomar omeprazol siguiendo una serie de pautas diseñadas para asegurar el correcto funcionamiento de sus principios activos.
A menudo hay gente que se trata con este medicamento sin tener la necesidad de hacerlo, es decir, sin cumplir con las características patológicas necesarias para poder administrar este medicamento al organismo. De forma sinténtica, es recomendable no tomarlo si no se tiene ninguna de las afecciones antes mencionadas.
Existen una serie de indicaciones establecidas a la hora de ingerir el omeprazol. En primer lugar el medicamento debe administrarse antes de las comidas y sin romper ni abrir las cápsulas que contienen los gránulos. No deben romperse ni deformarse porque las cápsulas protegen el medicamento una vez entra en el organismo; sin ellas los fluidos del estómago podrían degradarlo.
El omeprazol no está contraindicado en mujeres embarazadas, pero sí en mujeres lactantes, ya que se excreta a través de la leche materna. No está demostrado que en dosis tan pequeñas afecte al niño lactante, pero se recomienda a las madres que no lo tomen a menos que sea indispensable.
McTavish, D., Buckley, M. M. & Heel, R. C. (1991). Omeprazole. An updated review of its pharmacology and therapeutic use in acid-related disorders. Drugs, 42: 138-170.
Neal, K. & Logan, R. (2001). Potential gastrointestinal effects of long‐term acid suppression with proton pump inhibitors. Comment on Aliment Pharmacol Ther., 14(6): 651-658.
Katz, P. O., Gerson, L. B. & Vela, M. F. (2013). Guidelines for the diagnosis and management of gastroesophageal reflux disease. American Journal of Gastroenterology, 108: 308-328.